Club Astrolabio
Melodías Inoxidables De Un Joven Mutante
06 de Agosto, 2008
Retro pop, lounge y psicodelia para el Bar del Fin del Mundo.
Club Astrolabio se originó en 1998 con el cantante y guitarrista Fabián Ghía (bajista de Martes Menta, donde también tocó su hermana Yannina, la percusionista) y se consolidó en el nuevo milenio. Algunos de sus integrantes pasaron antes por grupos de los 90’s como Nativo Radiactivo, RIP, Tintoreros y Los Minimals, entre otros.
En la formación para “Melodías inoxidables…” son tecladistas Bárbara González Trionfante y Wolly von Foerster (además en bajo y FX), en la base están Santiago Córdoba (batería) y Matías González Trionfante (bajo) y Daniel Shimabukuro se encarga de guitarra eléctrica y coros. El musicalizador e ilustrador “Nillo” Flores dibujó los personajes de las canciones del arte del álbum.
Inspirados en la ciencia ficción o la vida real, los protagonistas de los temas están en la constante búsqueda a la que adhiere el grupo. Así tenemos los destacables “Idoru Rei Toei” -basado en el libro “Idoru”, de William Gibson -, “Tampoco el sol funciona bien”, con el mutante en busca de su destino y “Como ser un buen robot y no morir en el intento”.
Uno de los costados musicales de Club Astrolabio es el que abreva del pop lounge y el groovy/easy sound. Por esa senda aparece el (primer) tema-homenaje: “El bar del fin del mundo”, dedicado al pub de San Telmo que regenteaba Favio K. (guitarrista de Los Telépatas) a comienzos de 2000.
La letra mezcla visiones alucinadas con descripciones de los habitué del local que el músico ambientaba con sus long play: “Favio pasa música…, nunca se ríe mientras la gente baila con él, una jirafa subida a la barra lo mima, él mueve sus rastas, sabe lo que hay que hacer…”. La canción recrea emotivamente una noche en aquel antro cool.
Otro homenaje es la versión de “Misly", instrumental del músico italiano Carlos Cordana –figura del easy listening de los 60’s y 70’s-. Dejando atrás cierta liviandad e inocencia pero recreando la mística original, los Club Astrolabio se acercan con su reinterpretación al jazz rock (o rock progresivo), y reemplazan la melodía en flauta por un violín eléctrico a lo Jean Luc Ponty, tocado aquí por Adrián Abdica.
“Terence y la nueva conciencia psicodélica” es una original mezcla de reggae y psicodelia pop, con sugestivas melodías de bajo, teclados y guitarra. El título alude a Terence McKenna -figura de la contracultura estadounidense experto en el conocimiento experimental de los estados alterados de la conciencia- y a uno de sus libros. La letra habla de una espora del espacio exterior que produce un hongo alienígena que imparte saberes desde el jardín del protagonista.
El ensamble musical de este combo psicodélico está muy logrado, los instrumentistas hacen gala de buena performance y estilo, con una mención especial para los arreglos. El cantante es personal: posee una voz que, sin ser excelente, logra atrapar y se empapa del sonido que las canciones le piden.
Al bucear en estilos diversos de décadas pasadas, el grupo gana presencia con las más lejanas: los 90’s son tan cercanos que por momentos, sin una vuelta de tuerca en la producción, algunos temas suenan anacrónicos. Más allá de eso, Club Astrolabio muestra en este disco que posee un universo lírico y sonoro propio, pleno de melodías recordables y textos más logrados que lo que el indie argentino habitualmente propone.
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