El espíritu de Cienfuegos

El espíritu de Cienfuegos, sin dudas LA banda de culto de las décadas del ’90 y del 2000, de todas formas data de muchos años atrás. Más precisamente el año 1982 muestra la fecha de fundación, cuando el punk asomaba la cabeza y varios adolescentes se juntaban a escuchar y tocar este nuevo género que venía rompiendo todo desde el otro lado del océano.

El espíritu de Cienfugos, en este 2013, de a poquito empezaba a instalarse en el Festiclub del sábado 20 de abril en el Club Premier. Día D (todo Cienfuegos menos Sergio Rotman) era el plato fuerte de la jornada pero antes, Gigio González, otro pilar de la vieja camada de la ex banda, se asomaba con su nuevo proyecto Gigio & Malasaña Bich. De regreso de su radicación en España, el cantante entregó material de todas sus épocas de solista, destacándose especialmente las bellas melodías de su añejo álbum La Canción de los Días (1998), con grandes canciones como “Pétalo tu amor”, “El estanque de la momia yonqui” y “Amapola”, este último popularizado acá por Hilda Lizarazu.

El espíritu de Cienfuegos daba el primer golpe promediando el set de Gigio, con la presencia de Fernando Ricciardi (sí, claro, el de Los Cadillacs) en batería para tocar “Celoso”, aquella tranquila pieza que contrastaba con la rabia del primer álbum de la banda que todos los presentes extrañan, el cual data ya de 1997. Así se lograba entonces el pico de un muy aplaudido show, previa ideal para lo que se venía…

El espíritu de Cienfuegos era real, estaba ahí, apenas sonaban “TC” y “Pare de sufrir” de Lechiguanas (Día D, 2012), para hacerse material con “Delicias” y “Para mí que no estás bien”, en la voz del también bajista Martín Aloé, quien en el medio de la escena comanda esta formación que desparrama talento, furia y mística por donde se la mire. Su hermano Diego canta “Tony”, que junto a “La baraja” regalan lo mejor de lo nuevo de la banda, en un show que se calentaba cada vez más, arriba y abajo del escenario, metafórica y literalmente.

El espíritu de Cienfuegos cerraba la primera parte del show al taco con “Perra” y “Vudú”. Ya con varios shows a cuestas (recordemos que este regreso data recién de 2011) el nuevo material va tomando un protagonismo merecido por su buena calidad. El público, nostálgico por definición, de todas formas acompaña, canta, salta, y disfruta cada vez que suenan las novedades de uno de los mejores discos nacionales del pasado año. La segunda parte es completamente demoledora.

El espíritu de Cienfuegos estalla, ebulliciona y convierte el lugar en un hervidero. Los clásicos se festejan de principio a fin y “Te fuiste”, “Todo el mundo quiere ser feliz” y “Querés saber lo que es estar muerto” pagan con creces una noche que de todas formas ya estaba más que saldada. El momento cancionero delata el pico de la jornada con “La colina”, en la voz de Hernán Bazzano, el mismo que entona el corto, conciso, apabullante y enloquecedor “Deja que te diga”. Pogo para todos, que tiene premio con un bis, el cover “Looking at you” de la banda de Detroit de los años ’60, MC5, aquel que en los viejos tiempos noventosos se puedo escuchar también.

Martín y Diego Aloé, Fernando Ricciardi, Hernán Bazzano, logran con sus años y experiencia, que Día D sea una de las mejores ofertas actuales para escuchar punk, y todos los demás destellos musicales que salen de esta propuesta. Algún día se sumará también Sergio Rotman y todos encontraremos definitivamente la salvación del alma. Aunque sea dentro de un millón de años y la vida dure solo un segundo.




Periodista: Sergio Visciglia
Foto: Gentileza Colombina PH