Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Groundation

Música Rebelde

Cronista: Gentileza: Pablo Rios | Fotos: Alan Guex

22 de Marzo, 2012

Música Rebelde

Groundation volvió por quinta vez a Buenos Aires, esta vez para homenajear a Bob Marley con su tributo lado b, haciendo sonar esas canciones con mensajes profundos que buscan la igualdad entre las razas.

Para Groove, era una noche más. Para Groundation, también. Pero para el público no. Estaban por ver un show de una banda que en la materia sonido es impecable, en la calidad de las notas, en la fuerza, en los cambios de ritmo, en las voces, y obviamente también en el mensaje. Era una noche soñada.

Groundation es un grupo de nueve personas que estudiaron música y se fortalecieron. La banda completa muestra un talento superior a lo antes conocido homenajeando a Marley arriba del escenario. Desgracidamente, esta vez Will Bernard, el guitarrista símbolo del jazz, por problemas personales no pudo estar, ni tampoco el percusionista original de la banda.

Harrison Stafford, líder de Groundation, entró con la guitarra colgada, saludó y empezó a entonar "Ride natty ride", y desde el minuto cero la banda ya era ovacionada. Acordes conocidos hacían de "Rat race" una fiesta, y ya empezaban a tomar protagonismo especial los vientos: la canción arrancó en base original, pasó por el dub y volvió a sonar escandalosa para cerrar con un silencio. Y sin perder tiempo, el sonido ska se convirtio en "Punky reggae party". 

Groundation se caracteriza por la forma de expresarse, el sentimiento, la pasión y el énfasis con el que se canta, algo notorio en las dulces voces negras de Kim Pommell y Stephanie Wallace, las coristas jamaiquinas que le dieron esa distinción extra a "So Much Things To Say". Sin dejar el protagonismo de lado, las morenas empezaron a darle forma a "Rebel Music". El público deliraba, cantaba y bailaba, mientras "Jamming" llegaba en forma de jazz y tomaba su sonido clásico, antes de desaparecer en el recuerdo. 

Pese a la calidad de los músicos y sus interpretaciónes, al transcurrir el setlist, las melodías empezaron a sonar un tanto molestas: una versión roots de "One Love" produjo un cierto rechazo por su tempo, pero al final cuando la zapada entre los vientos hizo olvidar la letra, todo volvió a la normalidad.

La lentitud de "Sun Is Shining" era bien representada, los clásicos de Marley seguían sonando y los acordes de "I shot the Sheriff" recordaron a los que Nonpalidece tocó en el Living Memory en el Luna Park, una versión parecida con la particularidad que el blues se colaba en el sonido de Groundation. Los espectadores enloquecieron con la versión dub de "Get up, stand up", mientras la banda se iba del escenario. Los Groundation parecían desencajados, la multitud quería más, recién iban una hora y pocos minutos de show. Salieron de escena, interpretaron una canción, pusieron a la gente al palo y volvieron a salir a cantar la última de la noche.

El show tuvo una duración demasiado corta para la calidad de músicos y  las ganas del público argentino, que se quedó pidiendo más. Las luces pronto se prendieron y ya nada volvió a ser lo mismo: los groundation se bajaron del escenario y la seguridad hizo salir a todos. Se había acabado, con gusto a poco, el tributo a Bob Marley.
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