Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Nico Bereciartua

Un hechizo de seis cuerdas

Cronista: Augusto Fiamengo | Fotos: Cynthia Ascani

30 de Septiembre, 2018

Un hechizo de seis cuerdas

Nico Bereciartua presentó en Lucille algunas de las canciones que integrarán su próximo disco de estudio. Además, homenajeó junto a su banda a Pappo y Spinetta.

 

La adaptación de “El abastito”, tema instrumental de Viticus interpretado en plan acústico con un hipnótico in crescendo, es apenas la muestra inicial de un concierto en el que Nico Bereciartua y su grupo jugarán permanentemente con distintos climas e intensidades. Entre canciones de su primer disco Nico (2015), la presentación de nuevas composiciones que integrarán su próximo trabajo y el homenaje a algunas de sus grandes influencias, el guitarrista que regresó a la Argentina luego de ser reclutado por Rich Robinson (creador junto a su hermano Chris de The Black Crowes) ofrece nuevamente muestras de una enorme sensibilidad como instrumentista ante un Lucille colmado de público que se conmueve con su talento.

“18 de enero” y “Audion/ Glory Hallelujah”, canciones del primer disco de Bereciartua en las que brilla su guitarra slide, se intercalan con un nuevo tema –todavía sin título- de aires folklóricos que cuenta con sutiles y precisas ejecuciones de guitarra y teclados. La audiencia, atenta, no pierde detalle de todo lo que recibe desde el escenario. “Vamos a hacer el primer cover de la noche. Últimamente estuve escuchando mucho a Pappo”, confiesa Nico, y la banda se despacha con una despojada versión de “El sur de la ciudad”, canción de la gran leyenda de la guitarra de blues en Argentina, a quien Bereciartua cuenta entre sus referentes musicales.

Con la incorporación de Felipe Agote, sobrino de Nico, como miembro estable de la formación en el rol de cantante, el grupo continúa rindiendo tributo a artistas legendarios como Sam Cooke con “Good News” y The Allman Brothers, de la mano de la bella balada “Sweet Melissa”, con un monumental solo del guitarrista. Agote se prueba también con una sólida performance vocal en otro tema nuevo, “No quiero volverme más”, que suena fresco y con una importante presencia de las guitarras acústicas.

Convocado en los últimos tiempos por distintos artistas nacionales para participar en sus trabajos, Nico invita a algunos de ellos en una suerte de devolución de gentilezas: Titi Stier se suma en voz y guitarra para una certera versión de “Whipping Post”, el segundo tema de The Allman Brothers en la noche, mientras que Ike Parodi (Vudú) ruge en una rockera y conmovedora interpretación de “No te alejes tanto de mí”, de Luis Alberto Spinetta. Nico continúa dándole espacio a su primer disco con “Artitis” (“el tema que le dio comienzo a todo esto”) y el filoso “Arenga”, con la banda elevando la temperatura de Lucille, además de convidar un par de canciones nuevas, haciéndose cargo de la voz en una de ellas.

Para el momento de los bises, reaparece Felipe Agote y los músicos no dan respiro  con el incesante ritmo de un clásico de la factoría Motown, “Can I Get a Witness”, popularizada por la voz de Marvin Gaye. “Como nunca es suficiente de The Allman Brothers, nunca es suficiente tampoco de The Rolling Stones”, reconoce Nico, y la banda se lanza a homenajear a Jagger, Richards y compañía con “Tumbling Dice”, el clásico de comienzos de los ‘70 que cierra una de esas noches en las que la música lo es todo y  pareciera ser un motivo más que suficiente para ser feliz.

Acompañado de una banda exquisita que sintoniza a la perfección con su propuesta musical, Nico Bereciartua conmueve y atrapa con su guitarra a un público que se multiplica show tras show. No hay artificios, arengas ni sobreactuaciones: es el poder de la música que habla por sí misma, tocada con inmenso talento y profundo sentimiento. Con su show en Lucille, Nico deja la vara bien alta de cara a la publicación de su próximo disco.

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