Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Eterna Inocencia

Eternos pero no inocentes

Cronista: Jeremias Wald Acuña | Fotos: Gentileza: Prensa

23 de Diciembre, 2017

Eternos pero no inocentes

El último sábado, la banda despidió el año ante un Vorterix colmado. Con unos treinta temas en algo más de 90 minutos repasaron toda su historia. Fiel a su estilo no faltó la propagación de contracultura e información alternativa que suele brindar el cantante y profesor de historia Guillermo Mármol.

“Nunca seré policía”, suena de forma atronadora entre el público. No es un recital de Flema pero ese estribillo ya es un clásico en las fechas punk. Si a eso se le suma la creciente actividad represiva que se vive en el país, el combo se vuelve perfecto. Desde arriba del escenario de Vorterix los Eterna Inocencia disfrutan el momento y se ceban con el cantito anti-yuta. “Controlás no por necesidad / sino por propia voluntad”, sumó la banda hardcore punk con “El Guardián”, de Ei (2010).

Más temprano Los Pasamontañas -banda oriunda de Caleta Olivia,Santa Cruz- abrió la noche. Esta es otra de las iniciativas rescatables de Eterna: darle espacio a bandas no tan conocidas. Forma parte de su ADN, y de su modo de generar y replicar la cultura punk autogestiva.

Apenas minutos después de las 21, comenzó un video que mostraba algunos de los momentos y recitales por todo el país que hizo la banda durante el año. Una vez terminado, aparecieron en escena los cinco Eterna Inocencia para alegría del público que copó el recinto de Colegiales. Comenzaron con “La Risa de los Necios”, de La Resistencia (2006), a toda velocidad y precisión. A partir de ahí, una seguidilla de clásicos dispararon sensaciones que sólo Eterna genera.

La voz de Guille Mármol se va yendo con el correr del recital, pero la emoción, el sentimiento, el dejar todo, van incrementando exponencialmente. La gente lo apuntaló en algunos momentos y todo se volvió épico. Además, disfrutó hablando y tirando data. Dio una serie de recomendaciones para poder refutar lo que se dice en los medios de comunicación sobre la Patagonia y los mapuches “bombardeados por esa información intoxicada”.

Guille adelantó, para el aplauso generalizado, que planean hacer una fecha en la que tocarán únicamente los primeros tres discos: Punkypatin (1995), Días Tristes (1997) y Recycle (1999). Hubo, también, una encuesta previa al show en la que invitaban a sus seguidores a elegir diez canciones que quisieran que la banda tocara en Vorterix. En esa selección sonaron, entre otras, “Golpes secos” y "América" de  A los que se han apagado (2001), ademád de  “Sufferland” de Días Tristes.

De repente una zapatilla voló hacia el escenario, mientras Mármol buscaba al dueño contaba una anécdota reciente. Durante el pogo en el recital de Bad Religion en Flores, el cantante argentino perdió su calzado, instantes después vió que sobre las cabezas alguien mostraba el objeto perdido buscando al que estuviera semi descalzo. Celebró la solidaridad que esos momentos generan “una experiencia antropológica de campo”, sintetizó entre risas.

El final fue, claro, el momento más emotivo de la noche. Las sensaciones que provoca el eterno “Vamos mi vida” de “Nuestras fronteras” (Las palabras y los ríos, 2004) son inigualables. Todo Vorterix exclamó, como una sola voz, esas tres palabras que tanto han significado en la adolescencia de muchos de los presentes. La información que brinda Guille, la necesidad de pensar absolutamente todo, cuestionarlo, reformularlo, autogestionarlo. Ya van más de 20 años desde el primer disco que editaron, y han ganado un nombre y una reputación absolutamente merecidas. Son eternos, pero nunca inocentes. Por suerte.

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