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Daniel Melero

Daniel Melero: "La música tiene que ser un vehículo de libertad"

Cronista: Ariel Andreoli | Fotos: Gentileza prensa

10 de Febrero, 2018

Daniel Melero: "La música tiene que ser un vehículo de libertad"

Al ritmo de Cristales de Tiempo, su última placa editada en vinilo, Daniel Melero se presenta este jueves 15 en La Tangente. Antes, habló con El Bondi sobre su presente, su forma de trabajo y su visión sobre la escena Indie.

Los cristales de tiempo fueron presentados hace muy pocos años como una nueva forma de materia. De esta manera, llegaron para refutar toda idea o ley previa, con pruebas y argumentos. Casi como sinónimo de ellos, el músico y productor Daniel Melero siempre se las ingenió para demostrarle a los más clásicos que para hacer música, no hace falta tener instrumentos, sino simplemente buenas ideas y llevarlas a cabo. Con buena onda y sinceridad, el músico cuenta en este mano a mano con Revista El Bondi cómo es el mundo Melero de hoy.

-¿Cómo nace "Cristales de Tiempo"?

-Siendo sincero, fui a grabar la primera sesión del disco, cuando mi esposa llegó a casa y le mostré el material que había hecho con la guitarra, y me ordenó: “Andá a grabar” (risas). En términos musicales, la primera impresión que tuve del álbum fue una vez que me encontraba solo en el estudio con una guitarra acústica y una pequeña caja de ritmos. Tenía además, ideas de un par de temas, la letra de uno y algunas frases dispersas que con el tiempo fueron parte de las letras. Por supuesto que hubo cosas que no sucedieron en la grabación inicial, sino que se dieron en las siguientes sesiones y con las ideas de otros, particularmente de Yuliano (Yul Acri), como “Mujeres de fuego” y  “Arquetipos”, en los que colaboró en la composición y la producción de todos los temas, y encajó muy bien con el labor de toda la banda. El disco también tiene la particularidad de que lo fuimos armando a través de conversaciones vía emails o telefónicas, muy largas y tendidas, en las que debatíamos sobre frases que les habían resultado interesantes a cada uno de las integrantes de la banda. Tal es así que en una de esas charlas, Yul me dio el nombre de la canción fundamental del álbum, "Viaje Peligroso".

-¿Textos de quién por ejemplo?
- Propios, o encontradas on line, en un libro o en una fotografía. Todas cosas que ... cómo te puedo explicar... (piensa un rato) ¡No le mostrarías a nadie! (risas)

-Este nuevo disco cuenta con la misma formación que te acompaña desde hace un tiempo, ¿cómo es para Daniel Melero trabajar en forma en conjunta por tanto tiempo, siendo alguien que acostumbraba a trabajar individualmente?
-Me siento muy conectado con todos. Es algo hermoso porque, si bien somos las mismas personas, también somos mutantes. Muchas veces me siento un administrador de ideas porque soy el que tiene el empuje para hacer las cosas y entrar a grabar. Pero después, la deriva de todos es maravillosa: uno recuerda un sonido de batería que había quedado descartado y lo incluye, otro tiene un error en un ensayo que termina dándole originalidad al sonido. Todos suman esos nuevos caminos que no son ideas sino intenciones ocultas.

-¿Cómo fue la elección del nombre del álbum?
-Soy de tener anotados muchos proyectos con títulos de discos o emblemas con los que se puede trabajar. Todas palabras o conjuntos de ellas icónicas. Cuando hicimos Atlas, tenía anotado sobre el nombre, Cristales de Tiempo, pero lo que terminó siendo mi disco anterior, poco se parecía a eso. Sobre esta nueva teoría, venía leyendo desde hacía un tiempo largo, que tiene toda esa reinterpretación de la ciencia que tanto me gusta a hacer, y que viene a romper con las leyes, para demostrar que siempre son equívocas. Todo esto hizo que pudiera trabajar líricamente sobre unas especies de aberraciones sintácticas, simplemente por el movimiento temporal de las oraciones. Fíjate que podés encontrar en el disco hasta una locución, que no tiene sentido si nos queremos aferrar a la idea de “presente, pasado y futuro”. De todas maneras, yo creo en el presente continuo que afortunadamente es inasible. Y veo que en estos quiebres de la ciencia, emerge el arte como respuesta, aunque sea científica la postura.

-El disco también tiene paisajes que suenan a muchos discos de tu discografía por momentos, ya sea Conga (1988), Cámara (1991), Travesti (1994), Rocío (1996) Vaquero (2001), pero a su vez tiene un sonido nuevo, ¿sentís que así como los cristales de tiempo rompen las leyes de la física, tu nuevo álbum representa un quiebre en tu discografía?
-Trabajé en muchos discos y participé de invitado en tantos otros más, y ya no me propongo cambiar, ni hacer o no hacer tal cosa. Prefiero ser víctima del sonido, y no buscar un escapismo de las cosas que he hecho: las asumo y forman parte de un trampolín que me lleva hacia un lugar distinto. Si bien todo depende del salto que uno haga para ver como se sumerge en las cosas, ya no existe en mí esa histeria o ese amor/odio con mi disco anterior, como tampoco me digo que no quiero hacer algo porque ya no me interesa, sino que me puse compasivo con la personita interna que tengo a la hora de componer. Sin ir más lejos, me amigué con varios de mis álbumes gracias a la mirada que me dieron los artistas que trabajan conmigo. Antes pensaba que los discos terminaban cuando los editaba, pero ahora volví a escuchar varios trabajos míos anteriores, y ¡siento que resisto el archivo! (Risas)

-Otra particularidad que tiene el disco, es que en Argentina fue editado en plataformas digitales y en vinilo, ¿por qué elegiste este formato?
-Si bien en otros países fue editado en CD, hoy en día es inviable en este país y me pareció más rentable editarlo en vinilo. Como objeto, el CD tiene el mismo valor que un pin que te comprás a la salida de un show. Y si bien tanto el vinilo como el disco compacto son de otra era de la reproducción, el vinilo tiene ese valor agregado que es, por un lado el desgaste, porque nunca va a sonar igual que la primera vez y la caja se va a ir ajando, demostrando la historia que tuviste con este objeto, y, por otro, marca la voluntad de querer seguir escuchándolo, ya que para saber cómo sigue el disco, hay que levantarse e ir a darlo vuelta. Eso el CD no lo tiene.

-Siendo alguien relacionado con la modernidad, ¿qué sentís al ver volver al vinilo cómo formato de reproducción?
-No es un tema que me interese demasiado. La música ya es un objeto muy usado, que a veces se parece al empapelado de las paredes, y depende cual elegiste, parecería que te define qué sonido tenés para el resto de tu vida. El gran público escucha canciones más que álbumes enteros. No me parece realmente que tenga ese valor añadido de un mejor sonido que se le quiere dar, sino más bien, se trata de una cuestión de usos. Yo no discrimino al mp3, de hecho, me encanta. Pero creo que esa fascinación que apareció ahora por el vinilo es porque religiones se crean todo el tiempo alrededor de cualquier cosa. ¡Vas a ver que pronto va a aparecer la del MP3!

- Y vos vas a estar sacando un disco sobre eso…
-Seguramente. Es más, ¡ya lo hice! (Risas) Pero realmente siento que la música es mucho más linda que una religión con valores rígidos. Tiene que ser un vehículo de libertad.

-Siguiendo en un plano retro, el año pasado el sello El Libertador, editó un trabajo tributo a Los Encargados, ¿cómo lo tomaste?
-Me hace sentir muy halagado. Me encantó ver las versiones y las visiones que tenían los otros artistas en relaciones a las originales. Sigue siendo un halago enorme.

- Estás grabando nuevamente con Carlos Cutaia (ex Pescado Rabioso y La Máquina de Hacer Pájaros) con quien ya trabajaste en dos discos Carlos Cutaia Orquesta (1985) y Cutaia-Melero (2014), ¿cómo es grabar con alguien como él?
-Siento que tenemos conversaciones muy interesantes y que la música termina siendo una consecuencia. Son divertidos los aspectos que tienen las charlas. Ojalá que eso se trasladase al proyecto que estamos grabando, que ni siquiera sé si va a ser un disco. Quizás termine siendo una experiencia personal que quede guardada para nosotros dos. Aunque no es solamente con estas grabaciones, te podría decir que tengo muchas cosas grabadas que no terminan siendo editadas por un montón de factores distintos. Siento que un disco o cada canción que uno da a conocer es una opinión del artista, y quizás por el contexto o por la controversia que podría generar no se publica. Lo que si te puedo asegurar es que las grabaciones son espontaneas y marcan el momento en que las grabamos, por eso las dejamos así. Si las hubiésemos retocado, en caso de tener magia, la hubiesen perdido.

-También estás trabajando en un proyecto electrónico con Diego Tuñon (tecladista de Babasónicos), ¿tiene fecha de publicación?
-Eso está grabado y dentro de poco tiempo va a estar sonando en un sitio web internacional que se dará a conocer en estos días. Diego está súper sumergido sobre el tema porque está a cargo de la parte ejecutiva del proyecto. Fue un trabajo muy largo que iniciamos en 2014. El disco es de una gama de sencillez y opulencia electrónica. Cuenta con la simpleza de performance pianística y de exuberancia electrónica, y termina siendo muy abarcativo.

-El fenómeno de las bandas indie es la nueva revelación dentro de la escena nacional, ¿cuál es tu visión sobre estos grupos?
-Si una banda es indie, seguro que no me interesa. El indie para mí es la sala de espera del mainstream. No se trata mucho más que eso. Me interesa la independencia musical que pueda tener una persona, un compositor, un grupo, o lo que sea. La originalidad no existe, pero sí una visión o una perspectiva de lo que se quiere decir, y de cómo se quiere sonar. Para mí, lo indie es un estándar. Y a lo estándar, alcanza con escuchar al que lo inventó. Además, es una forma de catalogar indie a cosas que no lo son, y que tampoco han llegado al mainstream. Lo que sí veo es que es muy difícil tener un grupo hoy, quizás por eso, yo tenga uno. Siento que son poco interesantes las bandas, porque hace muchos años atrás eran como un secreto y verlos crecer con una idea, tenía una sensación especial. A comparación de eso, sólo ratifica al rock en su choza.

-Hablaste de que es muy difícil tener una banda hoy en día, pero ¿cuál es tu preparación y composición para generar por lo menos un disco por año ya sea de forma solista o trabajando en conjunto?
-No me lo planteo, pero siento que estoy muy bien estimulado. Mi manera de pensar es un lugar aburrido pero es muy bueno administrando la información que tengo junto con las grandes ideas que tienen otros. Además, tengo la suerte de estar muy bien rodeado táctica y estratégicamente (risas).

-Por último, ¿cómo preparás el show en La Tangente?
-No me siento cómodo estando siempre en el mismo lugar, y cada ensayo de Cristales de Tiempo con la banda, entendemos que no queremos que sea un clon en vivo de lo que suena el álbum, entonces lo modificamos para que sea un monstruo diferente. Además, estamos preparando canciones que jamás hemos tocado, sumando visuales distintas a las que veníamos usando. Queremos que todo suene a nuevo, a hoy, como si no existiese la historia, como si los temas se presentasen por primera vez ese mismo día.

*Foto: gentileza prensa/Rodrigo Ottaviano

*Jueves 15 en La Tangente, Honduras 5317. A las 21.
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