Trostrigo
Del oído al corazón
10 de Octubre, 2014
Supo emigrar hace años de su Rancagua natal, en Chile, para comenzar sus estudios universitarios en nuestro país, más precisamente la carrera de Psicología en la UBA. Sin embargo, y lejos de apegarse al plan original, Rodrigo Jorquera, conocido como Trostrigo, le dio vuelo a su prosa, la misma que lo llevó a editar cuatro discos en la misma cantidad de años y que ahora lo encuentra presentando Sangre (2014), el más reciente de ellos. Las colaboraciones de Edu Schmidt, ex Árbol, y de Rubén Albarrán, de Café Tacvba, entre otros, le aportan distinción a una placa que de por sí se sostiene a base de una buena lirica. “Las colaboraciones –dice Trostigo- abrieron el espectro sonoro enalteciendo las obras”.
-Se viene una propuesta bastante completa en el Centro Cultural de la Cooperación. ¿Cómo surgió la idea de realizar una fecha así?
-Esto nació porque es el material en el que más hemos trabajado, por lo tanto deseamos estar a la altura de las circunstancias y mostrar una propuesta diferente con respecto al típico recital. Queremos que este disco llegue directamente de los oídos al corazón y quede ese espíritu impregnado en quien se haga presente. Tenemos una serie de ensayos (como nunca) y la idea es que entre canción y canción, la poesía se haga presente con una de las propuestas que más me conmovieron en esta ciudad: Poesía Estéreo. Ellos llegarán con su rock sin guitarra y sus afinadas palabras destruirán este mundo para crear otro.
-Afirmaste que siempre buscas que los álbumes se diferencien entre sí, entonces, ¿cuál es la principal diferencia entre Sangre y Tren (2013)?
-Tren es mucho más experimental. En cambio Sangre es un disco con canciones más definidas en cuanto a su forma, todas están en formato banda y tampoco hay una composición con tintes folklóricos sudamericanos.
-En referencia a esos discos, Diego Acosta fue el productor, ¿qué te llevó a elegirlo?
-Principalmente la amistad y su profesionalismo. Creo que los frutos con Diego son buenos y me gusta que no repita la misma receta con los nuevos trabajos. Siempre está la intención de desmarcarse de lo anterior y subir un peldaño en la escalera.
-A la hora de mencionar nuevas influencias citaste a la gente que te rodea, con sus vivencias y coincidencias, a Edu Schmidt, como tutor e incluso a Acosta, tu productor. Pero, ¿la psicología es algo que te influya a la hora de componer?
-Más que la psicología me influyó el contacto con las personas, me recibí de Terapeuta Ocupacional en la UBA y hacer prácticas en lugares con tanto valor como el Borda dieron vuelta mi mundo. Hay que hablar de discapacidad, poner el tema sobre la mesa y no ver solo la cara oscura, porque el otro lado de la moneda es luminoso. Mucha gente desconoce esa luz y que hay barreras que se pueden derribar con solo cambiar el punto de vista que se tiene sobre el asunto, porque la discapacidad es a nivel social.
-Sos un artista que, con bastante regularidad, se presenta en acá y en tu país natal. ¿Podrías marcar diferencias entre ambos públicos?
-Desde mi punto de vista, en Argentina va mucho más tocar en formato banda y en chile lo que manda es el solista. Acá percibo que el desarrollo de los sonidos esta en un nivel altísimo, pero allá hay un enfoque de gastar más energía en la lírica. Entonces, esos factores impactan en el público, en qué enfocan su atención.
-Cuando te toca volver a tu país, ¿cómo notas la escena del rock?
-A nivel prensa hay mucho apoyo ya que hubo una proliferación de webs de música y otros medios que están enfocadas en la potenciación de bandas emergentes. Hay bastante receptividad para promover las propuestas. Como contrapartida en Santiago de Chile (capital del país trasandino) no se han desarrollado lugares para tocar lo que hace difícil posicionarse allí. Sin embargo, nos estamos empezando a interesar por lo que pasa en regiones, hay una descentralización cultural en proceso que le hace bien a la música.
-Señalaste que mientras estabas terminabas de grabar Tren también gastabas tus últimos cartuchos para recibirte, momento que marcaste como una locura y que ahora está todo más calmo. ¿Cómo crees que eso afecto tu desempeño a la hora de terminar ese trabajo?
-Era la idea en Tren, dejar impregnado el momento y creo que se noto esa prisa e impaciencia para bien. Así son los trenes: no te espera, sale a un horario definido y las paradas son como respiros breves en que se abre la puerta para ver en qué punto del planeta estás y seguir. Estoy muy conforme de ese trabajo.
-Algo que no puedo dejar de consultarte es el tema de la educación. Viniste a estudiar acá, ¿por qué tomaste la decisión de cruzar la frontera para hacerlo?
-Tomé la decisión de cruzar luego de haber estudiado allá y desencantarme del estado de las cosas. Visto en formas geométricas, la educación que recibí en Chile era una pirámide y acá fue un círculo, todo era más horizontal, lo que me permitió expresarme en una mayor medida.
-¿Creés que la asunción de Michelle Bachelet cambiará en algo?
-Me da lo mismo si quien gobierna es el quiosquero de la esquina o Michelle Bachelet, no creo en esa figura.
* Trostrigo se estará presentado este viernes 10 de octubre a las 24 horas en el Centro Cultural de la Cooperación.