Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Once Tiros

El bunker ska-punk

Cronista: Maximiliano Novelli Frutos | Fotos: Luciano Bassano

15 de Noviembre, 2018

El bunker ska-punk

Once Tiros explotó de energía, tras su nueva visita a nuestro país, en La Trastienda.

En el marco de una mini gira que incluye a las tres principales urbes de la Argentina -la Capital Federal, primero, luego Córdoba y, por último, Rosario-, Once Tiros continuó mostrando su más reciente trabajo y repasó otros éxitos de su vasta carrera en el famoso predio de la calle Balcarce.

El aguante se hacía sentir con fuerza cuando, pocos minutos después de las 21 horas y sin preámbulos, empezaron con un ping-pong entre discos. “Gente detergente” fue la primera en explotar en el escenario, seguida por “En silencio el fuego”, luego “Batalla sin luz” y la poderosa “Kamikaze”. Así, sonaron dos exponentes de Imán (2011) -el primero y el tercero de la lista respectivamente-, uno de Bunker (2016) -el segundo-, y de Momento extraño (2008).

Mosh, pogo, festejos y cánticos fueron algunos de los elementos que estuvieron presentes desde el primer momento en que el quinteto montevideano subió a las tablas. En más de dos décadas de carrera, cinco álbumes y un DVD han sabido ganarse el cariño del público de este lado del río de la Plata.

La voz principal del grupo, Pablo Silvera, tomó la guitarra electroacústica para interpretar “Un amor diferente”, tema que cierra su cuarta placa de 2011, y “Mirada especial” -de su último registro-, donde aprovechó para tocar con un pañuelo verde, el emblema de la campaña por el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, entregado por una fanática desde la audiencia. Tras finalizar la canción, el cantante alzó dicho símbolo mientras sostuvo: “por la salud de todas”.

Tras el segmento más tranquilo del recital, un impresionante pogo casi ininterrumpido fue el que siguió cuando sonaron “Lágrima azul”, “Nos dijimos todo” y “Bisturí!”. Los solos de guitarra de Bruno Andreu también hicieron volar la cabeza de los y las fans, fue muy aplaudido también el apoyo en saxo de Pablo Zuloaga, un habitué en casi todos los conciertos del conjunto.

La fuerza de las y los presentes sólo se detuvo cuando se sentaron en el piso tras los falsos inicios que precedieron a “Maldición”, aquella pista de su debut Parvadomus (2002), en una suerte de juego entre la banda y sus fans. “Hoy llevé mi cabeza a volar” fue la señal para saltar lo más alto posible haciendo vibrar toda la sala.

El cierre tuvo a “Cada vez más” y “El globo”, en una alternancia entre el último y su primer LP de estudio. La manija era tal que tras el saludo de los músicos, se escuchó en el ambiente las primeras notas de “T.N.T.” de los australianos AC/DC, en ese momento entre todos/as empezaron a hacer los coros de dicha canción hasta que finalmente cerraron las cortinas.

Así terminó un recital que demostró el vínculo sólido que poseen los uruguayos en estas tierras con su público, que ya lleva un largo trecho. Este recital confirma la energía del ska-punk que explota en cada fecha, característica que llevan en su impronta por años, dejando en claro que se vive una experiencia única en todos sus recitales.

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