Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Andando Descalzo

Hasta Encontrar

Cronista: Pablo Andisco

12 de Mayo, 2008

Hasta Encontrar

Tercer disco de estudio de la banda de Mataderos: movimiento constante, sin perder la brújula.

A cuatro años de “Mil destinos”, último trabajo de estudio del grupo, sale a la calle “Hasta encontrar”, un álbum un tanto más aplacado que los anteriores, aunque con unos cuantos de los destellos que han distinguido a los Andando. Es que en este disco, además de la histórica relación de la banda con el reggae, el ska y los ritmos latinos, hay otras apuestas de estilo, con los riesgos que ello implica. Y en esto tiene que ver Sebastián Perkal, de reconocida labor con Pericos, Decadentes y Massacre entre tantos otros, quién no sólo se ocupó de la grabación, sino que también compartió la producción artística con los músicos.

El comienzo del álbum es sorprendente: el piano estilo beatle de Pablo Otero y la voz de Juani Rodríguez como única referencia durante treinta segundos en “Big bang”. Una pausa y cae el resto de la banda, ya con un ritmo machacante: Emiliano de la Encarnación (bajo), Ariel Paladino (guitarra), Maxi Suppa (percusión) y Carlos Quinteros en batería. El segundo tema, “Hasta encontrar”, es más parecido a la idea que se tiene de Andando: un ska al estilo Perico con los vientos de Pampa Yakuza como invitados. Estos dos temas condensan el estilo del disco: un ida y vuelta de climas y géneros.

En este sentido se encuentran los dos mejores temas de la placa. Por un lado, “Mi arte”, rozando el ska, gana vuelo con la letra, un retrato, acaso auto referencial, de los primeros años de toda banda, con el que se puede identificar cualquier pibe que empieza a ensayar: las dificultades para la venta de anticipadas, las explicaciones a los padres y las ilusiones por llegar al disco. Por su parte “Ilógico”, el corte de difusión, representa el ala más tranquila: un tango abolerado, con el bandoneón invitado de Ariel Nuremberg y una letra de desamor, apoyada en la bella sonoridad de las rimas esdrújulas.

Entre los otros pasajes destacados del disco se encuentran “Caigo”, un funky a medio tiempo con aires piojosos; “Flor”, una cumbia con arreglo de piano caribeño, ideal para que Goy Ogalde, de Karamelo Santo aporte guitarra y voz; y “Libérate”, un reggae con mucha cadencia, en el que el trombón de Matías Traut aporta la solemnidad justa. El álbum cierra con “Volveré”, desde la música y la letra un doble guiño al Río de la Plata: la base bien candombera, con mucho redoble y la promesa de vuelta que, aunque refiera a una historia entre dos, es propia de las retiradas murgueras.

En cuanto a las líricas, acompañan adecuadamente las músicas, ajustándose a lo que cada ritmo pida. Hay metáforas recurrentes en relación al movimiento y facilidad para abrir y cerrar historias dentro de la canción.

En “Hasta encontrar”, Andando Descalzo deja en claro que la idea del grupo no es quedarse quieto: su nombre, su música y sus letras dan cuenta de una banda que avanza a paso firme y que sabe muy bien lo que quiere.

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