Buenas Noches Señor Blues

Eran las dos de la mañana cuando un hombre grande, muy grande se acomodó frente al micrófono, digitó su bajo y comienzó la clase. Tras el saludo que vino de su voz grave, puso fin a la espera de todos.

La idea fue repasar un “homenaje a mis bandas”. Y así arrancaron los temas de Manal. Todo se convirtió en una gran ceremonia. Medina estaba acompañado por varios guitarristas que se fueron pasando la posta uno a uno para demostrar sus cualidades.

Mientras en las mesas se escuchaban anécdotas del Rock Nacional, donde todos eran expertos en esta materia, los rockanroles se iban sucediendo uno tras otro.

El “negro” puso toda su fuerza en cada tema. Algunos de los que interpretó fueron Informe de un día, Todo el día me pregunto o Jugo de Tomate. En muchos lo acompañó, en las voces, su esposa Lola. Tampoco faltaron algunos invitados.

El Teatro Concert Variedades se trasformó en un una reunión de amigos. Muchos eran conocidos del músico y otros reivindicaban la historia de Medina. Y pedían temas de la Pesada del Rock and Roll o Aeroblus. Fueron concedidos, ya que se trataba de eso. Cada tema era el preludio de uno mejor. Alejandro estaba con todos las ganas de tocar y tocar. Se apreciaba en su rostro la manera incondicional de apreciar el show. Aunque estaba un poco fastidioso con el sonidista.

El placer de poder escuchar un rock o un blues por uno de sus pilares en Argentina es inigualable. Se animó, junto con Javier Martínez y Claudio Gabis, a tocar blues en castellano cuando en el país nadie apostaba por eso. Y fue por esa razón que los presentes los respetaron. Y lo admiran. Más que un músico es un pedazo de historia.