Una noche para los fans

“Seguimos aprendiendo muchas cosas que todavía no sabemos. Esto se hace caminando, no inventamos nada. Somos esto, y gracias a lo que hacemos podemos vivir y ser felices”. Casi a modo de manifiesto, esta frase en boca de Adrián Barilari podría sintetizar la combinación de sabiduría musical y espíritu amateur que demuestra Rata Blanca en la primera de sus dos presentaciones programadas en La Trastienda Club, que inauguran un año intenso para la banda, y que incluye giras por Estados Unidos y Argentina, además de la preparación del material para un nuevo disco.
 

Ante una buena cantidad de público que reúne tanto a viejos fans como a adolescentes en la etapa del descubrimiento, Rata Blanca comienza su show con uno de sus últimos hits, “El reino olvidado”, y desde allí hasta el final del concierto la banda hará gala de un estilo único y personal construido a lo largo de los años y cimentado en la guitarra de Walter Giardino, indudable guitar hero de la escena local, y la voz de Adrián Barilari, virtuosa, infatigable, emocionante. El resto del grupo no les va en zaga, con el histórico e imperturbable Guillermo Sánchez en bajo, la potencia y versatilidad de Fernando Scarcella en batería y los climas que genera Danilo Moschen en teclados.
 

“Hace unos días se fue un dios de la guitarra, Paco de Lucía, quien nos dio un montón de cosas. Esta canción es un humildísimo homenaje a ese genio que siempre va a estar acá”. Visiblemente emocionado, Walter Giardino dedica “Guitarra española” al músico recientemente fallecido y entrega uno de los solos más conmovedores de la noche. Pero la banda también recuerda a sus influencias rockeras, y se divierte regalándole al público sus propias versiones de “Lazy”, de Deep Purple, y “Little Wing”, de Jimi Hendrix.
 

Rata Blanca pone sobre la mesa su hard rock más contundente, que levanta la temperatura de un público absolutamente enfervorizado, con canciones como “En nombre de Dios”, “Caballos Salvajes”, “El beso de la bruja” y “Haz tu jugada”, éstas dos últimas pertenecientes al clásico y multipremiado disco “Magos, espadas y rosas” de 1990. Pero demuestra su costado sensible con la balada “Cuando hoy es ayer” y la belleza instrumental de “Líbranos del mal”, con un Walter Giardino en toda su dimensión.
 

El tramo final del show es a puro clásico, un verdadero deleite para los fans. En “Guerrero del arco iris”, la voz del público se vuelve atronadora en el segmento del estribillo y corea cada una de las notas del solo de Giardino, y acompaña a Barilari en “Mujer amante”, la canción que lanzó a Rata Blanca a la masividad a comienzos de los ’90. “Abrazando el rock and roll” resulta una declaración de principios del grupo y el clímax se alcanza con “La leyenda del hada y el mago”, otro de los éxitos indiscutidos de la banda. “¡Los esperamos mañana!”, invita Barilari, confirmando que al fin de semana porteño todavía le queda más Rata Blanca por delante.

 

Rata Blanca demostró en su primer show en La Trastienda Club por qué con más de veinticinco años de carrera se ha convertido en un clásico de la música en Argentina. Su hard rock y heavy potente, sanguíneo y virtuoso, la guitarra iluminada y veloz de Walter Giardino y la inconfundible voz de Barilari son una prueba de ello. Ante un público fiel y fervoroso que expresó su cariño por la banda durante todo el show, y con muchos proyectos para el 2014, el grupo mostró que cuenta con el hambre de gloria necesaria para continuar creando música y viajando por la carretera, a esta altura el motor indispensable para una agrupación de extensa trayectoria.