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Destruction

Schirmer: "En los 80 no podíamos vivir de la música"

Cronista: Fernando Canales | Fotos: Gentileza: Prensa

22 de Agosto, 2018

Schirmer: "En los 80 no podíamos vivir de la música"

Vuelven los carniceros del metal: dos kilos de thrash, por favor.

Durante los años ochenta, dos escenas de thrash metal surgieron simultáneamente: una en Estados Unidos y otra en Alemania. Esta última se destacó por un sonido diferente, con un agregado de complejidad compositiva. Que al calor de una bronca generacional parió el Big Teutonic Four, la versión alemana del The Big Four, pero compuesto por Kreator, Sodom, Destruction y Tankard.

Mantenerse en este cuadro de honor no fue algo sencillo para Destruction. El conjunto necesitó de años de lucha, donde debió sortear múltiples problemas. Los malos contratos discográficos; no poder vivir de la música en “los años dorados del género”; y la expulsión del bajista y vocalista original Marcel "Schmier" Schirmer en 1989, antes de la grabación de Cracked Brain (1989), los pusieron en un ida y vuelta de piñas que los dejó contra las cuerdas.

Empujado por la explosión del grunge, el inicio de los 90 llegó con un deterioro comercial para el metal. Sin un sello que los ampare, los teutones se vieron obligados a auto-producir sus discos. Pero la mentalidad alemana es difícil de franquear. Luego de la vuelta de Schmier, en 1999, las cosas empezaron a cambiar: para Thrash Anthems I (2007) y Thrash Anthems II (2017) re grabaron sus temas viejos, aunque con un sonido actual; firmaron con el emblemático sello Nuclear Blast; y se consagraron en el mega festival de Wacker 2018, donde hicieron valer su localía.

-¿Cómo era la escena metalera de Alemania en 1985, previo a que lancen su primera producción, Infernal Overkill?

-Al principio era muy difícil, porque estábamos solos contra todos. Cuando grabamos Infernal Overkill, éramos jóvenes y no teníamos conciencia de que era el principio del thrash. Sólo queríamos tener la banda más extrema. En esa época, la escena era muy pequeña, pero con grupos muy trabajadores y dedicados, que buscaban un rumbo sonoro más pesado. Es por eso que los primeros años, Destruction, Kreator y Slayer se expandieron rápido, como un cohete.

 -En aquel momento vivieron una historia de terror con la discográfica Noise, ¿cómo lo recordás?

 -En los 80, firmamos contratos muy malos. Casi no obteníamos plata de los sellos, no recibíamos pagos permanentes. Sobrevivir era muy jodido. Sin saber, muchos repiten que ésos eran los años de gloria, pero en ese periodo no podíamos vivir de la música.  

 -Cambiando drásticamente la época, el título de su último álbum, Under Attack (2016), está ligado al presente, ¿cómo surgió el concepto?

 -La mayoría de las letras están basadas en los problemas sociales, políticos y personales con los que convivimos actualmente. Por eso, traté de volcar mis sentimientos, pero enmarcados en un tópico: “estar constantemente bajo ataque”.

 -Justamente, “Second to None” está dedicado a la figura del troll, lo cual es bastante raro para un letra de thrash.

-Hoy en día nos podemos conectar muy rápidamente con nuestros fans, cuando antes todo era más lento. Tenías que escribir cartas  y hacer llamadas. Internet se convirtió en algo muy importante, una gran herramienta para la industria musical. Sin embargo, todo el mundo quiere expresar sus opiniones y hay mucha gente que se divierte lastimando a los demás.

 -Idea que está en las antípodas del género, ¿no?

-Para mí, el heavy metal es una unidad, como una globalización. Lo que importa es la música y no tu nacionalidad o religión. Somos metaleros unidos y eso es un gran logro del género. Es muy triste que haya tantos idiotas jodiendo.

 -Y es ahí donde cobra entidad “Second to None”...

-Los trolls son la parte más negativa de la Internet, y hay que lidiar con los haters. Esa canción es para ellos, ¡fuck you! ¡Consíganse una vida! Si quieren criticar, esa no es la forma de hacerlo. Son unos infelices, sentados en sus casas, que están frustrados por sus vidas. Así es muy fácil atacar, porque no tenés ningún tipo de responsabilidad.

 -Sus influencias vienen de la New Wave of British Heavy Metal, el punk y la vida, ¿qué nombres los marcaron?    

-Iron Maiden y Judas Priest fueron muy importantes en nuestro comienzo. Pero también otros más underground, como Angel Witch. Nuestro lado más punk llega gracias a los Dead Kennedys, The Exploited o GBH, que sumaron mucho a nuestro sonido.

 -¿Cómo es el groove y el feel de Destruction con Randy Black, el nuevo baterista?

-Es muy experimentado (NdlR: tocó en Annihilator y Primal Fear), preciso y tiene nuestra edad. Eso es muy importante para la vibra de la banda y de la música. Ahora, algunas canciones tienen otro groove, otras suenan muy thrash, calibradas, como una sola unidad. Es todo un logro que en tan poco tiempo se haya podido insertar en nuestro sonido, porque no es fácil reemplazar a Vaaver, que es un gran batero y estuvo con nosotros muchos años (2010 - 2018). Me fascina que los fans lo hayan aceptado tan rápido, eso es algo muy difícil para un nuevo integrante.

 -Hablando de aceptación, en “Incriminated”, de Release from Agony (1987), hacés referencia a Adolf Hitler y en cómo se estigmatiza a los alemanes por cosas que pasaron hace 70 años. Hoy en día, ¿todavía cargan con esa cruz?

-Claro que sí, ya que Alemania será incriminada por siempre. Por un lado, es muy bueno aprender del pasado, donde nuestro país cometió errores. Pero por otro, el problema es que los alemanes siempre van a ser nazis. Hagamos lo que hagamos. Está bien concientizar y trabajar sobre eso, pero nosotros, como país, tenemos que movernos hacia el futuro, mirar para adelante. No veo a Alemania como un país malo y lleno de nazis. Es más, me parece que hay más en Estados Unidos o Rusia. Y eso es terrible.

 -Previo a la grabación de Cracked Brain, en 1989, te echaron del grupo. ¿Qué pasó?

-Básicamente, hubo muchas peleas, diferencias y me sacaron. No fue un periodo fácil en mi vida.

 -Con Violator, Havok, Evile y Revocation a la cabeza, hay actualmente un revival del thrash. ¿Qué pensás de esto?

-Es fantástico. Recuerdo cuando Destruction volvió, en 1999, que no había tantas propuestas de thrash. A partir de ahí, vimos el nacimiento de esta nueva escena, que es una gran reanimación para un género que tiene mucho potencial y un gran nivel técnico. Por eso, siempre tratamos de ayudar y de dar una mano. Por ejemplo, estuvimos de gira con un Nervosa, un trío brasileño de mujeres. Son el futuro del thrash metal.

*Sábado 29 de septiembre en el Teatro Vorterix, Avenida Federico Lacroze 3455. A las 19. 

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