Y se vino el zurdaje...

La Zurda es otra de las bandas que viene creciendo en los últimos tiempos. Con un disco en la calle y otro por venir, los muchachos de Haedo ofrecen una extraña pero simpática mezcla de ritmos latinoamercianos con un pequeño toque rockero, y sobre todo, con mucha onda. Después de pasear su música por el viejo continente, la banda volvió a pisar suelo argentino y compartió con su gente una noche especial, sobre todo teniendo en cuenta que hace un largo tiempo que no se presentaban en la Capital.

Con la puntualidad que caracteriza a los shows nacionales (es decir, ninguna) sesenta minutos después de lo anunciado –y con un Niceto repleto de “zurdos”, precisamente el día en que Bush llegaba a Mar del Plata- una pantalla gigante se desplegó en el escenario para emitir una suerte de video-documental-entrevista donde se podía ver a los integrantes de la banda comentando la composición y grabación de los temas, las experciencias de la gira y alguna que otra anécdota.

Llegó despues la “premiere” del video de “Santa Anita” –un tema con destino de hit- y enseguida La Zurda llegó a las tablas. Gorra de pato y charango en mano, Emanuel (cantante) fue animando a la gente que entre trapos, banderas, papelitos (y algún papel) bailaba y cantaba brindando el marco de una verdadera fiesta.

Después de sortear algunos problemas de sonido durante la primera parte del show (primero de saturación y después de retorno) la banda pudo realmente disfrutar del espectáculo que brindaban, algo que se tradujo en una instantánea conexión con la gente, que acompañó al grupo aún en las canciones nuevas.

Después de “Falopero” (un “hip-hop andino” bastante pegadizo) llegó el estreno de “Nuevos Días”, tema en el que Juan Manuel Bruno –guitarrista de la banda- canta buena parte de los versos. Además de los estrenos hubo invitados para los vientos de “Hay un lugar” y hasta aparecieron unas chicas que –con el lugar en perfecta oscuridad- realizaron una coreografía algo ortodoxa con unos tubos fluorecentes al mejor estilo Luke Skywalker.

En lineas generales hay dos cosas para destacar de la propuesta de La Zurda: en primer lugar, la ambición y originalidad del proyecto, que lejos de encasillarse en un estilo, busca experimentar con diferentes ritmos regionales en vez de salir desesperadamente a imitar tendencias extranjeras (igualmente, algo de afuera hay… estos chicos no son precisamente el Chaqueño Palavechino)

Por otro lado: la relación entre la banda y la gente –en buena parte ayudada por el estilo musical- que llevó a que nadie en el lugar estuviese más de treinta segundos sin bailar. Es que resulta realmente dificil no contagiarse de la buena onda que le ponen los músicos arriba del escenario y el ritmo pegadizo de las canciones. Vienen con alegría, señor…