Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Enrique Bunbury

De la gente

Cronista: Gentileza: Paula Claro | Fotos: Anabella Reggiani

12 de Abril, 2014

De la gente

Enrique Bunbury presentó Palosanto, su último disco, en el estadio Luna Park. Aprovechó para repasar su carrera y la ocasión para subir a Andrés Calamaro y Manuel Moretti como invitados de una noche especial.

Apenas habían pasado las 21 y Enrique Bunbury ya se había despachado con “Despierta” y “Los Imposibles”, que iniciaron más de dos horas de un recital contundente. Apenas estaba terminando “Los Inmortales” y el público no paraba de repetir “Enrique, Enrique” al unísono y con la “i” alargada, mientras el cantante agradecía a su público, con el que no se encontraba desde comienzos de 2012. 


“Vamos a tocar algo de Radical sonora” adelanta Bunbury refiriéndose a su primer álbum solista (1997) y lanza "Contracorriente", mientras baila entre el teclado y la batería y lanza puñetazos al aire. A sus 46, Enrique lleva los pantalones como si los años no hubieran pasado: el cuero ajustado, la campera haciendo juego, los collares y los aros funcionan sólo como un condimento, ya que él no descansa en su figura. El estado de su voz es impecable y la calidad sonora y visual del show terminan de cerrar un círculo que para fanáticos es un deleite.

Durante "Odiame”, de Julio Jaramillo incluido en su trabajo de versiones Licenciado Cantinas (2011), pinta a espaldas de los músicos escenas de represión y se empieza a ver el costado más comprometido del músico, haciendo que el público se levante de los asientos por primera vez. “Más alto que nosotros sólo el cielo” saca un costado emotivo, mientras Bunbury apunta con los brazos en alto al techo del estadio y “Porque las cosas cambian” dejó como postal a Enrique escoltado por los guitarristas Álvaro Suite y Jordi Mena.

“Destrucción masiva” regresa al costado más humano del cantante, una canción explícita que se apoya también en las imágenes de las grandes corporaciones manchadas de sangre -Starbucks, Shell, Roche son algunas-, y una bomba atómica termina de cerrar la idea.
Luego Bunbury se sacó su campera para confirmar, nuevamente, que los 46 no han dejado todavía vestigios en el cuerpo del cantante. “El extranjero” fomenta las palmas parejas de la gente que canta el estribillo de memoria y sin perderse. 

El momento Héroes Del Silencio llegó con una versión más calma de “Deshacer el mundo”, en la que Álvaro pela un solo de viola y deja claro que los músicos del español no son elegidos al azar. Antes de “Salvavidas”, las gotas de sudor ya se hacían insoportables y el refriego del pañuelo por su cuello saca los alaridos mas profundos de las féminas en la platea cuando comienza a balancearse en el micrófono. “Hay muy poca gente” y un original video de la canción que muestra a los amigos o conocidos del músico siendo golpeados por algo que los represente, apoyado en la letra que dice que nada puede dañarlo con sus amigos.

Para “Frente a Frente”, el músico pide gargantas bien afinadas y argentinas que lo acompañen, y con “Sí” y “Lady Blue” se despide por primera vez. Un primer impasse reglamentario y el regreso lo vería con “Puta desagradecida” acompañado de Manuel Moretti, pero esto era solo el principio del final. El plato fuerte llegó con su segundo regreso: “Cosas olvidadas” y “Apuesta por el rock 'n' roll” junto a Andrés Calamaro, antes del cierre definitivo con “El viento a favor”.

Completo y profesional, Enrique Bunbury ha sido un músico prolífico. Héroes del Silencio es tan sólo un parte de la carrera de un músico que una vez más conquistó al público argentino.

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