Massacre
¡Banda de culto, tu hermana!
Cronista: Gentileza: Nadia Mansilla | Fotos:
Gentileza: Ro Diaz
28 de Marzo, 2006
En un Teatro lleno, - incluyendo a gente de la organización gritando un fuerte “¡¡¡no hay más entradas!!!”- Massacre hizo su primera presentación del año. No nos referiremos a Wallas y sus amigos como “Banda de culto”, porque ya les queda chico
Los encargados de arrancar fueron los Satan Dealers, que bien podrían haberse robado un poco de protagonismo, pero se lo reservaron y dejaron al público con el punto justo para esperar lo que venía. A las 21.30 puntual, tal como lo indicaba la grilla en la puerta, arrancó Wallas. Un personaje que, arriba del escenario, se parece mucho a Alfredo Casero en su mejor momento. No por su aspecto físico, sino por el desparpajo con el que se carga encima la conducción del recital.
Habla, habla todo el tiempo, cuenta historias, realiza las introducciones a los temas, se pronuncia en contra de aquellas cosas políticamente incorrectas, pero desde un lugar donde no es necesaria la remera del Che Guevara para combatirlas.
“Bienvenidos a la primera fecha del año de Massacre”, dijo Wallas. Y con tres temas al hilo, Massacre arrancó un show que podría haber sido ideal para la grabación de un disco en vivo por el nivel de agite que tenía la totalidad del Teatro.
El único momento donde el pogo se calmó fue cuando se presentaron algunos temas del nuevo disco, como el inédito “Estamos en problemas”. Sonaron tantos temas del último disco, como del primero: “Minicubics”; “El Espejo”; “Seguro es por mi culpa”, entre otros. Un tour en el tiempo, que hasta se llevó una reseña sobre la movida cultural en los años ’80.
Cuando se arrimaban a los bises, Adrián Outeda, de Santan Dealers, se puso al micrófono para hacer los coros en la versión de “The one I love” de REM. Allí el viaje en el tiempo se vistió de camisa a cuadros y dicen- sólo dicen- que por un momento el grunge se adueñó del barrio de Colegiales.
El momento de descanso fue más que breve, tanto el público como la banda tenían pilas para rato y “Te leo al revés”; “Tell me why”; “Nuevo Día” y “Diferentes Maneras” fueron el cierre para un recital contundente, con un Massacre que pisa firme y que si este año –disco nuevo mediante- lo arrancó así, habría que agarrarse para lo que viene.
Habla, habla todo el tiempo, cuenta historias, realiza las introducciones a los temas, se pronuncia en contra de aquellas cosas políticamente incorrectas, pero desde un lugar donde no es necesaria la remera del Che Guevara para combatirlas.
“Bienvenidos a la primera fecha del año de Massacre”, dijo Wallas. Y con tres temas al hilo, Massacre arrancó un show que podría haber sido ideal para la grabación de un disco en vivo por el nivel de agite que tenía la totalidad del Teatro.
El único momento donde el pogo se calmó fue cuando se presentaron algunos temas del nuevo disco, como el inédito “Estamos en problemas”. Sonaron tantos temas del último disco, como del primero: “Minicubics”; “El Espejo”; “Seguro es por mi culpa”, entre otros. Un tour en el tiempo, que hasta se llevó una reseña sobre la movida cultural en los años ’80.
Cuando se arrimaban a los bises, Adrián Outeda, de Santan Dealers, se puso al micrófono para hacer los coros en la versión de “The one I love” de REM. Allí el viaje en el tiempo se vistió de camisa a cuadros y dicen- sólo dicen- que por un momento el grunge se adueñó del barrio de Colegiales.
El momento de descanso fue más que breve, tanto el público como la banda tenían pilas para rato y “Te leo al revés”; “Tell me why”; “Nuevo Día” y “Diferentes Maneras” fueron el cierre para un recital contundente, con un Massacre que pisa firme y que si este año –disco nuevo mediante- lo arrancó así, habría que agarrarse para lo que viene.
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