Ciudavitecos

La historia de esta banda comenzó hace cuatro años bajo el nombre de R.E.Y. Kaníbal. Pero debido a problemas judiciales, en 2004 tuvieron que hacer una revisión en su nombre y se transformaron en Ciudavitecos, algo más acorde a sus orígenes en Ciudad Evita.

Después de un rail under que los llevó por muchos partidos bonaerenses, como también por provincias argentinas, el grupo llegó en 2002 a los estudios Cangrejo Records (de Karamelo Santo) para grabar su primera placa. La misma contó con la mezcla y masterización de Goy Ogalde y Diego Aput.

Desde su página el conjunto llama a la “lucha por la igualdad de los derechos para todos los vivientes, por un planeta libre de contaminación, en contra del gobierno asesino Argentina y por una liberación de Latinoamérica de los EE.UU” . Y comentan que hablan de paz con Escuela de la Calle, Karamelo Santo, Un Kuartito, La Zurda e H.I.J.O.S. Esa paz que el conjunto expresa es la que en sus letras lo llevan a hablar de las distintas formas en las que se puede consumir drogas, escapar de la policía y una rebeldía coherente hacia un estado que no los deja vivir con la libertad que ellos invitan a profesar.

A nivel musical el disco se introduce en una nueva tendencia que empezó a colmar el mercado hace un par de años cuando la cumbia villera emergió del sin sentido. Luego esta corriente pasó, también, por el rock and roll, ahora comienza a rozar al reggae y con Ciudavitecos continúa esa onda rapera yanqui que llama a una protesta social en base a códigos callejeros. Rap, cumbia y un toque de reggae es lo que matiza a este álbum. “El mañanero” y “El rey” son dos de sus temas a escuchar

Después de muchísimos cambios en su formación el conjunto está conformado por Ezequiel Corrado Quique (voz), Tato Vázquez (voz), Mariano Costa (voz y programación), Víctor Marrito (bajo) Demián de los Santos (guitarra), Nahuel Martorelli (batería) y Pablo Saavedra (trompeta), quienes se introducen, con su disco homónimo en el mercado local para ocupar un sitio que no parece tener dueño.