Energía divina

Cuando el líder de una banda saca un disco solista, uno de los desafíos pasa por buscar un equilibrio entre el sonido del grupo y las inquietudes propias. Juanse resuelve el asunto con una banda ajustada que, sin perder la esencia paranoica, le baja unos cuantos decibeles a la discografía de la banda de Villa Devoto.

Si bien no hay una formación estable a lo largo del disco, la mayoría de los temas de “Energía divina” se apoyan en el bajo de Leo Arrube, la viola de Nico Bereciartúa y, claro, el propio Juanse; más el siempre distinguido aporte del ex Mississippi y actual Piojos Chuky de Ipola en piano, hammond y diversos teclados.

Todo esto se plasma en un interesante recorrido de estilos. Desde el rock paranoico más potente (“Lucy”, “Psicodelia”) hasta los aires de balada sureña de “Algo se esconde”, con el delicado aporte de Richard Coleman, pasando por “Dealer boogie”, tema en el que Juanse despunta uno de sus géneros favoritos, con el aporte de Vitico en bajo y Rubén Gaitán en armónica.

 “Fantomas”, “Busco mi destino” y “Energía”, elegido como corte de difusión,  representan lo que mejor le sale a los Ratones: rockitos con clara impronta stone, bien arreglados y con Juanse jugando con el slide; pero la perla del disco es “Dinamita”, compuesto e interpretado junto a su hijo Daland y un estribillo en el límite con AC/DC: ¿El mono tremendo del siglo XXI?

Juanse se da un gusto y en “Energía divina” sabe rodear de buenos músicos su facilidad para componer melodías rockeras sencillas pero efectivas.