Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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The Koalas

De generación en generación

Cronista: Pablo Andisco

16 de Noviembre, 2009

De generación en generación

Debut para el quinteto rosarino, entre el ska y el punk modelo hispanoamericano.

A diferencia de otras bandas que tienen que trajinar un buen tiempo hasta conseguir grabar un material decente, en el caso de The Koalas se dio todo a velocidad crucero. A apenas dos años de su fundación, los rosarinos editaron De generación en generación, un álbum en el que dejan de movida y bien claras sus intenciones musicales: el ska como telón sobre el cual juegan desde pequeños destellos reggae hasta momentos más veloces con el punk y el hardcore.

La banda elige presentarse con el formato ramonero y adopta Koala para designar a todos sus integrantes. Así, Tecla en voz, Parka en bajo, Kuerdo y Tío en guitarras y Tambor en batería dan vida a un grupo que tiene a los vientos como grandes protagonistas, aunque curiosamente el trombonista Juan Scalona y el trompetista Luis Casaccia figuran como músicos invitados.

La postura de The Koalas queda clara desde el título del disco y desde el arte, en el que los cinco músicos están caracterizados según la evolución de la especie humana, desde la edad de piedra hasta el presente rocker. Con esa mezcla de ironía, humor y algo de denuncia, la banda se ríe incluso de sí misma aunque no pierde del todo la conciencia. De Ska-P, Los Fabulosos Cadillacs y los primeros arrebatos de La Vela Puerca, pasando por Los Calzones y Kapanga hasta el desenfreno de Los Caligaris, un poco de todo esto puede encontrarse en este álbum.

“América”, el primer tema y corte de difusión, condensa en parte aquellas influencias, en una descripción del continente en tres planos, tanto musicales como líricos: las estrofas ska, pintorescas y debatibles (“Argentina tiene el fútbol… Perú tiene los incas…Brasil tiene el cachengue”), el estribillo, más cerca del reggae y la reflexión y el puente en clave hardcore y de denuncia.

Otros tópicos que maneja la banda son los estratos sociales, en la historia de un hijo rico y desclasado (“Revolución”); las reflexiones sobre la cultura rock, sea sobre el conflicto generacional que puede acarrear (“Rockerito”,  con un poco de “La guitarra” decadente y el “Father & son” de Cat Stevens) o “La música que sigo”, acaso una continuación del “Yo quiero morirme acá” fabuloso, aunque modelo siglo XXI. Por otros momentos se ponen serios, como en “Augusto”, la referencia a un militar y dictador que todos imaginamos quién puede, en clave punk español y con la viola invitada de Maikel de Kapanga, o en “Un mundo mejor”, tema con el que cierran el álbum y donde en un circuito reggae, ska y vuelta al reggae sueñan con un futuro más alentador que este presente.

También están las historias de amor que terminan de mala manera, y en este caso The Koalas elige el punk melódico para contarlas, como “Lo siento”, con las violas bombardeando por distintos canales y “Sin mí” y su obsesión casi criminal.  Pero donde la banda vuelve a mostrar cosas interesantes es cuando juega en el límite de lo estéticamente correcto y lo bizarro, allí donde afloran las influencias kapangueras, como “Me encontré” y su ska cadencioso, “Rodeado de cabras”, que viaja por mil estilos musicales y “Medialunas con jamón”, postal bajonera del amanecer con cita de tribuna al “Karma Chameleon” de Culture Club.

Con la base rítmica del ska potenciada por los vientos, actitud con la dosis justa de irreverencia punk y letras por momentos livianas y por otras reflexivas, The Koalas tiene herramientas para insertarse en un ámbito que gana cada vez más fuerza dentro de la escena rock actual.

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