La dejaron venir

Al caer la noche, un numeroso grupo de personas ya se agolpaba en el recinto de Colegiales para poder ver a Andrea, la baterista argentina por excelencia, junto a su power trío.

El encargado de abrir la velada fue Billy James and His One Man Band, quién como bien dice su nombre, salió solito a bancar la parada para hacer la espera más amena.

En un corto y original set de media hora, el ‘vaquero’ Billy tomó su armónica con una mano y un megáfono con la otra, y musicalizó el ambiente. Luego, ofreció su repertorio de ‘country-blues’ tocando la guitarra… ¡y la batería al mismo tiempo! Consolidando así, una prueba más que superada para el ‘cowboy’.

A las 21.30 se abrió el telón y entre una niebla de colores, salió Andrea Álvarez - batería al frente – y su power trío, conformado por Tomás Brugués en guitarra y Lonnie Hillyer en bajo.

Vestida como un ‘Hada Oscura’, salió a castigar los parches con “Alter Ego”, “Calladitos” y “Doble A”. “Toqué muchas veces acá, junto a otras bandas, y hoy es la primera vez que lo hago con la mía”, contó Andrea en lo que significó una noche más que especial para ella.

La primera invitada de la noche fue la percusionista Cónce Soáres, quien en “R U Fucking with me?” y “Se pudre todo” -ambas del último CD- ofreció un interesante intercambio de percusión junto a Álvarez.

El show, que en ningún momento de la noche bajó la intensidad, siguió con “Olas”, “Y lo dejamos venir” y el cover de Manal “Porque hoy nací”.

La figura del guitarrista Richard Coleman se hizo presente en “Tóxico” y “Despertándote”. Esta última, compuesta para un buen amigo en común de ambos, Gustavo Cerati, y creando uno de los puntos más altos del recital.

Promediando el final, la cosa se puso bien punk con la colaboración de Mariano Martínez de Attaque 77 en “Lastima todo”, “Vamos viendo” y “Algo ha cambiado”. En el centro del boliche, se armó un furioso pogo de mujeres que combinó maquillaje, cerveza y mucho rock.

Para terminar, la batera agradeció a los presentes, a la gente de Radio Vorterix – quienes transmitieron el show vía streaming – y cerró con una eufórica frase: “¡Viva la música y viva el Rock!”.

Andrea Álvarez brindó un contundente y prolijo recital de una hora y 45 minutos en el que no faltaron canciones nuevas, algunas más viejitas, invitados, y mucho rock. La banda se entregó a las canciones en cuerpo y alma, y el público se fue satisfecho, sin necesidad de pedir nada más.