Bipolaridad sensorial

La noche fría de San Telmo se prestaba para un plan tranquilo de sábado por la noche. Ideal para llegar a una mesa con amigos y disfrutar de una banda que iba a sorprender.

Pasadas las 22:30, las luces del Samsung Studio se encendieron y la mirada fija de los ojos de la lechuza de la escenografía, al igual que la tapa del disco, penetraron en la mirada de los espectadores. El escenario estaba indirectamente dividido en tres: una fila que empezaba con el batero Tom Ribas, seguía por Ari Kuper en voz y guitarra y finalizaba con Ale Wasil en bajo y coros, pegado al logo de la banda: Ultragalana.
 

La velada empezó con “Karmatico” y “Luce Fragmentos”. Era inevitable escuchar los tintes vocales parecidos a Cerati en la voz de Ari Kuper, carta de presentación envidiable para cualquier banda. Antes de escuchar "Motín", se pudo entender de dónde provenía ese espíritu vocal, ya que el cantante explico que Tweety González (músico, productor e ingeniero en sonido de muchas bandas, entre ellas de Soda Stereo) había sido el productor artístico de Bipolaridad Paranormal.
 

Uno de los descubrimientos para preciosos de este disco fue “Cien”, canción presentada por Kuper como “una cantidad de sensaciones”, y realmente los diferentes estados del tema, las subidas y bajadas, la pasión puesta en el escenario, coincidieron con tal prólogo.

Luego de tanta energía entregada en el escenario, los músicos decidieron hacer un pasaje acústico, sentados en el borde del escenario, en el que sonaron “Tour de copas” y “Sensorial”.

Para el final, Kuper dedico unas palabras a “Control Z mode”: "habla de la vida, de que si hubiera una tecla como en los teclados de la computadora que dijera Ctrl + z, se podría volver el tiempo atrás y evitar errores. Lo que este tema quiere decir es que hay que disfrutar la vida". El recital concluyó con “Ahora y nunca”, con el que se despidieron y agradecieron a todos los que habían ido esa noche.