El presentimiento de que todo va a explotar

A más de 50 años de la creación del rock nacional, mucha agua ha pasado bajo el puente. Las corrientes fluyeron y se diversificaron, obteniendo un poderoso grado de reconocimiento y cooptando, de esta forma, gran parte del mercado musical argentino. En la actualidad, y aunque sean varios los que lo niegan, goza de una inmejorable salud. Muestra de esto, es lo que ocurrió el viernes pasado, cuando Bandalos Chinos se presentó en Niceto Club y colgó, horas antes de tocar, el cartel de sold out.

Formados en 2009, el grupo sanisidrense llegó a Palermo con la intención de presentar de manera formal su nuevo disco, el EP En el aire (2016). La excusa, también, pudo haber sido la celebración de un año, el 2017, que se presenta por lejos como uno de los mejores para la banda: además de tener entre las manos un cuidado e interesante material para mostrar, tocaron por primera vez en dos de los festivales más importantes del país, el Cosquín Rock y el Lollapaluza.

Pasadas las 22, se abrió el telón. Impávido, el cantante “Goyo” Degano demoró unos segundo en salir del estupor. El lugar estaba colmado. Ellos lo habían logrado. Superada la sorpresa inicial, dieron por iniciada la lista con “Veccar”, canción que le dedicaron a su localidad de origen y de donde, además, proviene el título del álbum.

Integrantes de una nueva e inquieta camada, los Chinos vienen insistiendo desde hace tiempo con una idea, la de renovar el pop nacional. Sus trabajos lo confirman: a En el aire, hay que sumarle Nunca estuve acá, de 2014, y el homónimo, de 2012; ambos de una interesante factura. En el medio, persisten con otra lógica, la de trabajar en conjunto. No en vano, le han abierto las puertas a grupos como Un Planeta, de La Plata, a Juan Ingaramo, de Córdoba, y al Simón Poxyran, de Mendoza (NdlR: los últimos dos abrieron el show de Niceto). 

Influenciado por artistas como Cerati, Charly, Fito y Spinetta, En el aire es un disco logrado y maduro, donde la idea “popera” de la banda se encuentra muy bien sintetizada a lo largo de sus cinco tracks, que en vivo generan una respuesta inmediata y contagiosa. Casi tan importante como la música, es la estética, ya que el cuidado que propician en que cada uno de sus videos, se traslada al directo, por medio de su indumentaria, proyecciones y juegos de luces. Todo tiene un por qué en el universo de los asiáticos.

Musicalmente, el sexteto está pasando su mejor momento. Y arriba del escenario se nota, como cuando interpretaron unos de sus primeros hits, “Bailar con las cenizas”. Producto de una base sólida, a cargo Nicolás Rodríguez del Pozo (bajo) y Matías Verduga (batería), el saxofonista Pablo Vidal (El Kuelgue) y el cantante Juan Saieg (Usted Señálemelo) se acoplaron sin mayores sobresaltos a la formación, haciendo cada uno sus respectivos aportes en determinados tramos de la noche.  

Meses atrás, y en diálogo con este medio, el propio “Goyo” sintetizó el ideario de la banda: “Nos emociona la música de nuestra generación”. Casi sin proponérselo, Bandalos Chinos se transformó en la punta de lanza de una nueva camada, irreverente, que purga por dejar su huella en la música argentina. Sólo resta esperar.