Leon Gieco
Un León D-Mente
17 de Marzo, 2010
León Gieco apela a la potencia de D-Mente para revisitar sus viejos e inoxidables clásicos populares.
La histórica amistad entre León Gieco y Andrés Giménez ha dejado numerosos recitales en conjunto e incontables invitaciones mutuas arriba del escenario. Llega entonces ahora una nueva expresión artística que corrobora tal relación, y así D-Mente, el actual grupo del ex A.N.I.M.A.L., funciona como una especie de backing band del legendario cantautor. Bajo esta excusa y consigna, viejas canciones de Gieco toman nuevas formas, apoyadas en la potente base musical que caracteriza al grupo de Giménez.
La lista arranca con el archiversionado “Pensar en nada”, y el aporte parece centrarse sólo en el aumento de la distorsión y en la firme presencia de la potente batería de Marcelo Baraj. “La mamá de Jimmy” incita a resaltar toda la polenta y le queda como anillo al dedo a las guitarras metaleras para consolidar un verdadero heavy & roll.
Con “La memoria” el disco cae en un problema casi imposible de eludir, debido a que muchos clásicos de Gieco causan aquel efecto de dejar al escucha con la piel de gallina. Entonces, la aparición de una banda rockera detrás de la voz en lugar del piano y las cuerdas originales, le quita al tema la carga emocional y desgarradora que tenía como característica principal.
Algo parecido sucede con “Bandidos rurales” o “El fantasma de Canterville” (de Charly), donde la distorsión no logra superar la perfecta conjunción entre letra y música que ofrecían las versiones originales, pasando entonces casi inadvertidas las nuevas interpretaciones.
Pero hay otros clásicos que se presentan muy bien logrados, resaltando “En el país de la libertad”, en una versión oscura, con arreglos en la voz de León y en las guitarras que le dan al tema un tono cuasi épico. “Hombres de hierro”, por su parte, se acerca a un cumplidor power punk, mientras que “Sólo le pido a dios” coquetea con una base de rockabilly y “El ángel de la bicicleta” abandona la cumbia para acercarse al ñu metal. Como otro punto alto aparece “De igual a igual”, con una poderosa y rápida base acompañada de una excelente guitarra que hace guiños al country gracias a una perfecta ejecución que resalta los tramos instrumentales de la canción.
Bajo la idea de Gieco y la producción artística de Giménez, y alternando puntos altos y bajos, el disco cumple su objetivo afianzándose especialmente en la presencia de buenos músicos, aunque por momentos las canciones reversionadas parezcan ser tan sólo la excusa para dejar inmortalizada una amistad musical entre ambas partes.
Un León D-mente le da una vuelta de tuerca más a trece clásicos históricos de León Gieco, apelando a la potencia y a la distorsión, pero sin tomar muchos riesgos ni buscando demasiadas pretensiones artísticas.
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