Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Bien Desocupados

Todo puede estar a tiempo

Cronista: Gentileza: Bruno Lazzaro

15 de Marzo, 2006

Todo puede estar a tiempo

“Todo puede estar a tiempo” devuelve al ruedo a unos viejos conocidos del punk rock. Y lo hace de la mejor manera posible: con un álbum vertiginoso y correcto.

Amantes de los New York Dolls, Ramones, Sex Pistols e Iggy Pop, los más clásicos del punk rock internacional, Bien Desocupados comenzó a desandar el sendero rock hace quince años. Empezaron como Desocupados pero, como siempre pasa, Sadaic los “invitó” a cambiarse el nombre tiempo después de ganarse un lugar en la escena local.

Uno de sus logros más consagratorios en sus tantos años de historia fue como soporte. Por un lado de los Ramones (entre otros), cuando estos se presentaron en el estadio de Vélez Sarfield, y también de los Buzzcoks, en 1995 en Cemento.

Ese mismo año, meses después de sacar a la venta su primer larga duración “A quién le importa” , el suplemento No del diario Página 12 consideró al reciente trabajo como “el mejor disco de punk rock argentino de la década”.

A partir de ahí formaron parte de distintos compilados del género en los que compartieron ediciones con 2 Minutos, Flema y Cadena Perpetua. Le siguieron una participación en el tributo a Bad Religión “21th Century Digital Boy” y un trabajo brillante con CJ Ramone para el homenaje “Todos somos Ramones” en el que tocaron “Punishments fits the crime”.

La banda se caracteriza por sus bases certeras y rápidas, melodías gancheras y canciones que encuentren ese punto exacto que divide al rock and roll más cuadrado del punk rock más clásico.

Un sonido noventoso al que se sumergen nuevamente en su segundo trabajo “Todo puede estar a tiempo”. Un material que tardó años en llegar (ya que le lleva diez años a su antecesor), pero que los encuentra en su estado más natural. La placa está compuesta por 13 temas, entre los que se destacan “Va a llegar”, “No importa y “Partiendo”.

Un trabajo que intentará devolverle al punk alguna de sus siete vidas perdidas, a través de un conjunto que se formó en las mejores épocas del género en Argentina.
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