Fabiana Cantilo
Inconsciente Colectivo
Cronista: Gentileza: Bruno Lazzaro
05 de Octubre, 2005
Le pese a quien le pese, Fabiana Cantilo es parte de la familia rock que heredamos aquellos que rondamos los 25 años. Y no solo eso, sino que es, junto a Hilda Lizarazu y Celeste Carballo...
Le pese a quien le pese, Fabiana Cantilo es parte de la familia rock que heredamos aquellos que rondamos los 25 años. Y no solo eso, sino que es, junto a Hilda Lizarazu y Celeste Carballo, la mejor voz femenina del ambiente rockero. Y de esto no hay dudas.
Entonces, qué mejor idea que hacer un disco con algunos temas que marcaron un poco al rock local. Si te sabés de memoria la historia del rock and roll en Argentina y querés revivirla de otra manera, éste álbum puede ayudarte a que esa palabras que tenés girando en tu cabeza se suban a un colectivo y te lleven a recorrer de manera disímil la historia de nuestra música.
Y no solo eso, sino que para la ocasión, músicos de la talla de Andrés Calamaro, Fito Paez y Gustavo Cerati prestaron sus voces, instrumentos y arreglos para hacer un disco que, por más que tenga algún bache, convence y gusta. Ojo, hasta acá todo bien. Ahora, que esto se convierta en un álbum de la peor radio de música de acá (sí, La Mega), eso es otra cosa.
Inconsciente Colectivo es un disco que emociona, temas como El anillo del capitán Beto de Luis Alberto Spinetta (ideal para su tono), Amanece en la ruta de Miguel Zavaleta (cantada como si estuviera viviendo ese momento tan dramático), Eti Leda de Charly García (con una pasión innata) y su Nada es para siempre, en complicidad con la ex Man Ray Hilda Lizarazu y Daniela Herrero, son claro ejemplo de lo que Fabiana puede lograr, a nivel musical, cuando se lo propone. Sin embargo hay algunas canciones que hacen que el material se torne un poco largo por momentos: La bestia pop (Skay Bellison-Indio Solari) aunque sea una jugada arriesgada, aburre; Yo vivo en una ciudad (Miguel Cantilo) se hace lenta; y a Murguita del sur (Bersuit Vergarabat) es como que le falta algo: esencia.
En fin, la Cantilo necesitaba un disco como éste para demostrar que su voz todavía esta vigente. Y, además, aprovechó bien la situación y agregó algunos de sus clásicos para refrescar un poco la memoria de aquellos cazadores de hits de principios de los 90. Un disco que no va a quedar en el Inconsciente Colectivo, pero que a la carrera de la artista le va a venir bárbaro.
Entonces, qué mejor idea que hacer un disco con algunos temas que marcaron un poco al rock local. Si te sabés de memoria la historia del rock and roll en Argentina y querés revivirla de otra manera, éste álbum puede ayudarte a que esa palabras que tenés girando en tu cabeza se suban a un colectivo y te lleven a recorrer de manera disímil la historia de nuestra música.
Y no solo eso, sino que para la ocasión, músicos de la talla de Andrés Calamaro, Fito Paez y Gustavo Cerati prestaron sus voces, instrumentos y arreglos para hacer un disco que, por más que tenga algún bache, convence y gusta. Ojo, hasta acá todo bien. Ahora, que esto se convierta en un álbum de la peor radio de música de acá (sí, La Mega), eso es otra cosa.
Inconsciente Colectivo es un disco que emociona, temas como El anillo del capitán Beto de Luis Alberto Spinetta (ideal para su tono), Amanece en la ruta de Miguel Zavaleta (cantada como si estuviera viviendo ese momento tan dramático), Eti Leda de Charly García (con una pasión innata) y su Nada es para siempre, en complicidad con la ex Man Ray Hilda Lizarazu y Daniela Herrero, son claro ejemplo de lo que Fabiana puede lograr, a nivel musical, cuando se lo propone. Sin embargo hay algunas canciones que hacen que el material se torne un poco largo por momentos: La bestia pop (Skay Bellison-Indio Solari) aunque sea una jugada arriesgada, aburre; Yo vivo en una ciudad (Miguel Cantilo) se hace lenta; y a Murguita del sur (Bersuit Vergarabat) es como que le falta algo: esencia.
En fin, la Cantilo necesitaba un disco como éste para demostrar que su voz todavía esta vigente. Y, además, aprovechó bien la situación y agregó algunos de sus clásicos para refrescar un poco la memoria de aquellos cazadores de hits de principios de los 90. Un disco que no va a quedar en el Inconsciente Colectivo, pero que a la carrera de la artista le va a venir bárbaro.
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