Rompiendo el imaginario

El show del sábado contaba con cierto nivel de expectativa. En los días previos, Cirse se había encargado de anunciar que, durante todo el 2016, sólo harían tres fechas en Capital Federal, ya que la mira estará puesta en el interior del país y en el exterior. Además, era el lanzamiento de su primer DVD, Sinergia. Era evidente: sobraban motivos para que sea una noche diferente.

La entrada fue austera. Cada uno de los integrantes ingresó al escenario de Groove y tomó su lugar sin mayores sobresaltos. Los aplausos y gritos no tardaron en llegar, y en respuestas a estos Cirse se despachó con un arranque enérgico, sin pausas y avasallante. De hecho, “Ecos” y “Cerrando puertas” fueron acertadas elecciones para iniciar una lista que se caracterizó por la intensidad, teniendo como uno de los puntos más altos la versión de “Ciudad de pobres corazones”, de Fito Páez. La premisa –implícita- fue dejarlo todo.

Para quien nunca haya visto el grupo, la sorpresa será grata. Y es que los años (más de diez de como banda) y sus cuatro discos de estudio no pasaron en vano. Resulta ineludible señalar que poseen un interesante nivel de soltura, situación que permite, entre otras cuestiones, que su vocalista, Luciana Segovia se luzca por su impactante despliegue físico, al margen de su exquisito caudal de voz.

Otro de los puntos sobresalientes de la noche fueron los invitados. “Nos enorgullece compartir escenario con gente que admiramos”, afirmó la vocalista y segundos después saltaron a escena Leo De Cecco (Attaque 77) y el Niño Khayatte (Los Violadores), para hacer una potente versión de “Dejarte ir”. Asimismo, para “Tecno” quien se hizo presente fue el carismático Carucha Podestá (Coverheads). No obstante, en “Miedos” participaron representantes de las bandas que abrieron la jornada: Franco Devincenzi y Larro Carballido, de Deja Vú y Más que uno, respectivamente.

Lo del sábado fue una noche intensa, de más de veinte canciones, que mostró el gran momento que está pasando Cirse. Este año se plantea como un quiebre para el quinteto, en el cual buscarán consolidar su propuesta, aquella que conjuga energía, sentimiento y, por sobre todas las cosas, altas dosis de pasión.