El Bordo
Soñando despierto
22 de Mayo, 2016
En su primera vez en el Luna Park, El Bordo agotó las entradas para dar un show de tres horas. La esperada fecha repasó temas de todos sus discos y contó con varios invitados de peso.
Muy atrás quedó Cemento. También el sueño de que doscientas personas los vayan a ver tocar. Diecisiete años después, el mítico Luna Park estaba lleno para las nueve de la noche y como había adelantado el cantante Ale Kurz, era otro sueño cumplido.
Estrenado en 1932 y aunque esté alejado de un mantenimiento adecuado, el Luna sigue manteniendo una belleza particular y recibió por primera vez a una banda que dejó en claro luego de tres horas de música que esa noche no iba a ser la última. El sitio que supo recibir a estrellas nacionales e internacionales a lo largo de sus tantos años de vida, le prestó a El Bordo una acústica y un sonido grave que retumbaba en el pecho de los fanáticos presentes. A eso se le sumó la calidad de los músicos que se divirtieron en escena.
Los remanentes que se vendían a partir de las seis de la tarde en las boleterías se agotaron demasiado rápido. Las pantallas explicaban los pasos a seguir en caso de evacuación pero los cantos que pedían la presencia de la banda tapaban las indicaciones. Los carteles prohibían fumar pero la ansiedad era más fuerte: se palpitaba una larga noche, y fueron más de treinta temas a lo largo de tres horas.
El escenario se iluminó pero la banda todavía no había salido. Las pantallas los mostraban reunidos como a un equipo antes de salir a la cancha y esa imagen provocó que los gritos aumenten. Cuando salieron y ocuparon sus lugares, no tuvieron mejor idea que tocar la canción que representaba en su máxima expresión lo que estaba sucediendo: “Soñando despierto”.
La larga noche exigió que las canciones se engancharan una detrás de la otra, mientras el público agitaba en el pogo y acompañaba con aplausos al unísono con la batería. Los primeros temas se vivieron con gran intensidad y con vibrantes solos de guitarra por parte de los hermanos Alejandro y Diego Kurz, y así pasaron “Descerebrados”, “Siento” y “Tesoro”. “¿Llegamos o no llegamos al Luna Park?” dijo el cantante pasados los diez temas ante la aprobación de sus fanáticos antes de tocar “Paseo lunar”.
Luego de la mitad del show se empezaron a presentar los invitados. El ex miembro de Vox Dei, Ricardo Soulé, tocó a la perfección el violín en “A dónde vas” y se animó también a cantar sobre el final el tema, y para interpretar “La patada”, los acompañó el Tano Marciello de Almafuerte. Sin dudas, los invitados que más sorprendieron fueron el “Mono” y “Maikel” de Kapanga para hacer “Silbando" y, por último, el productor del disco Hermanos (2014), Ale Vázquez, los acompañó en “Instinto”.
El tema que le dio nombre al último disco parecía ser el último de la intensa noche. Pero luego de la espera para que la banda se refrescara llegaron los bises. Se esperaban tres canciones más, pero según el cantante, agregaron “Guerreros del viento”, porque son unos “manijas”. La noche concluyó con “Los perdidos”, “Exisitir”, y “El regreso” como tema final para que Ale se agarre la cabeza en una expresión de incredulidad. Sin lugar a dudas que ese sueño cumplido quedará por siempre en la memoria de la banda.
Más allá del sueño, la realidad fue que El Bordo superó las expectativas y se afianzó aún más en la piel de sus seguidores. El sonido limpio, claro y potente revolvió el Luna Park y no dejó dudas de que si vuelven a soñar, pueden aspirar todavía a mucho más.
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