Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Bob Mould

Un show necesario

Cronista: Gentileza: Sebastián Barrera | Fotos: Anabella Reggiani

03 de Octubre, 2013

Un show necesario

Bob Mould, líder de Hüsker Dü y Sugar, se presentó por primera en el país en Vorterix
 

¿GTA V recién comprado o Bob Mould? ¿El mejor juego jamás hecho por el hombre o el líder de una de las bandas más increíbles de los ochentas?
Cuestión que me quedé en casa jugando al GTA.
Así que no hay nota. 
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¡Mentira! El Bondi no se podía perder a uno de los íconos de la melodía y mayor responsable de influenciar a cientos de bandas que entendieron que la canción debía tener un mayor protagonismo en el punk. Hüsker comenzó siendo una banda hardcore pero con el tiempo fue encontrando la melodía en sus discos hasta convertirse en abanderados del rock alternativo de EEUU. 
 
Mould llegó al país acompañado de Jason Narducy en bajo y Jon Wurster en batería, quien merece todo nuestro respeto por tocar con los grandísimos Superchunk y de los capos de Mountain Goats. La verdad, una pena que Vorterix haya quedado tan vacío con tantos seguidores de Nirvana, Foo Fighters o Dinosaur Jr, por citar a tres de las trescientas bandas que crecieron con los gritos de Mould en sus auriculares.

Lo mismo con Sugar, su banda de los noventas que logró resaltar mucho más la melodía, continuando con esa corriente de la época, claramente marcada por un sonido particular como lo fue el rock alternativo, de guitarrazos y estribillos demoledores extraído de lo mejor del pop, del buen pop.

El repertorio de Mould y sus compañeros recorre su extensa discografía y se apiada de los treintañeros que nunca pudieron ver a sus bandas en vivo. “A good idea”, “If I Can’t Change Your Mind” de Sugar , o los infaltables “I Apologize” y “Makes no Sense At All” de Hüsker Dü, fueron parte de una noche cortísima de hora y minutos que ofreció un homenaje a una época hermosa donde el rock sufría una transformación perfecta. 

No tenemos que olvidarnos de la carrera solista de Mould, que nunca dejó de sacar discos. El último, Silver Age (2012), sigue con los guitarrazos efectivos que por más sucios que suenen, regalan estribillos tarareables como “The Descent” o “Star Machine” (con un videoclip genial). La formula es la misma y el resultado casi iguala a sus genialidades pasadas. 

El show de Bob Mould pasó como si nada y esperemos que nadie se arrepienta de perderse a uno de los grandes personajes del rock de los ochentas. Porque lugar había y no existen excusas válidas para perderse semejante evento, ni GTA V, ni PES, ni una maratónica velada por xvideos.
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