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Rolling Stones

La triple corona

Cronista: Juani Lo Re | Fotos: Anabella Reggiani

13 de Febrero, 2016

 La triple corona

El sábado a la noche, los Rolling Stones cerraron su triplete de recitales en el Estadio Único de La Plata. Fue un show intenso de dos horas y cuarto a puro clásico ante 50.000 almas.

Son rústicos, pero elegantes. Son rebeldes, pero se someten al fervor de su público. Podría decirse que están grandes, pero tienen una vitalidad sorprendente. Ellos sí obtienen lo que quieren y le dan a la gente esa satisfacción tan deseada. Nacieron en Inglaterra, pero son de todo el mundo. Son los más rockeros. Son los Rolling Stones.

La banda de Mick Jagger, Keith Richards, Ron Wood y Charlie Watts cerró su triplete de recitales en Argentina el sábado a la noche con un imponente show cargado de clásicos. Fue en La Plata, pero sus coronas son de oro. No quedan dudas de que son los reyes del rock n’ roll.

Horas antes de la banda principal, La Beriso inauguró el escenario. Los de Avellaneda continúan en pleno ascenso presentando las canciones de su disco Historias. Algunos temas que sonaron de la nueva placa fueron “Mañana”, “Traicionero” y “Ella”, pero el show tuvo su pico más alto con la aparición de los ex Ratones Paranoicos Juanse y el Zorrito Von Quintiero para interpretar “Rock del Gato”.

A las 19.30 fue el turno de Ciro y los Persas. El ex cantante Los Piojos abrió su show con “Antes y Después”. De su etapa solista se escucharon “Banda de Garage” y “Astros”, pero las canciones de su ex banda no tardaron en llegar. “Ruleta” despertó al que todavía seguía algo distraído, y “Tan Solo” seguido de “El Farolito” dejaron el escenario bien caliente para lo que estaba por venir.

Una secuencia de imágenes en las pantallas gigantes que mostraba un tren que llega hasta el Obelisco funcionó como introducción, antes de escucharse el histórico anuncio: “¡Ladies and gentlemen, The Rolling Stones!”. Casi sin respiro apareció Keith Richards con su histórica Fender Telecaster y tras los primeros acordes de “Start me Up” se desató la fiesta stone. A continuación, de saco violeta y camisa fucsia, Mick Jagger le sacó chispas al escenario en clásicos como “It’s Only Rock n’Roll (but I like it)” y “Tumbling Dice”.

Con un in crescendo bien marcado por la pared de sonido construida por el bajo de Darryl Jones, Jagger explotó en “Out of Control” y luego pidió calma para “Beast of Burden”, con una pequeña coda de “Don’t cry for me Argentina”. Como líder de la banda más longeva de la historia del rock mundial, el frontman dio cátedra sobre cómo manejar los climas. Luego llegó el momento de la canción votada por el público, que en este caso fue “You Got me Rocking”, una de las más festejadas.

De buen humor, Jagger se mostró muy comunicativo con el público durante toda la noche. Saludó a Charly García, llamó “Pancho” al Papa Francisco, jugó con su histórico corista Bernard Fowler, y avisó que va a comprarse un dos ambientes en Chacarita.

Mientras Watts marcaba los tiempos como un reloj suizo, los guitarristas se divertían y se permitían zapar en algunos temas. Ron Wood tuvo una noche más que inspirada: el ex Faces fue el encargado de llevar adelante la mayoría de las canciones.

La presentación fue el momento para que los músicos permitan agasajarse a sí mismos y contemplar todo el amor que provenía desde los distintos sectores del estadio: Jagger presentó a Wood como el Jorge Luis Borges de la guitarra y alentó a Watts a que salude a la gente un poco más de cerca. Pero quien se llevó una interminable ovación fue Richards, el viejo pirata del rock, que a continuación interpretó “You got the Silver” y “Happy”.

“¿Son el público más ‘stone’ del mundo?”, preguntó Mick seguido del estruendo de todo el Estadio Único de la Plata como respuesta. Lo que vendría es una catarata de clásicos de los 60’s y 70’s. Una extendida versión de “Midnight Rambler” mostró a un Jagger en un gran estado atlético a pesar de sus 72 años. Sus exacerbados movimientos pélvicos provocaron la admiración -y envidia- de todos los que desean llegar así a esa edad. El blues que integra el disco Let it Bleed (1969) fue quizás el momento donde los cuatro mostraron que arriba del escenario su química sigue intacta.

“Gimme Shelter” mostró una soberbia actuación de la nueva corista, Sasha Allen, quien mostró una gran actitud frente al público. “Sympathy for the Devil” transformó el estadio en un verdadero infierno, con Jagger flameando una capa roja y el escenario teñido de rojo furioso, pero fue “Jumpin’ Jack Flash” la canción que enloqueció a la multitud antes de que los Stones abandonaran el escenario por unos minutos.

Sus Majestades Satánicas no tardaron mucho en volver para hacer “You can’t always get what you want” con la participación del Estudio Coral de Buenos Aires y el cantante pidió el pogo más grande del mundo para “(I can’t get no) Satisfaction” marcando el punto final del show y de su visita a Buenos Aires.

En el marco de la America Latina Olé Tour 2016, Los Rolling Stones dejaron por cuarta ¿y última? vez su huella en la Argentina. Con ligeros cambios en el repertorio con respecto a los shows pasados, mostraron por qué, luego de 54 años, siguen siendo los reyes del rock n’ roll.

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