Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Autenticos Decadentes

Irrompibles

Cronista: Pablo Andisco

06 de Julio, 2010

Irrompibles

En su noveno disco de estudio, la banda ratifica su status de clásico del rock nacional.

Tan cierto es que a Los Auténticos Decadentes se les suele perdonar casi todo como que ellos se hicieron largamente merecedores de cada una de las indulgencias. A fuerza de hits irresistibles y buenas canciones (que generalmente hacen coincidir, algo no muy fácil de lograr), Cucho, Serrano y compañía derribaron todo prejuicio que fueron encontrando y hace un tiempo son un componente insoslayable del rock nacional.

Si Somos, el CD+DVD editado en 2008 sirvió para resumir y entender buena parte de ese fenómeno, Irrompibles inicia una nueva etapa y lo hace de la mejor manera. Aquí Los Decadentes se embarcan en otra aventura en la que demuestran que su universo no tiene límites: nuevas sonoridades, letras (cada vez más) autorreferenciales y un buen tino para ubicar a los invitados en el momento y lugar indicados.

El disco se inicia, como su estética, western y decadente, con Irrompibles, una introducción de galopes y tiros que loopeará a lo largo del álbum. De inmediato se impone “Los machos”, o su propio Cafetín de Buenos Aires, en el que los gomías se juntan a chamuyar, pero con fondo de violines y atmósfera de corrido. “Volverán los chistes repetidos, la eterna carcajada, los gritos, la emoción” canta Cucho, captando por enésima vez el imaginario popular, en este caso el masculino.

“Tribus urbanas” es de las mejores canciones del disco. Cucho y Fidel Nadal (además coautor del tema) se sacan chispas en un raggamuffin que en tres minutos pasea por todos los estilos (reggaetoneros, góticos) y nombres propios (de Raphael a Tokio Hotel) que pueden decorar las noches de la ciudad. “Distrito Federal”, de La Mosca Martín Lorenzo, homenajea a la capital mexicana en su inmensidad cultural, mientras que “La fórmula” consolida a Diego Demarco como autor e intérprete de la canción pop/rock de violas prolijamente ascendentes y coros inevitables.
Luego llega “Festival de rock”, en la que describen con Joaquín Levinton en clima flower power uno de los fenómenos rockeros por excelencia. Jorge Serrano para un poco la pelota y entrega “La ciudad de infinitas avenidas”: reflexiva, arranca en plan trovador y se va cargando de diferentes sonoridades.

Pero este remanso dura un suspiro, y para “Jopito” llega La Mona Jiménez que llena de picardía cordobesa un cuartetazo a su medida. Y de inmediato, los Deca con Emmanuel Horvilleur nos transportan del baile al boliche: “Cultura disco” bien podría ser uno de los tantos apéndices de las tribus urbanas ya descriptas, con bola de espejos, el groove del bajo de Pablo Armesto bien marcado y búsqueda de Travolta incluidos.

“Vos y el viento” trae otro poco de reggae, cortesía de Dread Mar-I y Claudio Ilobre, de Los Cafres. El desfile impecable de invitados sigue en “Siempre igual”, momento babasónico del disco, donde Adrián Dárgelos, Diego Tuñón y Diego Rodríguez hacen propia la alienante canción de Serrano, sin dudas, otro de sus grandes aportes a la obra de los Deca. “A.O.E.” tiene mucha percu y guiños candomberos, además de la voz inolvidable del gran Alberto Castillo.

Después de la ranchera picaresca “La paloma y el gavilán”, “En cada puerto” es otra linda canción, un retro pop con coros onda Viudas e Hijas y un espíritu errante que se complementa en “Otra vez a viajar”, casi un band on the run decadente, donde cantan “no hay que rezongar que nos pagan por viajar” y la autorreferencia lírica y el loop final de “Irrompibles” le dan un tinte conceptual al disco.

Con Irrompibles, Los Auténticos Decadentes demuestran una vez más su capacidad de reinventarse desde su propio mundo tan amplio y particular, donde la vanguardia y lo retro, lo grasa y lo cool, conviven y se potencian con esa pluma que capta como pocas el humor social.

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