Orilla

Desde hace algunos años cada vez son más los estilos que el rock deja entrar a sus huestes. Así fue que la electrónica, la cumbia y el cuarteto, entre otros, ganaron terreno y adeptos. Y así es como el rock perdió un poco la esencia y se masificó, sin que esto sea algo contraprudecente, sino que hablamos de un fenómeno que alcanzó a gran parte de la sociedad.

En la actualidad son muchas las bandas que con el rock intentan abrir las cabezas de los viejos roqueros. En “Orilla”, segunda placa de Pampa Yakuza puede verse como el reggae, la samba, el candombe, la chacarera y el cuarteto hacen pista en el rock y se sumergen en un combo exquisito.

La banda, que nació en Liniers hace 8 años, y se caracterizó por compartir varios escenarios con sus hermanos de distintos padres, Aztecas Tupro y Encías Sangrantes, llega a las bateas con una placa que demuestra que todavía hay una salida disímil en tiempos de rock and roll vacío.

Cruza de Los Tipitos con Bersuit Vergarabat, y algunos sonidos de la madre tierra, el conjunto expresa en 14 canciones (aunque el disco diga que son 13 hay un remix electrónico de “La Raíz”) historias de personas comunes que se enfrentan a distintas situaciones como la vejez (La mañana del mañana), la pobreza (“Tirando”, con la voz de Diego Capusotto), la nostalgia por la familia que está lejos (“Tres minitas”), el sexo (“De vuelta”), el compromiso político (“Skapando a los 90”), a las cepas (“A la raíz”) y la infancia (“Contra las cuerdas” con Walter ) y más.

Letras cuidadas, bien ubicadas y mejor interpretadas. Músicos que no se cierran ante el primer machaque sino que dan vueltas y se pierden para volver a encontrarse en la próxima canción. Ocho tipos que intentarán encontrar en ese mar de sueños una mano que los mantenga unidos en una causa por la que vale la pena bucear hasta lo profundo de lo azul: un rock con ideales.