"Los años me llenaron de historias y ganas de contarlas en canciones"

Desde su primer disco, Ciudadano del mundo (2011), Bautista Santos dejó asentadas las bases lo que sería su carrera: tanto él como su obra no corresponderían a geografía alguna, sería de todos, para todos. El universo de Santos está cubierto por un halo tan misterioso como exquisito, en el que sus composiciones libran, de manera estoica,  batallas contra todos aquellos que se niegan a conmoverse.

Cuatro años después de aquella opera primera, llegaría Amaradentro, una obra profunda, sin grietas, que salpica sentimientos, en la que Santos revalidaría credenciales como cantautor, y ahondaría en la bienintencionada profesión de compositor. 

-A (casi) cinco años de la publicación de Ciudadano del mundo, ¿cómo recordas aquel disco?

-Lo tengo muy presente. Realmente es un disco que sigue soñando. Muchas y lindas canciones para tocarlas en vivo y hacerlas amigas de Amaradentro, este nuevo material el cual está recién salido del horno. 

-Al igual que en Ciudadano, la producción de tu segundo disco fue compartido. En este caso, ¿qué buscaste al trabajar con Nicolás Mucci y Mauro Conforti?

-Principalmente busqué hacer un disco entre colegas, gente querida, amigos del camino. Y en estos últimos años, junto con Nico, que me viene acompañando hace rato como director de banda y guitarrista, y con Mauro, que soy fan de su música y sus teclados, se dio la posibilidad de grabar maquetas en el estudio de este último, Spectorsrudios, en 2014. Para agosto del 2015 el disco ya estaba cerrado y septiembre presentado.  

-Mencionaste que, entre los dos discos, hay un hilo conductor: “canciones, amor y el mar”. Y en la manera de componer, ¿encontrás similitudes?

-La manera va por el mismo lado. Profundizo en las letras, en las historias y en la poesía. Me gusta mucho escribir. De hecho, tengo más escritos que canciones, de los cuales algunos de ellos se transforman como  el gusano en mariposa. Compongo en distintos momentos, melodías que quizás salen de la nada, surgen solas y espontáneas, que si no las grabó se esfuman en el aire. Lo que sí, son los años los que me han llenado de nuevas historias y todas las ganas de cantar nuevas canciones.

-También marcas que una de las cosas que pudiste hacer, entre las dos placas, fue recorrer el país, acompañado únicamente por tu guitarra. ¿Qué te dejó aquella experiencia?

-Lo sigo haciendo cada vez que puedo. Siempre que viajo sólo con mi guitarra es un gran desafío y una gran alegría poder cantar mis canciones en un formato casi al desnudo, de una manera íntima y con mayor expresión. Es algo que disfruto mucho y más cuando te encontrarás con gente que lo disfrute y los respeta de tal manera. 

-En Amaradentro se percibe un cuidado por el sonido, donde tu voz juega un rol fundamental. En sintonía con eso, uno de los invitados que sobresale es Marcelo Delgado (La Zimbawe). ¿Cómo surge su colaboración?

-Marce es un amigo que encontré en este hermoso camino musical. Lo conocí por otro amigo, Gonzalo Vitola, guitarrista de La Zimbawe, el cual también colaboró en el disco y en la misma canción. Hace algunos años atrás lo había invitado a cantar y había sido una enorme y grata experiencia. Y ahora que compartimos "Solo dos" fue un honor y una alegría.

-Asimismo, siendo que los dos son cantantes con mucha presencia, ¿cómo trabajaste la canción?

-Con Marcelo el estudio se iluminó. En dos segundos puso la voz donde correspondía de una manera elegante y muy presente. Él fue el que dibujó una nueva melodía sobre la principal y así quedó. Los dos al frente y en momentos de pregunta y respuesta.

-Además de las fechas que hiciste en la costa, ¿qué te depara el calendario?

-El año arranco fuerte. Luego de un enero intenso, de haberme presentado por la costa atlántica en distintos escenarios, ahora en Buenos Aires me preparo para lo que se viene. Un marzo y abril con algunos shows eléctricos, full band. Después me presentaré en México.