Una tarde perfecta

Diez años pasaron y el Festival BUE abrió sus puertas al público para recibirlos con una tarde soleada que sólo horas antes parecía un sueño inalcanzable, igual que lo había sido hasta la noche anterior subirse al escenario a ‘poguear’ con Iggy Pop en medio de "Repo man". Puertas adentro, Tecnópolis se convirtió en los lagos de Palermo y la segunda fecha en un 21 de septiembre perfecto.

La presentación del norteamericano John Grant, que abrió la segunda fecha en el Arena Heineken, fue una breve delicia que sólo quienes llegaron bien temprano consiguieron disfrutar; luego Juana Molina pondría su impronta en el mismo escenario. Más tarde, mientras el pop plácido de Capital Cities sonaba en el escenario principal, Wilco, en su debut en el país, fue la primera en ser recibida con la calidez que nos da fama mundial.

Mientras el sexteto de Chicago liderado por Jeff Tweedy concluía su contundente presentación en el Heineken, Flaming Lips desplegaba su psicodelia en el escenario Ford Fiesta con "Race for the prize" bajo una lluvia de luces, papelitos, globos y colores. A pesar de las gotas, la noche precedió a la tarde con un colorido manto de ensueño. Durante una hora de show que vio pasar "What is the Light?", "Space oddity" de David Bowie y "Do you realice??", Wayne Coyne se entregó enteramente a la tarea de llevar al público en un paseo onírico poblado de disfraces, colores, un arcoíris inflable. 

De vuelta en el Heineken, la canadiense Peaches le recordó al público que Miley Cyrus no inventó nada y dejó fogueada la noche para recibir a los Pet Shop Boys en el escenario principal, en lo que sería una cátedra de electro dance y categoría escénica. Los ingleses Neil Tennant y Chris Lowe comenzaron el recorrido por su discografía con una re-versión de "West end girls" luego tocaron "Inner sanctum" y "The Pop Kids" de su último disco (Súper, 2016), y pasaron por éxitos como "Domino dancing", "Go west", "Its a sin" o "Love comes quickly" en casi dos horas de show, marcando un encuentro con nuevas generaciones que se acercaron atraídos antes por la oferta de Dj’s posterior que por las décadas de trayectoria del dúo británico.

A pesar de los precios siderales de los puestos de comida y de una mañana lluviosa, la segunda fecha del Festival BUE fue el lugar ideal para pasar una tarde soleada, con un line up bien elegido y una organización de primer nivel. Si bien entre ambos días pasaron más de 40 mil personas por Tecnópolis, el predio estaba impecable a todo momento, y había espacio para sentarse, caminar, o pasear entre escenarios y actividades, haciendo de un festival de música, una verdadera experiencia cosmopolita.