Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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El Soldado

Un Soldado de catálogo

Cronista: Gentileza: Jose Alberto Ferrentino | Fotos: Beto Landoni

23 de Febrero, 2006

Un Soldado de catálogo

Los chicos de El Soldado hicieron delirar a los suyos con un literalmente caluroso show en el Marquee

Noche de sábado en la cuidad de Buenos Aires. Dando una tregua a las más de cuatro millones de personas que viven aquí, la temperatura cedió algunos grados, hasta que El Soldado salió al escenario y en Scalabrini Ortiz 666, se volvió a sentir el calor de una hoguera, que no dejó de hervir hasta cerca de las dos y media de la mañana.

En la previa, con una sala medio llena, medio vacía, se presentó el grupo “Yalo Lopez & Rio Mistico”, haciendo las veces de soporte a la banda rockera. Durante media hora de recital, los cinco integrantes brindaron música al mejor estilo Dire Straits, sobreponiendo melodías “folck” y “country”: un género muy distinto al que plasmaría, momentos después, Rodolfo “el soldado” González y su banda.

Cerca de la una de la mañana, El soldado hizo su presentación en el Marqueé, que se encontraba colmado por simpatizantes rockeros, o adeptos a algún tipo de música semejante.

Durante unos quince minutos la gente cantó sus temas, hasta que una de las cuerdas de la guitarra, del ex plomo de los redondos, se cortó y originó un retraso de unos diez minutos. Inconvenientes muy bien bien sobrellevado por el resto de los integrantes del grupo que improvisaron un tema basado en los “solos ” de los distintos instrumentos, incluida la batería, claro está.

Por su parte, el público rellenó el momento cantando al ritmo de: “Escúchenlo, escúchenlo, escúchenlo, esta es la banda de rock and roll, es El soldado, la puta que los parió. ”

Solucionado el conflicto, el show siguió adelante. Sin mayores inconvenientes, exceptuando el problema de la temperatura, el fiel público de la banda originada a comienzos del año 97’, cantó, bailó y disfrutó del buen rock and roll propuesto por sus “soldados”.

Daban los... cuarenta y cinco : No piense que es un problema de horario, sino que cuarenta y cinco, representa los grados de temperatura que hacía, aproximadamente, dentro del lugar. Se denotaban muchos hombres en cuero, con pantalones cortos y por qué no hablar del público femenino, que colmó la pista con holgados y teñidos pantalones, realizados con alguna tela de fino peso. Sus musculosas blancas y sus flequillos tan característicos terminaron por darle, el diseño final al show de El soldado.

Las bebidas corrían como moneda corriente. Aquella, que está hecha en base a: Lúpulo, cebada, malta y agua, comúnmente conocida como cerveza, fue, sin duda, la más consumida, por aquellos que necesitaban refrescarse en medio de tanto vapor y sudor corporal.

Pasadas las dos de la mañana, El soldado concluyó su show, observando al público saltando de manera desaforada y cantado hasta quedarse sin aire. Por otro lado, invitó a su gente a acompañarlo en su carrera de músico y agradeció la buena onda y el apoyo constante.

Le hubiera dado mayor sentido a la nota escribir, aunque sea, algunos de los títulos de los temas del grupo. Si no se encuentran presentes, es ni más, ni menos, por la gente del Marqueé, que me negó la lista de temas.

En lo que respecta al show, debo decir, ( si bien este tipo de música no me conquista frecuentemente) que El soldado me sorprendió con su estilo, y por sobre todas las cosas, con la soltura que mostraron arriba del escenario, para brindar poco más de una hora de pura música rockera.
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