Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Peter Murphy

El Duque Negro

Cronista: Gentileza: Paula Claro | Fotos: Jose Fuño

12 de Agosto, 2013

El Duque Negro

Una vez mas, Peter Murphy vino a la Argentina, paseó por el repertorio de Bauhaus y dejó algunas perlitas como covers. En una noche fría, el Vorterix lució más oscuro que nunca.

Son las nueve de la noche y tras el paso del grupo soporte Flood Of Tears, el escenario del teatro se vuelve una penumbra, las luces operan en tono de cortina roja y aparece sobre el escenario el metro noventa del músico. Oscuro, sobrio, esbelto, sexual, Peter Murphy te atrae. No es sólo su voz, no sólo te envuelve con ese eco que sale de su pecho, sino también hipnotiza, te deja atónito, por momentos los ojos no pueden despegarse de su figura ni de su mirada.
 
Las últimas actuaciones del ex cantante de Bauhaus en nuestro país dejaron sensaciones diferentes: un recuerdo excelente de aquel Gran Rex 2009 y uno no tan bueno del Vorterix del año pasado. Murphy se mostró disconforme al principio, aunque esto no opacó nada del resto de la hora y media de show. 
 
Murphy declaró hace un año que Bauhaus era un pato muerto, sin embargo sigue haciendo uso de aquellas canciones que la mayoría de la gente tiene pegada en la memoria. "King Volcano", "Kingdom‘s Coming" y "Double Dare" fueron la tríada de incio. El frío no dejaba excusas y el público se fue agolpando frente al escenario.
 
Si Bowie fue el Duque Blanco, Murphy tiene ganado el papel de Duque Negro. No hacen falta grandes pantallas, ni nada por el estilo: crea climas estéticos iluminándose la cara con una linterna, la sombra en su mirada inspira miedo y atrae, mueve su cuerpo de forma elástica, se contorsiona, se balancea sobre sus pies y deja entrever su faceta actoral.
 
Un violín y una melódica son agregados que funcionan a la perfeccion en el espectáculo de Murphy, quien deja los covers para el final. Una versión impecable de "Severance" de Dead Can Dance cerró la primer parte del recital, con Murphy mirando hacia arriba y desabrochándose los primeros tres botones de la camisa, como aquel que acaba de ganar una batalla. Para los bises dejó "She‘s in Parties" de Bauhaus, "Telegram Sam" de T. Rex y finalmente "Ziggy Stardust" de Bowie.

No se sabe si Peter Murphy quedó conforme esta vez, pero sus fanáticos seguro que sí. No importa si viene una vez por año ni dónde se presente, allí estarán ellos, religiosamente, para su celebración oscura.
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