Richie Kotzen
Música para volar
17 de Octubre, 2014
Richie Kotzen pasó nuevamente por Buenos Aires para dejar bien en claro que virtudes y buenas canciones le sobran.
“Olé… Olé… Olé…Kotzen… Kotzen…”, coreaban los fanáticos que se habían acercado al viejo Teatro de Colegiales, un público bien variado en edad. Muchos fueron los jóvenes de los ‘90s que lo vieron influir a Poison en su álbum Native Tongue, de 1993; otros son esa nueva generación que, a pesar de todo, sigue apostando por el rock, aunque no esté de moda. Con una puntualidad envidiable, apenas pasadas las 21, Richie Kotzen subió a tocar los acordes de “War Paint”, uno de los temas nuevos incluido en su último album The Essential Richie Kotzen.
Mientras los aplausos y la euforia sobresalían de los cuerpos de los fans, una estupenda versión de “Bad Situation”, con riffs de guitarra incomparables, y acompañados después por solos de bajo y batería en casi diez minutos de canción, hicieron que sea de los temas más festejados dentro del Vorterix. Tal fue la violencia de esa canción que hasta la viola tuvo que ser reemplazada ya que se le salieron unas cuerdas. Gracias a esto, Kotzen tuvo tiempo de interactuar con su público, a los que les aseguró de ser un afortunado por estar de nuevo en estos pagos.
Alguien grita “¡Metaaal!”, y el bajo perfecto de “Cannibals” hace sucumbir a todos los presentes. El show siguió con canciones como “Fear”, donde todos respondieron moviendo la cabeza y haciendo los clásicos cuernitos al aire, y “Peace Sign”, que para el final se guardó un muy buen solo, típico de Kotzen.
El violero oriundo de Pensilvania se retiró unos instantes del escenario tirando la frase “Are you ready?”, y dejando espacio para que Mike Bennett (batería) y Dylan Wilson (bajo) se lucieran, en una noche donde el virtuosismo se notaba en cada nota que se provenía del escenario. El show siguió en esa sintonía: la gente arengando a los músicos, coreando las canciones con fervor y el nombre de Kotzen en clave fútbolera, al ritmo de canciones siderales.
Ya para el final, “You can’t save me”, la canción más festejada de la noche, sonó de una manera magistral. Sólo hubo tiempo para una canción en el bis, y esa fue “Go Faster”, en la cuál mostró sus cualidades tocando la guitarra al revés.
Richie Kotzen se despidió entre saludos y pedidos de paz y amor a un público argentino muy maduro y fervoroso, que se fue bañado de una locura de rock de una hora y media comandada por el Capitán Sonoro Intergaláctico Richie Kotzen. Como dijo alguna vez Sonoman: “Ya se los advertí: aquí tienen música para volar!”
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