Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
Seguinos en
Banner

Nene Almibar

Nene Almíbar, música de contrastes

Cronista: Lucas González | Fotos: Cynthia Ascani

10 de Agosto, 2018

Nene Almíbar, música de contrastes

Corazón ortiba, el nuevo disco del grupo, navega en un mar de ironías y guitarras acústicas.

Con Spinetta como norte musical, Nene Almíbar cuenta con un par de álbumes publicados. Corazón ortiba (2018), el más reciente de ellos, retoma dos elementos esenciales del conjunto (el sonido de la guitarra acústica y la ironía) y los potencia, como en "Cancho", una buena síntesis de lo que propone el material. La esencia no se resigna, pero se resignifica. Además, a diferencia de El Accidente (2015), ahora hubo un tiempo más prudente para la escritura, un detalle que se percibe en los diez tracks del flamante trabajo que presentarán mañana por la noche en La Tangente.

En una pizzería de Palermo, sentado junto a su compañero de guitarras José Burgueño, Manu Piras piensa cada una de las cosas que le dice a Revista El Bondi. Entre respuesta y respuesta, un tiempo de reflexión, de análisis, de observar. “Llegamos más plantados y afianzados”, admite el también cantante y principal compositor del proyecto sobre la actualidad que atraviesan.  

-Manu, reconociste que los primeros temas fueron “un accidente”. ¿Fue tan así?

MP: -Es así. No sabíamos qué carajo estábamos haciendo. En Corazón ortiba hay más conciencia, aunque tampoco es que las cosas se piensan muchísimo. No le damos 20 mil vueltas ni lo sobrepensamos.

-¿Cómo evaluás los primeros temas que compusiste?

MP: -Que eran muy largos (risas). Si duran eso, es porque lo necesitábamos, debía ser así. De repente, en este disco se maduró por ese lado. Ahora encontré la manera de ir al punto mucho más conscientemente.  

-En cuanto al sonido, para El Accidente buscaron separar lo que pasaba en estudio a lo que era el vivo. ¿Y en este?

MP: -(piensa) Este tiene un plus, como la inclusión de vientos, teclas, que iremos viendo cómo lo podemos ejecutar en vivo. 

Jose Burgueño: -Desde el inicio, la acústica que toca Manu tuvo un papel preponderante, porque no era que sólo hacía dos acordes para llenar. Tiene partes importantes, como riffs, rítmicas diferentes. Se juega con eso. Y en este segundo disco más aún, porque ahora empezó a tocar en vivo con una de 12 cuerdas.

-Con su primer trabajo, alcanzaron cierto grado de profesionalismo y reafirmaron su postura de no pagar por tocar. ¿Hoy día, cómo se paran ante el mercado?

MP: -Desde un principio nos propusimos proteger el producto. Eso significa ponerle un precio, para darle la importancia que se merece. En ese sentido, estuvimos bastante bien plantados con respecto a no pagar por tocar. Te pone en otro lado.

-Pero de esa forma es más difícil el camino, ¿no?

MP: -Sí, seguramente. Pero al fin y al cabo, es cómo hay que hacer las cosas. Pagando por tocar, toda la vida te van a ir ver sólo tus amigos y tus papás, porque nadie en la calle te va a comprar una entrada si no conocen lo que hacés. Si es que sólo depende de vos que la gente te escuche, estás destinado a un público familiar. Hay que estar dispuestos a laburar el doble, a tocar para dos personas, algo que nos pasó por bastante tiempo. Y así fue que se fue generando algo. Algo, tampoco es que vimos la diferencia de un día para el otro. Se fue gestando.

-¿La idea es vivir de o para la banda?

MP: -La banda es mi única esperanza. Todos estamos en la misma. Todos queremos vivir de esto que hacemos, que es lo que nos gusta. No podríamos hacerlo de otra manera. Lo tenemos bastante claro. Al mismo tiempo, todos vivimos para esto, es nuestra prioridad ante cualquier cosa.

-Al igual que en el registro anterior, en Corazón ortiba hiciste todas las canciones en solitario, menos una, “Felices las niñas”, donde compartís los créditos con Ignacio Molina. Teniendo en cuenta esto, ¿te sucede como a los cineastas y novelistas, que escribís lo que te gustaría leer?

MP: -Sí. Me tiene que gustar en todo su esplendor. Para que eso suceda, tiene que conectar con lo que me gusta escuchar, algo que tengo muy bien determinado. Intento buscar eso. Al no tener ningún tipo de estudio musical, muchas veces es un laburo extra poder expresar las cosas exactamente como las quiero. Hay mucha prueba y error.

-¿La intención siempre es esa, que te genere una sensación de placer?

MP: -La música son contrastes. Algo que suena horrible, no tiene por qué serlo universalmente. Podés hacer una melodía con la guitarra completamente desafinada, ponerla en un contexto determinado y que sea una hermosura. El contraste me gusta. Por eso, hay elementos en las canciones que están puestos para generar algo un poco más raro. 

-Reconociste que “Los huesos”, del LP anterior, surge a partir de algo que te ocurrió. ¿Es una constante en tu manera de componer la de volcar experiencias en las canciones?

MP: -Más o menos. En realidad, muchas de las letras tienen mensajes sólo para mí. Hay guiños, sí, pero pocas cosas tratan de hechos concretos. Hablo mucho de mis amigos, pero en un todo. Eso tal vez sea lo más concreto que se pueda encontrar. Igual, cada uno le da el significado que quiera. 

-En Facebook se manifestaron a favor de la despenalización del aborto. ¿Por qué consideran que es necesario tomar una postura al respecto?

MP: -Para empezar, porque es algo que vivimos todos los días. Estamos muy cerca de personas que militan por la legalización del aborto, que respetamos mucho. Es muy necesario, porque también hay que sacarlo debajo de la tierra. Además, hablar todo el tiempo sólo de cosas frívolas, no juega. En parte, hay que marcar posición, porque es el momento. Hoy que se está visibilizando, es bueno que se vea públicamente que hay mucha gente a favor de este cambio, que es inminente y necesario.

*Sábado 11 de agosto en La Tangente, Honduras 5317. A las 21. 

TODAS LAS FOTOS