Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Sangrila

Mercader de Ilusiones

Cronista: Gentileza: Pablo Gabriel Krause

28 de Mayo, 2007

Mercader de Ilusiones

Los barrios porteños, Parque Patricios en lo que refiere a Sangrila, siguen siendo caldo de cultivo para el fenómeno del rocanrol.

La historia no difiere demasiado del común denominador de la enorme cantidad de bandas que ha inundado la escena local en los últimos años: cuatro amigos que se conocen de la secundaria y un buen día deciden formar una banda de rock. En el caso de Sangrila, el barrio fue Parque Patricios los cuatro amigos se llamaban  “Mosqui” Mosqueira (voz), “Fabi” Esteban (guitarra), “Diega” Coatz (teclados) y el “Ruso” Dalle en bajo, a quien se les sumaría Andrés Perez Alberti en batería.

Si bien los chicos de Parque Patricios demuestran al menos un mínimo de intención por buscar un sonido que les de alguna característica propia, lo cierto es que “Mercader de Ilusiones” no logra escapar del sonido al que ya nos acostumbró la invasión de bandas rocanroleras de los últimos años.

Musicalmente, el primer LP de la banda se emparenta más con la escuela ricotera que la de Viejas Locas (a excepción de “Las caras de mi moneda”), sobre todo por los punteos de guitarra “a lo Skay Bellinson” en la introducción de las canciones, que luego se mantienen de fondo hasta que una tenue distorsión irrumpe a la hora de los estribillos, como en “Dealer de Sueños”.

Las voces por su parte no siguen tanto la estética ricotera, sino que son más bien un acompañamiento para recitar los versos sobre la melodía, valiéndose de algunos clichés del género pero no de manera abusiva. Las letras en tanto, buscan sí separarse de la bajeza poética a las que nos tienen acostumbradas algunas bandas de este tipo, apuntando más bien a un perfil no explícito, pero que recae en varios lugares comunes del tipo de:  “caras que miran sin observar” o “en una noche sin destino”.

Mercader de Ilusiones resuelve sus siete canciones en menos de treinta minutos, y si bien no hay mucho que no hayamos escuchado antes, también es cierto que parece haber, dentro de sus propias limitaciones, un compromiso de la banda por darle la mejor forma posible a sus canciones.

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