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Sebastián Haedo: “Este show es muy importante para mi carrera”

El cantante y compositor se prepara para una gran cita este domingo 27 de marzo en La Trastienda.

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Sebastián Haedo es cantante y compositor, pero complementa su carrera musical como educador y también como ingeniero de sonido. Todas estas aristas se conjugan y conviven entre un disco editado, la grabación de nuevas canciones con completa meticulosidad y los escenarios.

“El de La Trastienda no es uno más. Es un momento muy importante para nuestra carrera”, explica quien se estará presentando junto a su banda Los Emisarios del Fuego (“amigos muy cercanos con quienes se comparte química musical y un vínculo muy poderoso”). Será la primera vez que reunirá a los tres músicos que lo acompañarán sobre las tablas: Roman Rajzcyk en Batería, Pablo Ansaldi en Bajo y Thomas Frank en Guitarra.

El disco Paridad Asimétrica (2018) ya tiene cuatro años de vida y el cantante confiesa que hay mucho material acumulado, pero distintas circunstancias no permitieron la salida a la luz de algo nuevo que, promete, “llegará muy pronto”.

“La pandemia sirvió para ordenar bastante todo ese material. Algunas canciones las deseché, otras mutaron y maduraron, otras conservan su esencia original”. Pero, en materia de confesiones, reconoce que estos dos años sirvieron también para definir prioridades y sobre todo, poder montar su propio HomeStudio. “Esto facilitó muchísimo el laburo desde casa. Siempre que se encuentra un método, las herramientas y el tiempo, suceden cosas geniales”.

-¿Cómo estás viendo la escena emergente musical en estos tiempos que parecen ser de post pandemia?

-Es alentador en varios sentidos y también incierto en otros. Estoy atravesando un momento muy conectado con lo terrenal, con los hechos, digamos que con las especulaciones o las proyecciones. Hay una iniciativa como nunca, al menos en mis diez años de carrera, de ver un público consumir recitales y espectáculos de cualquier índole, talla y género. Hay una mejor predisposición del público en acompañar los proyectos emergentes y de artistas masivos. La gente tiene ganas de salir después de tanto tiempo en confinamiento y los y las artistas queremos y necesitamos laburar. Tristemente muchos proyectos no siguieron, no aguantaron el parate. Sonidistas han tenido que vender sus cosas para pagar alquiler, expensas o lo que fuera, y muchos centros culturales no soportaron las deudas. Muchos músicos encontraron limitaciones en cuanto a los recursos de streaming, o la virtualidad como muchos otros se sintieron mejor. En ese sentido existió una igual de condiciones para la gran mayoría, nos situó en la misma galería digamos, pero no todos tenían los mismos recursos.

-Esos artistas son los que no pudieron sobrevivir.

Claro. La pandemia también sentó un nuevo cambio de paradigma y sembró las preguntas que muchos y muchas nos hicimos por mucho tiempo, las que lamentablemente no tienen una respuesta ni genuina ni contundente de las partes comprometidas. Hablar de regalías, exponer porcentajes y reproducciones en plataformas digitales, poner a la tecnología como herramienta principal, exponer la precarización de técnicos, técnicas, ingenieros de sonido, stage, iluminadores y muchísimos profesionales que hacen que un recital sea lo visual y sonoramente posible, reconocer su laburo y su rol fundamental en la industria, que entes y sindicatos tuvieran que exponerse a quienes representan a marcar posición, marcó un poco la cancha de por qué están, para qué están, qué hacen bien y qué hacen mal. También dejó en evidencia lo bastardeada, compleja y desorganizada que está la industria nacional de la música en nuestro país y lo importante que somos todos y todas, desde docentes, luthiers, productores, públicos, artistas, comerciantes y muchísimos más. Si no empujamos para el mismo lado, no empatizamos en el laburo del otro, difícilmente podamos crecer y brindar productos de calidad.

-¿Qué artistas sentís que te nutren a la hora de componer e interpretar?

-Hoy en día cualquiera. A la hora de componer no estoy cerrado a un artista o género en particular como si me pasaba cuando era más chico o recién empezaba. Mis influencias en aquel entonces estaban más en Pedro Aznar, Charly García, Spinetta, luego Cerati. Hoy hay muchas cosas de Fito, Mollo.. Aprendí a escuchar de todo y también romper mi propio prejuicio de pensar que otras décadas eran las valiosas o las que podía seguir enseñando. Hoy en día soy de descubrir un artista y enamorarme de canciones puntuales, desde la sonoridad o con su armonía o de discos, admirando el concepto y la coherencia, relación (o no) de la obra como un todo. Distinto es a la hora de interpretar: en ese plano se activa en mi un chip muy de buscar cómo lo hago yo, cuáles son mis herramientas. Siempre con mi norte en ser lo más fiel a mí. Un ejemplo claro fue el hecho de tener covid en 2020, lo que me obligó a hacer un seteo profundo de cómo estaba cantando, cómo estaban mis pulmones. También me dijo “cuidate, cuidá el cuerpo”, lo cual obviamente es genial y también es necesario. 

*Sebastián Haedo se presenta este domingo 27/3 en La Trastienda a las 20 hs. Entradas a la venta ACÁ 

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