Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Elvis Costello

Y BUE...Narices frías, oídos contentos

Cronista: Gentileza: Guillermo Lopez | Fotos: Gentileza: Prensa

04 de Noviembre, 2005

Y BUE...Narices frías, oídos contentos

El viernes y sábado se realizó en el Club Ciudad la segunda edición del BUE. Morcheeba, Elvis Costello, Kings Of Leon y The Strokes fueron algunas de las bandas que nos visitaron por primera vez. ¿Habrán probado el dulce

La segunda versión del Festival BUE se fue. Pero dejó algo en todos nosotros: o mucho frío, o las billeteras vacías (¡4 pesos una hamburguesa!), o simplemente satisfacción. Sea como sea, al Club Ciudad de Buenos Aires llegaron un aluvión de bandas que debutaron en suelo argentino.

Mientras suena It Must Be Love, de Madness, los muchachos de The Strokes aparecen en el escenario. Sin lugar al respiro, arremeten con Someday, aquella canción que sospechosamente se parece al tema de Turf, Siempre Libre. Algunos, que desconfiaban de la performance en vivo de la banda, ahora escuchan y miran atentos al cantante Julian Casablancas, que viste de azul con un saco prusiano de botones dorados.

El repertorio del grupo resulta ideal: tocan los mejores temas de sus dos únicos discos (Is This It y Room On Fire) que dejaron su huella en lo que se llamó (o caratuló) ‘retro-rock’. Canciones como Take It Or Leave It, Hard To Explain o el pegadizo riff de 12:51, hacían olvidar el intenso frío que luchaba por jugar un papel principal. Hasta el friolento Julian se quejó al grito de: “¡it’s fucking cold!”. En lo que podría ser un acto demagogo, pero no por eso criticable, los neoyorquinos eligieron al público sudamericano para que sean los primeros en escuchar algunos temas de su próximo álbum, First Impressions of Earth, que se prevé que este a la venta el 9 de enero.

Los temas (Hawaii-aloha, Juicebox) parecen continuar con la formula que tan bien le sienta al grupo y que tantos resultados le trajo: mucha energía y rock ‘n’ roll. Pese a su juventud, Albert Hammond Jr., Nick Valensi, Fabrizio Moretti, Nikolai Fraiture y Julian Casablancas, demuestran tener un gran desempeño en vivo, ayudados también por el excelente sonido que dijo presente en todo el festival (¡parecía de un disco!).

Además, hicieron magnificas versiones de Under Control (donde la mecharon con New York City Cops), Alone, Together y Reptilia, con la que cerraron. Como frutilla del postre, inmediatamente después de la ida del grupo a los camarines, comenzó a sonar Could You Be Love de Bob Marley, mechada a la perfección con el delay de la guitarra de Albert que seguía sonando. ¡Que final, Bob!

Un poco más temprano, los Kings Of Leon, haciendo referencia al evangelismo que llevan en la sangre, llegaron al escenario teloneados por una oda que parecía de una ceremonia evangélica. Ya en los primeros temas, los hermanos Nathan, Jared, Caleb y su primo Matthew, demostraron por qué la prensa no se equivocó cuando dijo que sus discos valían la pena. Siguiendo la línea de los Strokes, el cuarteto del sur de los Estados Unidos presentó los mejores temas de Youth & Young Manhood del 2003, y del reciente Aha Shake Heartbreak.

El sonido de los Kings nace de la mezcla entre varios y diferentes estilos: country, blues inglés, garage rock y psicodélia. Sin embargo, con tanta mezcolanza, la banda no parece haber encontrado todavía un sonido definido. No obstante, sus integrantes, con cabelleras visiblemente renovadas, cumplieron y dejaron a los oyentes más que satisfechos en temas como Red Morning Light, Holy Roller Novocaine, King Of The Rodeo y Four Kicks.

El día dos, con más bandas y escenarios, trajo a un público mucho más abrigado después de la masiva friolera de la jornada anterior. Además, nos dejó de recuerdo a la persona que se robó el cariño de todo el público: Elvis Costello. El carismático señor no paró de levantar a los presentes pidiéndoles que participen con aplausos o cantando en temas como Uncomplicated, Oliver's Army y Radio, Radio. Vestido de traje negro con camisa rosada y corbata dorada, el escocés y su banda The Imposters eligieron hacer una repasada por sus páginas más clásicas que exhibieron en un set bastante largo y eficaz.

El público pudo disfrutar de Shipbuilding (tema que el músico escribió sobre la guerra de Malvinas) y de clásicos como Allison y Watching The Detectives. Después de la falsa retirada, Elvis volvió al escenario para hacer una de las canciones más esperadas de la noche: She, el cover de Charles Aznavour que aportó para la película Un lugar llamado Notthing Hill. Se acercaba el final, y para cerrar el show, la banda embistió con una potente versión de I Want You.

Costello, dejó la atmósfera calentita para que llegue Morcheeba con su suave y fino trip-hop. Los hermanos Ross y Paul Godfrey y la nueva cantante Daisy Martey (que reemplazó a Skye Edwards) aparecieron en escena para felicidad del público que hace tanto los esperaba. Saludan y empiezan con Let Me See, del disco Big Calm (1998), al hilo, sin dejar recuperar a la audiencia, comienza a sonar Otherwise, de Charango (2002).

Como haciéndole caso a sus seguidores más fieles que rechazaron el último trabajo (The Antidote), el repertorio que presenta el grupo está compuesto en su mayoría por sus temas más populares, tocando solo un puñado de su odiado Antidote. Aún así, Ross Godfrey, después de tocar Wonder Never Cease (primer simple de su rechazado álbum), invitó a todos a que se bajen su último disco gratis de internet (sí, dijo gratis). Mientras las luces de los aviones que sobrevuelan el escenario ayudan al cuelgue de unos (que parecían estar en estado de trance), la enérgica y movediza Daisy empieza a entonar las estrofas de lo que será una maravillosa versión de Moog Island. Sonaron también Part Of The Process, The Sea, Never An Easy Way y, el tema de cierre, la bailable Rome Wasn’t Built In a Day.

Pasó además por el Festival BUE, Bebe, que tocó Mi Papa Tiene Una Silla Eléctrica disfrazada de una de las hijas de George W. Bush. Los Dizzee Rascal hicieron rapear a todos en la isla de Gancia (hay que vender, viste), y luego le dejaron el escenario a M.I.A. que también hizo lo suyo. Por su parte, la multifacética (y desconocida) Solex sorprendió a todos en el Tinglado. Y Mimi Maura, Entre Ríos, Brazilian Girls y Fischerspooner desvelaron al público en la carpa Bacardi.

El BUE dejó a todos muy satisfechos, ya sea por las bandas que tocaron o el prolijo sonido. Pero siempre están esas cosas que a uno tanto molestan. Por ejemplo, no puede ser que en un evento que dura 12 horas no dejen ingresar alimentos y/o bebidas. Y claro, hay que gastar 5 pesos en una botella de agua o 4 en una hamburguesa. Además, resulta muy incomodo el cacheo policial que hace el personal de seguridad en la entrada (donde por cinco segundos que dura la ‘revisada’ te sentís un delincuente).

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