El niño maravilla

Es chileno, joven y lleno de pop. Nea Agostini es el artista trasandino más audaz del momento y no se conforma con haber grabado dos discos, ni tampoco con ser considerado -para la crítica especializada- como una de las promesas de la música latina; a los 19 años, tomó la decisión de viajar a Italia para crecer como profesional y el tiempo pareciera empezar a darle la razón. Actualmente, se encuentra presentando Te disuelves, su segunda placa discográfica, y ya piensa en cómo sonará su próximo álbum, un trabajo al que seguramente no le faltará ni audacia, ni pop.  

-Partiste de Chile rumbo a Italia siendo muy joven y, desde entonces, no paraste de viajar ni de grabar. ¿En qué momento de la carrera te encuentra este disco?
-En un momento muy maduro y de mayor experiencia. El álbum anterior, Nos movemos, me sirvió para aprender muchas cosas, pude hacer la primera gira; conocí mucho que cosas que funcionaban bien con el público y por eso creo que este disco es un punto muy importante en mi carrera.

-¿Qué cosas mantuviste, y cuáles no, respecto a aquel primer trabajo desde el aspecto compositivo y musical?
-Se mantuvo la esencia de las canciones, continué escribiendo sobre los diferentes pasajes de la vida, el camino a recorrer, los sueños, las dificultades, aunque con una mejoría bastante notoria. También sostuve, junto a mi hermano Ale, la espontaneidad de dejar que las canciones fluyeran sin la necesidad de encasillarnos. Creo que mejoramos la calidad de nuestras letras, además de la de mi voz, gracias al trabajo del productor Sebastian Krys.

-Según muchos críticos, sos una de las jóvenes promesas de la canción latinoamericana y tu talento está en ascendente crecimiento, ¿se siente algún tipo de presión al recibir este tipo elogios?
-La verdad es que, cuando leo ese tipo de comentarios, siento que no es cierto (risas). Junto a mi hermano, hemos invertido mucho en todo esto porque somos artistas independientes, y lo hacemos con el ánimo y el convencimiento de crecer todo el tiempo; así que cuando llegan ese tipo de elogios por parte de los críticos siento que es una suerte de premio a todo lo que hacemos para estar hoy aquí.

-¿Cuál fue la búsqueda artística de tu segundo trabajo?
-Mirá, cuando empezamos a grabar este disco, nunca tuve definido el nombre ni tampoco sabía por dónde iban a ir las canciones. Siempre dejamos que fluyera, no forzamos nada; cuando estábamos en plena grabación de las maquetas y demás, el primer track se llamaba “Te disuelves” y el quinto “Te disuelves II”, lo que daba una idea del concepto que buscábamos transmitir.  

-El hecho de viajar y grabar con Sebastian Krys, ¿fue algo planeado en pos de escaparle a las etiquetas y buscar un sonido un poco más amplio?
-No, simplemente era una oportunidad increíble y muy difícil de perdérsela. Creo que en Latinoamérica, y en Chile particularmente, estamos viviendo un momento muy fuerte de la movida independiente y todos están experimentando mucho con sonidos nuevos sin nadie que les diga qué hacer. Creo que dentro de ese movimiento es en donde nos encontramos nosotros y es difícil encasillarnos en el mundo del Pop-Rock latino.  

-Tus influencias van desde B.B. King y Clapton hasta Gustavo Cerati. ¿Cuáles son los horizontes musicales que pretendés explorar a partir de acá?
-Este un sonido bastante moderno, aunque no por eso deja de ser muy orgánico; en un futuro me gustaría ir un poco más allá y mantener los instrumentos tocados por músicos pero agregándoles un toque electrónico. Algo similar a aquello que buscó Cerati en sus primeros discos.

-Vas a tener un recorrido bastante importante por todo el continente llevando tu música. ¿Hay algún lugar especial que haya sido definido con el objetivo de ampliar el mercado?
-Nos gusta pensar que nuestra música está para quienes la necesiten y para cuando la necesiten. Me ha pasado que una mujer me comentó que su hija nos escucha todas las mañanas antes de ir al colegio, y también hombres de cincuenta años que me dicen: “Me agrada el sonido de la guitarra”. Nos gusta ese sentimiento, de saber que tenemos un sonido que atraviesa generaciones.

-¿Sentís que esas segmentaciones de público le quitan espontaneidad al músico?
-Entiendo que son necesarias porque esto es un negocio, que a muchos les funciona bien hacer ese tipo de análisis y les da resultado. En lo personal, siento que estoy en un momento de mi carrera en el que no puedo limitarme y debo seguir explorando.