Jovenes Pordioseros
Palermo pordiosero
04 de Noviembre, 2017
Con motivo de la presentación de su último disco, el conjunto liderado por Toti Iglesias copó Palermo Club. Una noche especial por su cumpleaños y por el fiel aguante de la eterna banda que no duerme.
Los aires de rock de Lugano coparon el atardecer de Plaza Italia. La comuna porteña que cuenta con denominaciones como Soho, Hollywood, Chico, entre otros, por un momento inauguró un nuevo sector: Palermo Stone. Varias remeras con la clásica lengua de The Rolling Stones y el logo pordiosero invadieron la zona y los mercados más cercanos en busca de alcohol para seguir avivando el fuego. Ya los vicios corrieron por la sangre, la abstinencia causó pánico y ahora los chicos del barrio quieren probar algo nuevo: un corazón que lata sólo rock.
Hace unos meses, Jóvenes Pordioseros lanzó un nuevo material de estudio titulado Late (2017) que sigue con la línea musical de la banda y que tiene en sus filas a Germán Drago que debuta en la guitarra. Para que la fiesta sea total, la fecha estipulada para su presentación fue el día del cumpleaños de Cristian “Toti” Iglesias. Por tal motivo, nadie podía faltar a la cita programada para Groove pero que finalmente se trasladó a Palermo Club.
Para animar a los primeros presentes, la banda soporte de la jornada fue Jalapaluza. El quinteto de Wilde con David Álvarez en voz, Cristian Serratore en bajo, Carlos Boglich a cargo de la batería y Gabriel Debiassi y Sergio Flores en guitarras, dejaron el recinto con un clima súper cálido. Deslumbraron con un set de nueve canciones que se mezclaron con temas propios como “Voy por vos”, “Intenso” y “¿Qué pasó ayer?”, y algunos covers de Los Piojos -“Cruel”-, Attaque 77 -“Espadas y serpientes”-, Ratones Paranoicos -“Centauro”- y una poderosa versión de "Amor clasificado" del Potro cordobés, Rodrigo Bueno.
Debido al calor, las barras comenzaron a ser frecuentemente visitadas a la espera del plato fuerte. Cerca de las 22 horas, una ola acompañada de flashes corrió hacia la entrada. El protagonista de la noche arribó espontáneamente a medida que iba al escenario. El inmenso cariño recibido por todos los fans no dejaba avanzar a Toti mientras sus compañeros ya estaban en las tablas para comenzar el festín. Quien recibió al líder fue “La Angie”, el personaje que Walterio realiza en el programa televisivo Sin Codificar. Con todos arriba y abajo, tanto rock podía ser verdad.
Tras un breve saludo al público, la primera canción vino de las entrañas de Hijos del Oeste. “100% pordiosero” determinó que el show sería totalmente así. Inmediatamente el repique en el redoblante de Lucas Fiorentino dio el pie a “Late”, el corte de difusión del último material. En el lapso entre tema y tema, el público aprovechó para cantarle el feliz cumple a su ídolo. Tanto amor fue agradecido al ritmo frenético de “No la quiero dejar”, cuyo estribillo fue gritado en cada rincón. Con la réplica del Gauchito Gil sobre uno de los amplificadores, llegó una versión rock de Los Lamas. Es reconocido el contacto que tiene el cantante con la cumbia y no dudó en hacer “La Casa” mientras degustaba de un fernet.
“Gracias, en serio. No sabía si cumplía 40 o 41, lo que sí sé es que estoy feliz”, fueron las primeras palabras de Toti que nombró a cada barrio durante “Nunca me enseñaste a estar solo”. Al toque fue el debut de “Guinness” que dejó una buena ovación para el nuevo integrante.
La banda reconoció el trabajo que realiza la prensa e invitó a cada fotógrafo a subir para que juntos entonen “Estoy pegado”. El primer invitado fue un viejo amigo e integrante de Hijos del Oeste, el guitarrista Marcelo Marín. Los aplausos ahora eran para el bajo de Leonardo Raffa que con sus acordes abrió la intro de “Maldito San Telmo”, desatador de pogos como ninguno.
En medio del rock apareció nuevamente “La Angie” pero esta vez con una torta. El cumpleañero gritó a los cuatro vientos sus tres deseos: trabajo, salud y amor; y agradeció a todo Sin Codificar por el apoyo de siempre cuando los medios no aparecían. Es inevitable que “Toti” no esté cara a cara con sus seguidores, por eso se bajó para abrazarse con ellos en “Adicto”. Una grata sorpresa fue la aparición de unos de los pilares fundamentales para Cristian, su mamá Susana. Emotivas fueron las palabras que ambos se dijeron y estallaron las manos para decorar ese lindo amor. “Alta gata” siguió con el repertorio y el clásico stone “Satisfaction” puso a bailar a los que estaban en el fondo.
Si de emoción se habla, es difícil describir lo que sucedió con “Cuando me muera”. Más de uno lloraba desconsoladamente mientras filmaban el momento y de reojo miraban hacia arriba. Un punto fuertísimo. Acorde con esa canción vino “Funeral” y un trío increíble de tres piezas vitales del rock nacional: “Cowboy” de Ratones Paranoicos, “Intoxicado” de Viejas Locas y “Ruta 66” de Pappo. Para esta última parte, tomó el micrófono David Álvarez de Jalapaluza. Sin respiro, Toti se enmascaró para continuar con “Eterno” un hit amoroso del último tiempo que la remató con “Todavía no puedo olvidarte”.
La movida tropical dio su asistencia con Gastón Angrisani -cantante de Los Moikanos- que fue presentado para corear el himno pordiosero por excelencia: “Descontrolado”, el cual en una versión extendida puso al palo el tacómetro. El show iba llegando a su fin, por eso en cuestión de minutos se esfumaron “Desvelado” y “Lobo” con Walter Cepeda (ex manáger y diseñador gráfico a principios del 2000). Uno de los regalos recibidos en la noche fue una remera de Rodrigo Bueno entregada en mano de Alejandra Romero, mujer del emblema del cuarteto. El sonido cordobés se mezcló con el riff de “Paint it black” para versionar “Por lo que yo te quiero”, de otro referente como lo es Walter Olmos.
“Ahora sí nos vamos. Gracias por venir”, disparó Iglesias que sudó sin parar al baile del “Rockabilly”. ¡Como llegó, se fue yendo! Encaró hacia la salida con el micrófono, tratando de escapar en medio de la euforia. Con una sonrisa de punta a punta, pasó un cumple diferente, recibiendo el cariño que hace años se viene ganando. Jóvenes Pordioseros dio una nueva muestra de un rock que sigue vigente y su público dejó todo por verlos otra vez.
Con una lista variada que recorrió distintos momentos, la banda presentó su sexto álbum de estudio en un Palermo Club que estuvo a la altura. El grito de guerra de “Acá estamos” dejó en claro que las noches pordioseras seguirán brillando porque les gusta tanto el rock y no lo piensan dejar.
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