Popi Tass: “Un equipaje que quiero llevar siempre conmigo”

El Buen Viaje de Popi Tass se desliza como el segundo trabajo de la cantante, recién salido y presentando hace un mes en Lucille del barrio de Palermo. “Fue un sueño hecho realidad y una de las noches más importantes de mi carrera”, admite la cantante y también lo toma como “una revancha” de la presentación de su primer disco que no pudo ser.

Es que Canciones Escondidas (2019) no rodó lo que hubiera querido por culpa de la pandemia, y entonces fueron apareciendo singles, y, tras ellos, canciones nuevas que se aglomeraron en este flamante trabajo. “Venía de la pandemia, sacando singles aislados y empezaron a salir canciones nuevas. A veces hasta no ver que se juntan un par, no pensás en un nuevo disco, pero sí te dan ganas de seguir componiendo. Así fueron naciendo, las fuimos maqueteando y eligiendo cuales quedarían definitivamente en el disco”.

También nos cuenta que se armó un súper equipo con Gastón Balhas en la producción, mezcla y mastering, David “Mono” Maza en batería, Mariano Chacón Aguilar en bajo y Sassa Tassara en un hermoso featuring. “Muchas de estas canciones están relacionadas con los afectos y de ahí también la idea del viaje (como la vida) y tal vez un equipaje que quiero llevar siempre conmigo, esos afectos”.

―Y lo coronaste con ese gran show en vivo.

―Pude disfrutar cada momento, la previa preparando todo, la adrenalina de estar a punto de salir al escenario, ese abrazo con mis compañerxs de banda, cada aplauso, ver tanta gente querida del otro lado, las lágrimas del final, bajar y abrazar a todos los que pude abrazar del público y podría seguir… Realmente superó mis expectativas y estoy muy agradecida con mi equipo y todos los que estuvieron ahí y lograron ese “sold out” tan ansiado.

―Hablabas de aquella presentación que no pudo ser respecto al disco anterior. ¿Qué sentís que más mantenés de aquel “Canciones escondidas”?

―Mantengo el mismo amor por la música, por mis canciones, por seguir soñando y sorprendiéndome con cada pequeño logro. Mantengo mi guitarra electroacústica que es como mi marca registrada y mi pelo rosa (risas). Creo que desde ese debut a hoy, me fui corriendo un poquito de ese pop tan clásico para incorporar algunas cositas del indie y/o tal vez del folk.

―Se te ve tocando muy seguido por distintos lugares, ya sea sola o con banda. ¿La premisa es tocar lo más que se pueda?

―Vengo tocando bastante, donde surge, donde se puede, ¡donde me invitan! Generalmente sola, pero me encanta cuando se arma con toda la banda o una parte. Este 2023 la premisa principal fue la presentación del disco en Lucille, al ser todo de manera independiente fue un desafío y una apuesta que gracias a todos los que fueron se logró. Ahora seguiré pensando para dónde llevar estas nuevas canciones.

―Si te llevo a tus primeros momentos con la música, ¿cuál es tu primer recuerdo que se te viene?

―¡Uh! Soy muy afortunada porque crecí en una familia donde siempre hubo música y se me vienen a la cabeza varios recuerdos… Mi papá tocando la guitarra, mi mamá cantando, yo cantando en primer grado “Libre” de Nino Bravo delante de los padres de mis compañeritos, las canciones de “Chacotea” (un grupo de teatro formado por papás y mamás de mi escuela) donde mi papá componía las canciones para las obras y todos venían a grabarlas a mi casa. Y así, sin darme mucha cuenta, entre todas esas cosas, empecé a pedirle la guitarra prestada a mi papá, a aprender y a componer mis primeras canciones a mis 17/18 años. No sé si ahí me di realmente cuenta, pero no tardé mucho más en estar segura de que la música es parte vital de mi vida.

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