Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Logos destrozó El Teatro

Cronista: Gentileza: Sebastián Barrera | Fotos: Gentileza: Ro Diaz

30 de Marzo, 2006

Logos destrozó El Teatro

Una de las bandas con más historia en el heavy metal nacional se presentó en el Teatro de Colegiales. Logos volvió de la costa y reunió a 600 personas para presentar lo mejor de sus 15 años de carrera

El rock pasea en ojotas por las playas de la costa, las guitarras se sacan y se guardan en cada chapuzón. En Buenos Aires, los treinta grados se sienten y no hay bebida que mate tanto calor. El mar está lejos, la arena de ciudad ensucia y no hay tejo que nos salve de tanto aburrimiento. Por suerte existen bandas que se apiadan de nosotros, y vuelven a capital para regalarnos un poco de musica en medio de tanto hit veraniego que ya empieza a molestar.

Logos se presentó en el Teatro de Colegiales, la banda de heavy metal reunió a 600 remeras negras para repasar sus 15 años en la música. Las ganas estaban, el hambre de distorsión se hizo notar en la salida de los ex V8 cuando arrancaron con Marginado y Decide por ti mismo.

El pogo animal de Arden en el Cielo fue sin duda el más aplaudido y disfrutado de la noche. Esos empujones con ganas mientras las cabezan se agitan ante un buen riff o un solo de bateria resumian la noche que se venía.

Todos los saben, no hay respiro en un recital de Logos, porque claro, es uno atrás del otro, y con Muerto Sin Gloria, Ven a la Eternidad, Generación Mutante y Como un Relampago dejan sin aire a cualquiera, pero los muchachos no se rinden y le devuelven la genitleza cantando, mostrando los puños y formando el pogo más grande.

Pero la noche se iba terminando, corta pero con buen heavy metal. El telón se cerró, los cantitos de Logos seguían sonando, todos creian que se encontraban en la mitad de una larga noche, pero no, al parecer, todo terminaba ahí, con el último grito de Cómo un Relampago.

Era obvio, nadie se quería ir, “¿ya esta?, ¡dame uno más!” gritaba uno enloquecido mientras se corria los pelos de la cara y se secaba con la remera gastada de Hermética. Al rato, ellos volvieron, la banda liderada por Zamarbide tomó aire y rompió el Teatro con Muy cansado Estoy.

Por más que sea el ultimo tema de la noche, es ahí cuando nace la magia: en el pogo más desaforado, más bestial y eufórico de la noche, ya que uno sabe que después de eso, vuelve a la calle, al colectivo y a su vida.

Despúes de los agradecimientos de los cuatro logos, las luces se prendieron y todos tuvieron que irse, aunque sin ganas claro, pero el las luces –enemigo eterno de los recitales, dieron por terminada la jornada.
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