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Brujeria

Una casa de brujos

Cronista: Gentileza: Gaby Salomone - Gentileza: Pablo Krause | Fotos: Gentileza: Ro Diaz

01 de Febrero, 2006

Una casa de brujos

La mítica agrupación mexicana de death metal pisó nuestro país por vez número catorce. La cita fue en El Teatro (de Flores) donde Brujería hizo un “stop and go” antes de su partida hacia Córdoba

Cuenta la leyenda que Brujería es una banda de death metal extremo integrada por narcotraficantes y asesinos seriales de México, razón por la cual todos los músicos debían preservar su identidad en secreto a la hora de grabar los discos y utilizar máscaras para ocultar sus rostros durante las presentaciones en vivo.

Si bien está demás aclarar que esto no es real, Brujería siempre contó con grandes valores del heavy metal extremo entre sus filas, de los cuales algunos contaban con contratos discográficos que no les permitían grabar para otra compañía, razón por la que la alineación de la banda fue cambiando a lo largo de su historia y la lista de integrantes nunca fue demasiado clara.

En un principio Brujería había comenzado como el proyecto solista del guitarrista Dino Cazares, de Fear Factory, hasta su partida en diciembre del año pasado. Por sus filas pasaron además otros “grosos” del metal extremo como Raymond Herrara (compañero de Cazares en Fear Factory), Billy Gould (ex Faith No More) y Nick Barker, quien fuese batero de Dimmu Borgir y Cradle Of Filth entre otros.

Más allá de la partida de Cazares, Juan Brujo (cantante y –ahora- líder de la banda) decidió seguir adelante con el proyecto y reunió a Tony Laureano (también de Dimmu Borgir) en batería y el legendario Jeff Walker¸ quien fuera líder de la mítica banda Carcass a fines de los ochenta y luego formara Blackstar. Además Shane Embury (bajista de Napalm Death) quien se encargó de reemplazar a Dino y colgarse la viola. Una especie de “dream team” de metal extremo, en pocas palabras, que se completa con los misteriosos Pinche Peach (también cantante) y Fantasma (bajista y cantante).

El calor azotaba Buenos Aires el pasado 28 de enero cuando en la puerta de El Teatro Flores, la térmica superaba los treinta grados. Sin embargo el show debe continuar y tras una estirada introducción “a telón cerrado”, los enmascarados fueron recibidos por su público al grito de “Olé, olé, Brujos…” mientras arrancaban con “Cola de rata”, del disco Raza Odiada.

Sobre el escenario, Juan Brujo se cubría la cara con un pañuelo de la bandera mexicana (además de adornar su cintura con una percha que le colgaba del pantalón), mientras que Jeff Walker rascaba el bajo vestido “a lo cowboy” y Pinche aparecía con la camiseta de Boca Juniors, al igual que en su anterior visita.

En lo que a música respecta, Laureano se encargó de demoler los parches de la batería y Walker confirmó su mote de prócer del metal, además de lograr una muy buena relación con la gente, que llegó a corearle un “Olé, Olé, Carcass, Carcass…” aunque –por desgracia- no interpretaron ninguno de los clásicos de la mítica banda. Más allá de los esfuerzos de Pinche para arengar al público y animar el show, las voces dejaron bastante que desear, sobre todo en lo que respecta a Juan Brujo (quien a veces parece ser otro completamente diferente del que grabara Matando Güeros, allá por el ’95) lo que hizo que el show decaiga bastante.

Párrafo aparte para la tarea de Shane Embury en guitarra, que realizó una performance a la altura de la ofrecida por Dino Cazares en sus anteriores visitas, y como es costumbre, pegó muy buena onda con la gente. ¿Quién dice? Tal vez en un futuro tengamos la oportunidad de ver a Napalm Death en Argentina… (soñar no cuesta nada).

La primera parte del show se concentró en la etapa más reciente de Brujería (precisamente, en el disco Brujerizmo, del 2000) entre los que se destacó Anti-Castro, donde Pinche cambió la camiseta de Boca por una Argentina, aunque también hubo tiempo para los clásicos de Raza Odiada como lo fue “Hermanos Menendez”.

La lista de temas no cambió demasiado respecto de sus anteriores visitas (algo bastante predecible, ya que la última edición de un disco de Brujería fue en 2000) cerrando el concierto en esta ocasión con “Brujerizmo”. Además, aprovecharon la ocasión para anunciar que tienen listo un nuevo disco, aunque no dieron indicio alguno de su edición.

Si bien siempre es positiva la visita de bandas internacionales, y más aún cuando vienen tan “cargadas” de figuras como en el caso de Brujería, por momentos parecía ser más de lo mismo. La tarea de Juan Brujo en las voces dejó muchisimo que desear, a pesar de contar con un mejor sonido que en sus anteriores visitas, lo cual se hizo notar además en la progresiva intervención de Fantasma en las voces, que pareciera tomar cada vez más protagonismo. En lo que a instrumentos se refiere, Brujería sigue siendo una oportunidad para ver a figuras de la escena internacional que difícilmente visiten nuestro país con sus respectivas bandas, como el caso de Embury, Laureano o Jeff Walker.
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