Audioperú
"No tengo otro amigo como Toto, y eso lo extraño mucho"
Cronista: Ariel Andreoli | Fotos:
Gentileza prensa
31 de Marzo, 2016
Rudie Martínez es uno de los personajes más excéntricos, modernos y divertidos que tiene la escena local. Cargado siempre de proyectos, habla de la vuelta de Audioperú, su nueva banda RR Orquesta, del legado que dejó con Adicta la década pasada y su amistad entrañable con el querido Toto Nievas.
-¿Cómo surge esta idea de volver con Audioperú?
-¿Tienen pensado editar el disco en formato físico o lo van a subir a la web?
-No estoy de acuerdo con eso de subirlo a la web. Lo haremos en formato físico, y ya estamos en contacto con un amigo que tiene un sello de electrónica para que salga por ahí. El título será I´m your Mother, aunque es un nombre viejo, que lo tengo pensado desde 2004. ¡Tenía el nombre y me faltaban los temas! (Risas).
-¿Por qué no estás de acuerdo con la carga de canciones a la web?
-Porque me parece que es perder el tiempo. En primer lugar, creo que el vinilo volvió con todo y hoy la gente empezó a valorar lo que es el arte de tapa y esas cosas. El disco físico sigue siendo una carta de presentación, tiene su estética, un concepto en el orden de temas. No es subir y me voy. Por ejemplo, cuando arranqué con RR Orquesta, pasaba los temas personalmente a quienes querían escucharlos. A la web los subí una vez que tenía un vídeo hecho.
-Audioperú vuelve con dos fechas confirmadas, ¿cómo las vienen preparando?
-En RR volviste a cantar, algo que no sucedia desde Victimas del Baile, banda que tuviste en los 90. ¿Lo disfrutás?
-Al principio, no. Me sentía muy inseguro y nervioso antes de cantar. Sin embargo, luego de unas presentaciones que hicimos en el verano, un amigo me pasó videos y me gustó el resultado. Después de eso me terminé de relajar. Otra particularidad, es que antes idealizaba todo para el tono de Toto (Adrían Nievas, ex cantante de Adicta) o de Fede (Hoffmann, ex cantante de Maldonado) y ahora hago las cosas para mi. Entonces, compongo otra clase de melodías, y eso es un acierto genial.
-¿Tenés pensado editar un disco nuevo con la banda?
-¿Cómo fue el armado de la fecha?
-Cuando yo lo planteé con los chicos del grupo, les dije que lo que hiciéramos esa noche tenía que ir para adelante y ser una fiesta, porque íbamos a festejar la música. El tributo de esa noche no sólo fue para Toto, sino también para Adicta, porque la banda merecía un cierre así. Nunca imaginé la magnitud que iba a tener esa fecha. Mi idea inicial era hacerla en La Cigale, para ver si iba gente. Ahí me empezaron a decir que estaba loco, y yo interiormente me preguntaba: “¿Quién va a ir, si la banda no existe hace cuatro años?”. Hasta que me convencieron de que tenía que ser en un lugar más grande, y Niceto Club nos dijo que sí. A los pocos días me llaman que las anticipadas ya estaban casi agotadas y me sentí muy bien por saber que se hacía una fecha por una causa tan linda. Con Joaquín nos pusimos a organizar todo, y por suerte nos salió bien. Fue muy difícil organizar a tantos músicos, con sus tiempos, los nuestros, y coordinarlos en 26 canciones, junto a la banda sonando en vivo. Por suerte en la prensa, apareció Diego Spektor a darnos una mano, pero llegamos bastante desbordados al show.
-No puedo evitar preguntarte por Toto, quien fuera tu gran socio musical y un amigo. ¿Cómo lo recordás?
-Estás entre muchos proyectos y discos nuevos a editar, ¿qué más te gustaría hacer?
-Siendo muy sincero, vivo el día a día. Soy de ambiciones cortas y no soy de soñar. Hoy me levanto, tengo que hacer esto. Mañana, no sé. Obvio que quiero que salgan los discos. Pero hoy en día… (piensa) creo que estamos subidos a un pony que anda (risas). Cuanto resista, es hasta donde llegaremos. No quiere decir que no sea totalmente meticuloso en todo lo que hago, pero vivo hoy, no pienso en el futuro.
-Como siempre que vuelve la banda, alguien me invita a tocar y reaparece (risas). Desde hace más de cinco años estoy haciendo temas de forma constante, y cuando siento que está bueno, los paso a DJ’s amigos, para ver qué les parece. Así fue como Dany Nijensohn (DJ) me preguntó si no tenía ganas de tocarlos en vivo y me ofreció una fecha, porque le había gustado mucho.
-Además, te asociaste con Julián Gómez, quien fuera operador de sonido de los shows de Fuerza Bruta.
-La verdad es que siempre necesito un socio: estoy todo el tiempo con tantas bandas, que un socio operativo no está mal, y con Julián nos llevamos perfecto. Me la paso pensando y paseando en mi mente, y él está ahí, con las máquinas, tantos años en Fuerza Bruta le dieron un training espectacular. Empezamos a trabajar en el disco hace un mes, y ya casi lo tenemos. Son ideas que él tenía por un lado y algunas mías viejas, que tenía por el otro. Esa suma termina en lo nuevo de Audioperú. Lo que también está buenísimo es que será inclasificable: no es dance, tecno, Pop, no es nada. Es medio cocoliche y eso me inspira.
-¿Tienen pensado editar el disco en formato físico o lo van a subir a la web?
-No estoy de acuerdo con eso de subirlo a la web. Lo haremos en formato físico, y ya estamos en contacto con un amigo que tiene un sello de electrónica para que salga por ahí. El título será I´m your Mother, aunque es un nombre viejo, que lo tengo pensado desde 2004. ¡Tenía el nombre y me faltaban los temas! (Risas).
-¿Por qué no estás de acuerdo con la carga de canciones a la web?
-Porque me parece que es perder el tiempo. En primer lugar, creo que el vinilo volvió con todo y hoy la gente empezó a valorar lo que es el arte de tapa y esas cosas. El disco físico sigue siendo una carta de presentación, tiene su estética, un concepto en el orden de temas. No es subir y me voy. Por ejemplo, cuando arranqué con RR Orquesta, pasaba los temas personalmente a quienes querían escucharlos. A la web los subí una vez que tenía un vídeo hecho.
-Audioperú vuelve con dos fechas confirmadas, ¿cómo las vienen preparando?
-¡Mirá que preparada estará que sólo tenemos una! (risas). Son dos fechas diferentes. La primera es un poco más sencilla, porque somos parte de la fiesta, pero vamos a estar haciendo muchos temas nuevos. En cambio, en le fecha de abril, como Julián es un capo con los vídeos, proyectaremos distintas imagenes para cada canción. No es nada nuevo, pero es algo decorativo, para no sólo ver a dos boludos parados (más risas).
-Hablaste antes de RR Orquesta, otro de tus proyectos, pero en formato de banda. ¿Cómo surgió?
-Hablaste antes de RR Orquesta, otro de tus proyectos, pero en formato de banda. ¿Cómo surgió?
-En realidad no iba a ser ni un grupo. Un verano me encerré a componer canciones e hice la mayoría que integran el repertorio de la banda. Buscaba un cantante, pero mi ex pareja me insistía en que yo tenía que cantar. Lo terminé llamando a Joaco (Franco, ex baterista de Adicta y Maldonado) como 6 meses después, y le dije estabamos listos para grabar un disco, a lo que preguntó quiénes y le respondí: “Vos y yo” (risas).
-Pero él no tenía idea de qué se trataba.
-No, yo le decía que eran unas canciones tecno pop. Empezamos a demear, ver lo qué faltaba, y así lo llamamos a Ale (Kaufmann, ex tecladista de Adicta) para que nos de una mano. Cuando se empezó a correr la bola que tenía una banda nueva, me invitaban a tocar de todos lados, ¡y todavía no estaba armado nada! (Risas). Después se sumó Juli (Horita, ex guitarrista de Adicta y Maldonado) que quiso participar grabando unas guitarras. Luego de eso, le dije: “¡Dale Juli, tenés que tocar!”. Pero él no quería tocar la viola, así que terminó siendo parte del grupo, pero en el bajo.
-Al tiempo incorporaron a otro guitarrista.
-Todo se dio como un rompecabezas. No era algo serio, era más bien para despuntar el vicio, pero se transformó en algo que queremos mucho. Somos casi Adicta, pero dado vuelta e invertidos, cambiándonos los roles. Realmente, ellos son los mejores músicos con los que toqué, y si hago algo, quiero hacerlo con ellos. Ya nos conocemos. Para que se den una idea, ensayamos una vez al mes.
-¿Una vez al mes?
-Sólo nos vemos una vez y suena así. Para nuestra última fecha, ensayamos la noche anterior. Es algo muy parecido, a lo que me pasa con Julián Gomez. Si bien hacemos retoques y agregamos cosas, recién la semana pasada nos juntamos para armar el set. La música me gusta de una forma más oficinista: voy, hago mi trabajo y ya está (risas). Aunque me la paso pensando en ella y en sus formas, detesto ensayar. No puedo creer la gente que ensaya cinco horas... Yo disfruto mucho del show.
-Todo se dio como un rompecabezas. No era algo serio, era más bien para despuntar el vicio, pero se transformó en algo que queremos mucho. Somos casi Adicta, pero dado vuelta e invertidos, cambiándonos los roles. Realmente, ellos son los mejores músicos con los que toqué, y si hago algo, quiero hacerlo con ellos. Ya nos conocemos. Para que se den una idea, ensayamos una vez al mes.
-¿Una vez al mes?
-Sólo nos vemos una vez y suena así. Para nuestra última fecha, ensayamos la noche anterior. Es algo muy parecido, a lo que me pasa con Julián Gomez. Si bien hacemos retoques y agregamos cosas, recién la semana pasada nos juntamos para armar el set. La música me gusta de una forma más oficinista: voy, hago mi trabajo y ya está (risas). Aunque me la paso pensando en ella y en sus formas, detesto ensayar. No puedo creer la gente que ensaya cinco horas... Yo disfruto mucho del show.
-En RR volviste a cantar, algo que no sucedia desde Victimas del Baile, banda que tuviste en los 90. ¿Lo disfrutás?
-Al principio, no. Me sentía muy inseguro y nervioso antes de cantar. Sin embargo, luego de unas presentaciones que hicimos en el verano, un amigo me pasó videos y me gustó el resultado. Después de eso me terminé de relajar. Otra particularidad, es que antes idealizaba todo para el tono de Toto (Adrían Nievas, ex cantante de Adicta) o de Fede (Hoffmann, ex cantante de Maldonado) y ahora hago las cosas para mi. Entonces, compongo otra clase de melodías, y eso es un acierto genial.
-¿Tenés pensado editar un disco nuevo con la banda?
-Sí, y la idea es editarlo pronto. Se retrasó un poco porque estuve produciendo otras bandas, y no me alcanza el tiempo físico para todo. Le doy el tiempo que puedo dedicarle, pero ya los temas están grabados y hasta algunas canciones masterizadas.
-Y si tuvieras que resaltar algo de RR que te agrede mucho, eso sería...
-Y si tuvieras que resaltar algo de RR que te agrede mucho, eso sería...
-Me gusta cuando la gente viene a los shows y no sabe qué fucking cosa verá: son los mismos Adicta, pero la música es totalmente diferente. Eso sorprende, a muchos para bien, y a otros para mal (risas). Lo bueno es que no pasa desapercibido.
-Antes nombraste a Adicta, banda fundamental del Rock nacional de las últimas décadas de la que fuiste parte, dentro de poco van a editar un documental (Nuevo Rock: Adicta, el documental, por Alejandro Barrios), ¿qué sentís que hagan un trabajo así dedicado a la banda? ¿Estuviste involucrado en él?
-La idea venía desde antes de la separación del grupo, aunque al director se le estaba haciendo muy difícil conseguir material fílmico. Y encima yo un día lo llamé y le pregunté como venía, y le dije que si quería hacer una entrevista y grabar, que se venga ya que estábamos haciendo nuestro último ensayo. Nuestro final fue muy repentino, y al principio no me creía. Así que esa misma tarde, se tuvo que venir a la sala, porque no iba a haber otro momento. Si bien no tuve que ver directamente, mi ex pareja donó todo su material de vídeos para el documental, que filmó durante años. Tuve la suerte de verlo terminado, y me parece un trabajo muy digno. Es una buena síntesis de lo que fue Adicta, el momento en que salió y todas esas bandas que emergieron en esos años, buscando un sonido nuevo. Realmente hay material muy interesante donde se hacen pantallazos a la época, con unas entrevistas a distintas personas que aportan datos buenísimos.
-Adicta se separó en dos recitales muy extraños a principios de 2012. ¿Crees qué el show del 30 de junio de 2015 fue el final que la banda necesitaba?
-Me arrepentí mucho de esos shows que dimos. Me quedó una sensación horrible, pero son equivocaciones que a veces se cometen. Personalmente siento que era un show que me debía. Más allá de que lo hicimos por una causa noble, el sabor amargo que tenía por haber hecho esas dos fechas desastrosas, nos merecíamos hacer algo a la altura de lo que éramos: tocar y sonar como solíamos hacerlo. Lamentablemente, el motivo fue algo muy triste, muy dark.
-Antes nombraste a Adicta, banda fundamental del Rock nacional de las últimas décadas de la que fuiste parte, dentro de poco van a editar un documental (Nuevo Rock: Adicta, el documental, por Alejandro Barrios), ¿qué sentís que hagan un trabajo así dedicado a la banda? ¿Estuviste involucrado en él?
-La idea venía desde antes de la separación del grupo, aunque al director se le estaba haciendo muy difícil conseguir material fílmico. Y encima yo un día lo llamé y le pregunté como venía, y le dije que si quería hacer una entrevista y grabar, que se venga ya que estábamos haciendo nuestro último ensayo. Nuestro final fue muy repentino, y al principio no me creía. Así que esa misma tarde, se tuvo que venir a la sala, porque no iba a haber otro momento. Si bien no tuve que ver directamente, mi ex pareja donó todo su material de vídeos para el documental, que filmó durante años. Tuve la suerte de verlo terminado, y me parece un trabajo muy digno. Es una buena síntesis de lo que fue Adicta, el momento en que salió y todas esas bandas que emergieron en esos años, buscando un sonido nuevo. Realmente hay material muy interesante donde se hacen pantallazos a la época, con unas entrevistas a distintas personas que aportan datos buenísimos.
-Adicta se separó en dos recitales muy extraños a principios de 2012. ¿Crees qué el show del 30 de junio de 2015 fue el final que la banda necesitaba?
-Me arrepentí mucho de esos shows que dimos. Me quedó una sensación horrible, pero son equivocaciones que a veces se cometen. Personalmente siento que era un show que me debía. Más allá de que lo hicimos por una causa noble, el sabor amargo que tenía por haber hecho esas dos fechas desastrosas, nos merecíamos hacer algo a la altura de lo que éramos: tocar y sonar como solíamos hacerlo. Lamentablemente, el motivo fue algo muy triste, muy dark.
-¿Cómo fue el armado de la fecha?
-Cuando yo lo planteé con los chicos del grupo, les dije que lo que hiciéramos esa noche tenía que ir para adelante y ser una fiesta, porque íbamos a festejar la música. El tributo de esa noche no sólo fue para Toto, sino también para Adicta, porque la banda merecía un cierre así. Nunca imaginé la magnitud que iba a tener esa fecha. Mi idea inicial era hacerla en La Cigale, para ver si iba gente. Ahí me empezaron a decir que estaba loco, y yo interiormente me preguntaba: “¿Quién va a ir, si la banda no existe hace cuatro años?”. Hasta que me convencieron de que tenía que ser en un lugar más grande, y Niceto Club nos dijo que sí. A los pocos días me llaman que las anticipadas ya estaban casi agotadas y me sentí muy bien por saber que se hacía una fecha por una causa tan linda. Con Joaquín nos pusimos a organizar todo, y por suerte nos salió bien. Fue muy difícil organizar a tantos músicos, con sus tiempos, los nuestros, y coordinarlos en 26 canciones, junto a la banda sonando en vivo. Por suerte en la prensa, apareció Diego Spektor a darnos una mano, pero llegamos bastante desbordados al show.
-Participó mucha gente.
-También se nos hizo complicado decirles a músicos amigos que no, porque eran muchos los que querían participar y eran mandarles mensajes personalmente para pedirles disculpas, pero que nos entendieran. Superó todas mis expectativas y salió mejor de lo que me imaginaba. Creo que fue un gran cierre, y fue el cierre. Lo de Niceto fue muy memorable y quedará por siempre.
-Siempre que vuelvo a esa noche, me acuerdo de una frase tuya en el final del show: “¡No dejen que les vendan basura! En este mismo momento, hay miles de bandas nuevas a punto de nacer”. Es una frase que dijiste de una manera, pseudo enojado, ¿la seguís sosteniendo?
-Cuando veo los carteles de bandas de afuera, que llenan lugares, y le dan tanta movida, me hace sentir que el argentino es un poco snob, como que si es de afuera, es mejor. Y eso es muy triste para un pueblo. Veo las bandas que nacieron en los 2000, y que ya no están más, y me duele. No existe más Adicta: ¡Qué porquería!; ni Victoria Mil (VM): ¡Qué bajón!; ni Los Látigos: ¡Horrible! Eso pasó porque no tuvieron el apoyo del público. Hoy ponés un disco de Victoria a alguien nuevo en el ambiente, y el tipo te dice que está buenísimo, porque suena actual. Y la banda, no llevaba ni 100 tipos. La gente no tiene ni idea lo lindo que es ver el crecimiento de una banda. Formás parte de algo. Hoy en día no existe un movimiento en sí que represente a ciertos grupos, pero sí hay bandas muy buenas. Me llegan constantemente demos de cosas interesantes, pero que ni siquiera pueden tocar en los circuitos de bares, ¡porque tendrían que pagar!
-También se nos hizo complicado decirles a músicos amigos que no, porque eran muchos los que querían participar y eran mandarles mensajes personalmente para pedirles disculpas, pero que nos entendieran. Superó todas mis expectativas y salió mejor de lo que me imaginaba. Creo que fue un gran cierre, y fue el cierre. Lo de Niceto fue muy memorable y quedará por siempre.
-Siempre que vuelvo a esa noche, me acuerdo de una frase tuya en el final del show: “¡No dejen que les vendan basura! En este mismo momento, hay miles de bandas nuevas a punto de nacer”. Es una frase que dijiste de una manera, pseudo enojado, ¿la seguís sosteniendo?
-Cuando veo los carteles de bandas de afuera, que llenan lugares, y le dan tanta movida, me hace sentir que el argentino es un poco snob, como que si es de afuera, es mejor. Y eso es muy triste para un pueblo. Veo las bandas que nacieron en los 2000, y que ya no están más, y me duele. No existe más Adicta: ¡Qué porquería!; ni Victoria Mil (VM): ¡Qué bajón!; ni Los Látigos: ¡Horrible! Eso pasó porque no tuvieron el apoyo del público. Hoy ponés un disco de Victoria a alguien nuevo en el ambiente, y el tipo te dice que está buenísimo, porque suena actual. Y la banda, no llevaba ni 100 tipos. La gente no tiene ni idea lo lindo que es ver el crecimiento de una banda. Formás parte de algo. Hoy en día no existe un movimiento en sí que represente a ciertos grupos, pero sí hay bandas muy buenas. Me llegan constantemente demos de cosas interesantes, pero que ni siquiera pueden tocar en los circuitos de bares, ¡porque tendrían que pagar!
-¿Y cómo ves esta actualidad?
-Me gustaría que en la gente surja el espíritu de busca. Cuidar a tus artistas, te hace rico culturalmente. Yo soy fanático de Noel Gallagher, porque el tipo es un genio, pero también lo soy de VM, porque también son genios, y Migue Castro (cantante de VM) es uno de los mejores letristas que dio este país. ¿Por qué no lo nombran o lo ponen a la altura de (Luis Alberto) Spinetta? Comprás una revista y es toda gente mayor de 50 años, ¿nunca va a haber artistas nuevos? Es una pregunta que me hago siempre. Cuando se mueran todos estos genios que están hoy, ¿quiénes son los que le siguen? ¡Dónde está el recambio? ¡No hay! No es apocalíptico lo que digo, pero es muy raro. A principios del 2000, uno podía ir a ver a Fantasmagoria, otro día a Miranda!, o a Los Látigos. Había una efervescencia de bandas buenísimas. Y hoy están, existen bandas así, pero no pueden tocar. Cromañon realmente mató el under y por lo menos van a pasar 10 años más para que se reconstruya. Entonces, el día de mañana va a haber una generación que no tuvo underground. Tampoco va a sentir ese fulgor de bandas en el nuevo milenio, ni tampoco lo que generaron en los 90’s bandas como Los Brujos, Babasónicos o El Otro Yo, que son grandes bandas porque le dieron la oportunidad para que lo sean. De los 2000, después de la tragedia, abajo todo el mundo. Sólo sobrevivieron Miranda! y Babasónicos, pero porque ya llevaban más gente para sostener los malos tiempos. En síntesis, y retomando la anterior pregunta, yo quise decirle a la gente: “Nosotros no existimos más. Vayan a ver a otra banda nueva”. Pensando internamente, que quería que todo el público que fue a vernos, se lo pudiéramos pasar a una banda emergente. Yo amo la música y mi deseo, era ese.
-No puedo evitar preguntarte por Toto, quien fuera tu gran socio musical y un amigo. ¿Cómo lo recordás?
-Como un cabrón consigo mismo y como alguien que no se tendría que haber tomado todo tan en serio. Nosotros nos llevábamos realmente bien, nos reíamos de las mismas cosas y eramos muy ácidos. No tengo otro amigo así, y eso extraño mucho. Tener una banda es un matrimonio, en el que un día lo amás, al día siguiente querés matar a la otra persona, pero con él nunca nos llevamos mal, y eso es muy raro. Como también lo era que dos personas en una banda sean los líderes. Pero nosotros éramos dos que pensaban como uno: lo que decía uno, el otro le respondía con un “sí”.
-Terminaste hablando de él en presente.
-Sí, porque aunque no está físicamente, lo tengo siempre en mis pensamientos, en el día a día. También me acuerdo de sus guachadas (risas). Yo no soy de de idealizar al que se fue, como si fueran un ángel. Uno es con sus cosas buenas y malas. Tenía una personalidad muy fuerte y visceral. Y si bien lo que pasó fue trágico, no hay manera de juzgarlo. Tengo un buen recuerdo de él. Lo único que no hago, es escuchar Adicta. Eso no me copa.
-Sí, porque aunque no está físicamente, lo tengo siempre en mis pensamientos, en el día a día. También me acuerdo de sus guachadas (risas). Yo no soy de de idealizar al que se fue, como si fueran un ángel. Uno es con sus cosas buenas y malas. Tenía una personalidad muy fuerte y visceral. Y si bien lo que pasó fue trágico, no hay manera de juzgarlo. Tengo un buen recuerdo de él. Lo único que no hago, es escuchar Adicta. Eso no me copa.
-Estás entre muchos proyectos y discos nuevos a editar, ¿qué más te gustaría hacer?
-Siendo muy sincero, vivo el día a día. Soy de ambiciones cortas y no soy de soñar. Hoy me levanto, tengo que hacer esto. Mañana, no sé. Obvio que quiero que salgan los discos. Pero hoy en día… (piensa) creo que estamos subidos a un pony que anda (risas). Cuanto resista, es hasta donde llegaremos. No quiere decir que no sea totalmente meticuloso en todo lo que hago, pero vivo hoy, no pienso en el futuro.
Foto: Gentileza prensa/Walter De León.