Los reyes del Plata

Con el estadio todavía a oscuras y con el inmediato estallido de 35 mil voces cargadas de ansiedad, salieron al escenario los músicos de No Te Va Gustar. En seguidilla, tocaron "Su sombrero", "Cero a la izquierda", "Al vacío", "A las nueve" y "Me ilumina hoy". Luces al máximo y las tres pantallas que componían la parte visual del show derramando colores sobre el público.

La histeria adolecente se contagió con la velocidad de las canciones del argentino Emiliano Brancciari en guitarra y voz, Guzmán Silveira en bajo, Diego Bartaburu en batería, Gonzalo Castex en percusión, Martín Gil, Denis Ramos y Mauricio Ortiz en vientos, Pablo Coniberti en guitarra y Francisco Nasser en teclados, coronados con un estadio repleto.

Así, la sección apertura del show trajo varias canciones de El tiempo otra vez avanza, el último disco de NTVG, como "Detrás del cerro", "La puerta de atrás", "Mi demente" y "La cuerda", que Brancciari le dedicó lleno de orgullo a su hijo que cumplía cinco años: “Feliz cumpleaños Santino, te tocó festejarlo acá, con casi cuarenta mil invitados”.

Esta primera parte contó también con el español Fito Cabrales de Fito & Fitipaldis, banda soporte de la noche y al gran Hugo Fattoruso, mítico músico uruguayo de 71 años, entre otros invitados. Sobre el final, dedicaron "El oficial" a la memoria de Maximiliano Tasca, Cristián Gómez y Adrián Matassa, asesinados en Floresta en 2001.

La segunda sección, con las siglas NTVG incandescentes de fondo, fue un acústico, íntimo y sutil, que fluyó entre "Memorias del olvido", "Presente", la emocionante "Ángel con campera", "Viajando sin espada" y "Chau", con los toques magistrales de Fattoruso aportando una gran jerarquía sonora.

El último tramo de la presentación volvió a mostrar a la banda uruguaya de pie y agitando los miles de corazones con "Solo vino", "Paranoia" y "Comodín de Alba", y algunas de esas que no podían faltar como "Te voy a llevar", "Fuera de control" y "Tan lejos", con la que homenajearon al ex tecladista Marcel Curuchet, fallecido en un accidente de tránsito en 2012, a quien dedicaron el show. 

Ya para los bises, "El camino", "Cielo de un solo color" y la explosiva "No era cierto" dieron oportunidad de saltar por última vez, fueron el “hasta mañana” y la promesa de un segundo gran show para el día siguiente, en el mismo lugar y con una convocatoria similar.

A pesar de algunos desperfectos técnicos y cierta mala constumbre de entrecortar la continuidad de sus shows, No Te Va Gustar se entregó con madurez musical, encanto y una exitosa convocatoria, a dos horas y media de emociones, recuerdos y el frenesí de su público, con quienes vivieron una parte inolvidable de su historia.