Un océano de música y sensaciones

Texto: Iván Salomonoff

El Mar presentó el Lado B de su flamante álbum Tierra. Esta vez la cita fue en La Casa del Árbol y la apertura de la noche estuvo a cargo de Miguel Canevari, quien de entrada nos introdujo en su universo de canciones para darle paso luego al plato fuerte de la noche.

El show de El Mar empezó con los temas del Lado A del disco y nos fue llevando de a poco a ese otro mundo que lo caracteriza: un espiral de melodías, texturas y contrapuntos que cautiva y enamora. Es que su música, que va del bolero al western, pasando por el calypso y las baladas que rememoran a los años ‘50, hipnotiza. Su sonido te atrapa, es como una ola de efectos que te introduce en un vaivén tropical y te sumerge en un mar de trémolos y reverbs. Genera ese estado de trance que te lleva a perderte en un solo de bajo o en un juego entre violines y pianos. Todo es diálogo y música, viento y naturaleza. Un océano de música y sensaciones.

Lo ecléctico es parte fundamental de esta banda, conducida e ideada conceptualmente por Agustín Yabra, su líder, quien sabe manejar los tiempos, las formas y los estados de ánimo del proyecto. Su performance en vivo es sólida y multifacética, pasando de la guitarra eléctrica al piano pero sin perder nunca de vista a la canción. En su rol de líder: compone, canta, interpreta y dirige a la banda de manera brillante.

La noche fluye entre tema y tema y a la mitad del show llega el momento más esperado: la presentación del Lado B. Las canciones se presentan solas y de la mejor manera, sostenidas por una excelente banda que acompaña a Agustín en vivo, conformada por Leandro Vigo en batería, Eugenia Sasso en guitarra electro-acústica y coros y Juan Kiss en bajo y coros.

Así pasaron temas como: “Desbordemos”, “Tristeza”, “Gnossienne” (con una bellísima interpretación de Andrés Nizovoy, invitado en flauta traversa), “Bailarín” y “Tus cosas” (con la participación de Nacho Choroszczucha y Demián Tavarovksy en violines).

La banda comenzaba a despedirse y el público exigió una canción más. Entonces sonó el bis de la noche: “En tus ojos”, con el que El Mar completó no sólo otra gran noche musical, sino la segunda mitad de un disco que ya deja de ser una promesa para convertirse en una realidad.