Azafata
Sexy
01 de Diciembre, 2008
Cuando se apaga la luz, se enciende Azafata.
Si en el arte de tapa de un disco hay una lengua que chupetea su nombre, eso puede decir mucho sobre él. Así sucede con “Sexy”, el nuevo trabajo de Azafata, este cuarteto de rockpop que editó su primer álbum “Rock Bit” en 2005 y que luego lo reeditó con algunas canciones nuevas y una vuelta de tuerca que funcionó para sumar adeptos. “Sexy” tiene como productor estrella a Jay de La Cueva, el líder del grupo de rockpop mexicano Moderatto, que se empeñó en darle a Azafata más rock, guitarras y beat. La dupla Ariel Flores (voz) y Juan Florido (bajo), autores de las letras de la banda le dan, por su parte, la cuota de sexo que se derrocha a lo largo del disco, y el icono que lo envuelve como una obra conceptual.
El álbum empieza con “Dame más”, ese hit crossover que necesitaba Azafata. Así como en la segunda edición de “Rockbit”, el corte “Estupendo” le sirvió a la banda para darse a conocer, “Dame más” los afianza dentro del terreno de las músicas que andan dando vuelta por las cabezas de la gente. Es que ese tipo de canciones tiene la clave para llegar a todo tipo de público. Luego llega la historia del polvo en el auto de “Coupe”, que arranca con el cencerro a full, y funciona como una cumbre latina con sus invitados. En la voz, la colombiana Verónica Orozco (hermana de Ana María, la protagonista de la telenovela “Betty La Fea”) pasa casi inadvertida, en cambio las guitarras del mexicano De la Cueva y del argentino Carca copan la parada.
“Fascinada” es el modelo 2008 del “Rubí” babasónico, pero más zarpada y sin doble lectura. “Estás en tu habitación recostada muy mimosa tocándote sola”, lanzan en el primer verso. “Oh no” es un típico poprock, hay un poco más de amor, pero el sexo también está ahí rodeando la letra. “Discoteca” es un reggaeton con Jonás González, de Plastilina Mosh, como invitado en la voz y en el toque caribeño. “El revolcón” tiene a Emme como voz libidinosa invitada. Es más de lo mismo, más sexo, más calentura, más sintetizadores, más guitarras rock pop.
“Macho” es muy ochenta. Una mujer virgen espera ser desflorada en la cama del hombre y este le dice “Prueba este macho, piba”. “Harto de ti” tiene el invalorable aporte de Emmanuel Horvilleur, un precursor en el “arte” de hacer canciones desbordantes de endorfinas, sexo y crema. La canción resulta pegadiza y resbaladiza como vaselina. “Tratar cambiar” es un oasis de lírica despojada del sexo que asfixia “Sexy”. Pegadita llega “Nada más”, con la dulce voz de Ayelen Zuker en los coros, para extender esa sensación de break, que finalmente no es nada más que un descanso entre coitos, el que llega nuevamente con “Fase altiva”, para acabar oficialmente el disco. El último track es una versión de “Nada más” con el mexicano Aleks Syntek como invitado. Un desatino total poner ambas versiones tan juntas en el tracklist del álbum, ya que se satura al oyente con una buena canción que se escucha dos veces en cinco minutos.
“Sexy” resultará un disco importante en la carrera de Azafata, porque hay un gran avance desde lo musical, y posiblemente sea un puntapié para seguir con esta veta sexual a nivel lírico.
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