Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
Seguinos en
Banner

Willy Iturri

"Lo mejor de estar sobrio es subir al escenario y disfrutar de la gente"

Cronista: Lucía Fernández | Fotos: Gentileza: Prensa

04 de Abril, 2016

"Lo mejor de estar sobrio es subir al escenario y disfrutar de la gente"

Luego de continuar su carrera en el exterior, el ex baterista de GIT vuelve en modo solista con un tour ambicioso, que propone abarcar la mayor cantidad de provincias en Argentina.

 

-Después de años en el exterior, decidiste volver a tocar en el país. ¿Cómo surgió la decisión?

-Sí, después de haber estado unos catorce años sin presentarme acá, vuelvo gracias al tour Es por amor. Afuera me va muy bien, viví doce años en Chile y México, pero de pronto me dieron ganar de venir, la gente me lo pedía. Vía Facebook me decían: "¿Cuándo Rosario?", "¿cuándo Córdoba?". Me moría por estar ahí, son muchos años que no voy. Luego de mucho tiempo sin parar, estuve unos cincos meses en Playa del Carmen descansando, y ahí pensé, ¿por qué no Argentina? Obvio que se sumó la gente que te contagia las ganas por las redes sociales.
 
-Tenés pensado girar por todo el país.

-Sí, empiezo en Gran Buenos Aires pero voy a ir a Córdoba, Mendoza, San Luis, San Juan, Rosario, Formosa. Se van a ir arreglando otras fechas, pero todos esos lugares son los confirmados.
 
-¿Cómo vivís este regreso?

-Con muchas expectativas y ansias. Quiero empezar de una vez, ya que el ida y vuelta con la gente no sé perdió. Sin embargo, primero tengo que contactarme con la prensa, para que sepan lo que vengo haciendo. Luego, debo acomodarme con la banda, que suena bárbaro.
 
-¿Hay planes instalar acá?

-Por lo pronto, voy a estar un año, haciendo giras, y luego veré.
 
-¿Por qué decidiste radicarte afuera?

-En 2002, cuando estaba girando por Chile, hubo una fuerte inundación. Ahí fue que me invitaron a participar de Un techo para Chile, un festival solidario, y decidí quedarme. Además, Argentina, en aquella época, estaba sufriendo una hiperinflación y era imposible vender shows, por poco tenía que pagar para tocar. Evidentemente, fueron varios los motivos que me llevaron a tomar esa determinación, como la recepción y el fanatismo que existe en el exterior, algo impresionante.
 
-Has sido parte de una importante generación y has trabajado con grandes músicos, como Charly García, Pedro Aznar, Luis Alberto Spinetta, León Gieco, Andrés Calamaro y Gustavo Santaolalla. Todos referentes del rock nacional. ¿Cómo te hace sentir eso?
 
-Muy cómodo, la gente me reconoce por las calles, me dice cosas muy lindas y eso me emociona. Los músicos con los que estuve me dejaron algo para que yo continuara como solista, y sepa lo que quiero, pero creo que también mi estilo le sirvió a ellos, sobre todo a Charly. Él era clásico, como yo, y no venía del palo del jazz. Desde el primer momento nos entendimos e hicimos cosas muy buenas. Hubo buena conexión desde el primer momento.
 
-Y esta época, ¿cómo la percibís?

-Hace un mes estoy acá y no conozco mucho de la escena, porque no vengo escuchando música. Sólo escuché Estelares y me gustó. En la década del 80 y 90, las bandas que había eran impresionantes y cada uno tenía su estilo, su sonido y creo que hace falta un poco de eso. Igual, veo que el movimiento siguió y hay mucha música nueva.
 
-Parafraseando el nombre que elegiste para este tour, ¿el amor por la música es lo que te sigue movilizando?

-Sí, porque por amor hago todo esto. Estar arriba de un escenario, para mí, es la vida, algo muy importante y absolutamente necesario. Es una droga buena y sana, porque también están las malas, que me trajeron problemas. Soy alcohólico y estuve internado por mi adicción a las drogas, además pasé por Alcohólicos Anónimos, porque también estoy ocupándome de mí y veo como cada cosa vuelve a su lugar. Es una enfermedad lenta, progresiva y mortal, es difícil salir, pero no imposible, y todo esto me da mucha fuerza y polenta. Amo a la música y estando sobrio empecé a reencontrarme de a poco. Antes, era alcohol, un pasecito y durante la noche hacía cuatro temas. Ahora compongo mucho más tranquilo, me tomé mi tiempo y busqué inspiración en otras cosas.
 
-¿Consideras que hay cierto prejuicio en asociar al músico con drogas y alcohol?

-Por supuesto, mis compañeros de Alcohólicos Anónimos eran abogados, odontólogos y arquitectos, no tiene nada que ver con la profesión. Es una enfermedad que te agarra donde estés, no es por ser músico que yo sea alcohólico. En Wall Street está la gente que más consume.
 
-¿En algún momento pensaste en dejar la música?

-Sí, dudé. Cuando fui al médico y me dijo que me quedaban dos meses de vida dudé de todo, hasta de vivir. 
 
-Entonces, ¿considerás que la felicidad está en disfrutar la música de otra manera? 

-Sí, en un recitale me caí arriba de la batería y estaba bastante harto de eso, de hacer cagadas en los hoteles y en el escenario. Los espectadores, en vez de ver el show, esperaban ver si me rompía o no la cabeza. Y eso no es vida, es una infelicidad. Del 97 al 99 fui muy infeliz y hacía cualquier cosa, componer, por ejemplo, era imposible. Se me olvidaban las letras, no veía absolutamente nada porque estaba todo el tiempo en pedo. Lo mejor de todo es estar en el escenario sobrio, disfrutar de la gente. Antes me miraba sólo el ombligo y me daba lo mismo. Hace muchos años todo eso es diferente porque a la gente la sentís y si te pregunta algo le respondes.
 
-En estos shows, además de la interacción y oírte cantar, el público vuelve a verte en la batería. 

-Así es, el show es muy interactivo: una hora y media donde hago los clásicos que la gente quiere escuchar, pero con un sonido más rock & roll, y sumo temas nuevos. Estoy al frente y también paso a la batería. Traigo un buen espectáculo y la banda suena muy bien.
 
-Particularmente, ¿te sentís más cómodo tocando o cantando?

-Me encantan las dos cosas, ya que estar adelante te da más expresión. Desde el primer día, me sentí seguro frente al micrófono. En algunas canciones de GIT, cuando cantaba, notaba que a la gente le gustaba y me sentía cómodo.
 
- En el 2010 tocaron con GIT en el Luna Park, en un show reencuentro. ¿Hay chances de que haya alguna otra presentación?

-No hay ninguna posibilidad de que vuelva GIT. Ya fue. Los chicos siguen produciendo y haciendo sus cosas, y yo estoy enfocado en lo mío. 
 
-¿La idea de producir te entusiasma poco, no?

-Produje desde el 94 al 97, tenía salas de ensayo donde trabajé con algunos grupos. Pero estar frente del escenario es distinto, tiene esa cosita de nervios en el estómago que te da antes de salir. Eso es impagable, el estudio es otra cosa. 
 
*Sábado 9 en el Teatro UOM, Avenida Illia 2340 (San Justo). A las21.
 
 
 
TODAS LAS FOTOS