Ivan Noble
Un caballero con memoria
08 de Marzo, 2019
Iván Noble se presentó en Niceto Club con entradas agotadas y repasó canciones de su etapa solista y de Caballeros de la Quema.
“Muchísimas gracias por estar acá. Siempre se agradece, pero en épocas espantosas y de vacas demasiado flacas, colgar un cartel de entradas agotadas se agradece el triple”, se despacha Iván Noble ante un público heterogéneo y numeroso que se da cita en Niceto Club para disfrutar las canciones del líder de Caballeros de la Quema, que cuenta además con varios años de trayectoria solista. Han pasado “Paciente cero” y “La propina”, los temas que abren el show, y el cantautor, con 51 años recién cumplidos y el rostro de David Bowie estampado en su remera, pone a bailar al local con el groove que propone “La chica que nadie saca a bailar”.
La banda cuenta con el gran trabajo en guitarras de Benjamín López Barrios y Agustín De Carli, quienes -junto Noble en criolla- le aportan interesantes matices a cada una de las interpretaciones. Los temas de Caballeros de la Quema no se hacen esperar: “Patri” y “Todos atrás y dios de 9” levantan la temperatura del público y muestran la capacidad del cantante para esas composiciones que desembocan en estribillos urgentes y pegadizos, uno de los rasgos más destacados y reconocibles del músico en su faceta de letrista.
Entre tanto recorrido por el pasado, Iván se permite el espacio para compartir lo que vendrá. “Estoy encarando un proyecto donde la inmensa mayoría de las canciones no van a ser mías. Por dos motivos: uno es porque estoy aburrido de lo que escribo, y segundo, porque siempre envidio canciones ajenas. Hay que sacarse un poco el ego de encima. Voy a hacer un disco de canciones que no son mías”, dice, y convida una distendida versión de “Para qué sufrir”, de la mexicana Natalia Lafourcade. Pero la banda redobla la apuesta y toca una aguerrida y ajustada interpretación de “Adiós”, de Gustavo Cerati, que sorprende y también emociona a los fans, seguida por “Moscas en la casa”, el tema de Shakira que grabó como puntapié inicial de su proyecto y que ya cuenta con un videoclip oficial.
“Siempre sospecho que la vida me dio mucho más de lo que esperaba, y tal vez de lo que merezco. La primera vez que este oficio me puso frente a frente con un tipo que yo admiraba fue en el año ‘96, con una canción que quiero mucho y creo que muchos de ustedes también”. Sin mencionarlo, el oriundo de la Zona Oeste del Conurbano se refiere a León Gieco, con quien compartió las voces en el clásico de Caballeros “Hasta estallar”, perteneciente al disco “Perros perros y perros” (1996), una canción que en Niceto sacude con la misma intensidad de años atrás. Lo mismo le cabe a “Otro jueves cobarde”, que comienza con el clima intimista al que invita Noble con su guitarra, para volverse luego absolutamente festiva con la entrada del resto de la banda.
El grupo se guarda para el tramo final del show disparos certeros que impactan de lleno y animan todavía más al público, que vibra con “Sapo de otro pozo”, “Donde gustes y cuando quieras” y “Olivia”. A Iván Noble no se le olvida que es el Día Internacional de la Mujer, y comparte una reflexión personal: “Hoy fue un día muy especial. Hace unos años yo decía: ‘¿Por qué un Día de la Mujer? ¿Por qué no hay un Día del Hombre?’ Ahora no sé muy bien qué cosas decir, pero sí sé cuáles no decir más”. Después de leer un texto sobre las atrocidades que sufren actualmente millones de mujeres y niñas alrededor del mundo, llega el momento de los bises, en el que el cantante echa mano del dueto infalible formado por “Avanti morocha” y “Oxidado”, la mejor forma de cerrar un concierto de dos horas que mostró a un artista predispuesto a visitar su pasado en compañía de un público entregado a la propuesta de compartir un buen momento.
Acompañado por una banda impecable, y con un puñado de canciones que ya cuentan sus años pero que suenan absolutamente frescas, Iván Noble demostró una gran vitalidad y entusiasmo en la noche de Niceto, devolviendo con creces el cariño que le ofreció la gran cantidad de público que se acercó para dejarse llevar por historias relatadas como pocos artistas pueden hacerlo.